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Reabre la piscina de la calle Crédito tras el cambio de los motores averiados

El agua estaba turbia pero en buen estado higiénico-sanitario, según la última analítica de laboratorio realizada el 19 de septiembre

Varios usuarios nadando ayer en la piscina con el agua ya transparente.
A. S. Ameneiro

11 de octubre 2014 - 05:03

La piscina del centro deportivo Fundición de la calle Crédito, la única municipal que existe en el casco antiguo, reabrió ayer por la mañana tras dos días cerrada por problemas de turbidez del agua y los usuarios han vuelto a bañarse en agua cristalina. El origen de la avería que obligó a clausurar la piscina el miércoles 8 se ha solucionado con el cambio de los dos motores de impulsión que fallaban e impedían el filtrado adecuado, de ahí su apariencia turbia. Los motores viejos estaban oxidados y en mal estado, como muestra la foto adjunta tomada ayer.

La dirección de la empresa privada que gestiona el recinto mostró ayer a este periódico los informes del control higiénico-sanitario del agua que realiza cada mes el laboratorio Technoscience S.L., del grupo Promás, y que demuestran que el agua estaba en perfectas condiciones sanitarias, si bien presentaba una apariencia turbia.

En el último informe analítico, realizado el pasado 19 de septiembre, el agua de la piscina reflejaba parámetros de PH, cloro y transparencia que se ajustan a lo que marca la ley, concretamente el Real Decreto 742/2013 sobre los criterios técnico-sanitarios de las piscinas. El PH marcaba 7,8 UpH, lo que se ajusta a la horquilla de 7,2 a 8 que marca la ley. El cloro libre residual registraba 0,48 miligramos por litro (mg/L), cercano al mínimo estipulado (0,5 a 2 mg/L). El cloro combinado residual registraba un valor de 0,04 tambén dentro de los valores que deben ser inferiores a 0,6. Y la transparencia se calificaba como "óptima". El análisis del agua se hizo in situ y en el propio laboratorio. La dirección lo ha colgado en el tablón de anuncios del centro.

Mario Grande, gerente del citado laboratorio, explica que la turbidez del agua se debió a que "las bombas no eran capaces de hacer pasar el agua de la piscina por los filtros de arena" cuya función es absorber la materia grasa y los elementos en suspensión. El especialista añade que la turbidez es algo habitual en las piscinas y no todas cierran para corregirlo.

Por parte de Sanidad de la Junta de Andalucía, el informe "favorable" del agua de la piscina data del 27 de junio, tres meses antes del cierre. El documento también fue mostrado a este periódico. No hay otro informe sanitario ni posterior ni anterior.

Una tercera vía de control del agua la realizan los empleados de la piscina cuatro veces al día: toman muestras del agua y la apuntan en un libro oficial del Ayuntamiento, explica la gerente del centro Eva Cañizares. En estos apuntes diarios el agua aparece con parámetros normales.

A raíz de la polémica que ha generado el cierre de la piscina, la sede central de la empresa Centro deportivo Puerta Palma en Badajoz ha pedido explicaciones a su filial de Sevilla. Por eso su representante en Sevilla, Carlos Pérez, se trasladó ayer a Badajoz para mostrar estos mismos informes y analíticas. Pérez asegura que objetivamente con los datos de los informes "no teníamos que haber cerrado la piscina" y añade que se clausuró para montar los nuevos motores.

La gestora privada de la instalación, la empresa Centro Deportivo Puerta Palma, ve desproporcionada la polémica creada con el cierre de la piscina por un problema de turbidez. Carlos Pérez recalca que han actuado correctamente y que "son cuatro o cinco usuarios del centro los que siempre se quejan" de un total de 3.300 en su mayoría satisfechos. Parte del descontento nace de usuarios que sólo usan la piscina y rechazan la subida de 24 a 34 euros (pese a darles derecho a usar todos los servicios deportivos) y la masificación de ésta con 1.110 usuarios nuevos por la tarifa familiar de 44 euros.

La empresa defiende haberse gastado ya "casi un millón de euros" en mejorar las instalaciones desde que se hizo con la gestión: en nuevas máquinas de fitness, taquillas y pintura y remozado general del edificio. Pedro Román, representante sindical de los 31 empleados, admite que era reacio a la privatización pero hoy está contento por las mejoras laborales y reformas del centro.

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