Regiones Devastadas
tribuna de opinión
Detalles sobre la regeneración de un barrio degradado del Tamarguillo.
LA reconstrucción del barrio de Regiones Devastadas (hoy Nuevo Amate) ha permitido la regeneración social y arquitectónica de un lugar degradado de la ciudad, que se convierte en referencia a imitar para hacer lo mismo en otras barriadas de Sevilla tan necesitadas de proyectos similares como Los Pajaritos, Casitas Bajas de Santa Teresa, Pío XIl, El Tardón, La Barzola, Alcosa o La Bachillera, donde se impone la rendición de las cuentas pendientes con el pasado, desde donde se prefiere buscar nuevas metas frente a regenerar lo que se sabe está pendiente. Recientemente, la Junta de Andalucía concedió una Mención Especial a esta operación de regeneración social de una barriada completa en los premios de Urbanismo de Andalucía 2016. La operación necesitó un acuerdo de financiación entre el Estado, Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla, cuestión clave para abordar procesos similares en otros casos.
El concepto estructural de la operación destaca por los cinco bloques orientados radialmente hacia el vértice, que se miran entre sí, actuando como rótula la esquina del edificio comercial, mirando hacia el corazón del barrio de Amate. Entre ambos queda un espacio público central que organiza los recorridos peatonales hacia los edificios, acompañados por la diversidad de miradas que ofrece la colina central a modo de observatorio levantado sobre la plaza, que contiene en su interior algunos escombros de las viviendas preexistentes como parte de su memoria histórica, y desde donde se ordenan los demás recorridos y escenarios. Se persigue generar un lugar rico y complejo para la diversidad de actividades, que participe en la consolidación de la identidad de la zona y favorezca la continuidad de espacios libres hacia el resto del barrio. La articulación de las actividades comerciales en planta baja de los bloques junto con la parcela destinada a uso comercial y teciario (pendiente de gestionar y edificar) será la imagen exterior desde la Ronda.
La disposición radial de los cinco edificios residenciales se refuerza con las cuatro calles interiores permeabilizando los recorridos peatonales hacia el interior del barrio de Santa Teresa, generando una secuencia de corredores pasantes de norte a sur. El conjunto crea un nuevo paisaje urbano profundamente contemporáneo, para un sector de la ciudad necesitado de iconos y referencias, en el sector delimitado por la avenida San Juan de la Cruz y Paulo Orosio. En definitiva, mediante una serie de movimientos, gestos y respuestas coherentes se proyecta una ordenación que está íntimamente ligada a lo existente, introduciendo un espacio singular e identitario, un concentrador de actividad urbana que argumenta el sentido social de la actuación.
La operación de Emvisesa empezó con la demolición de las 210 viviendas construidas en el año 1956, con graves problemas de aluminosis y materiales de baja calidad. Se trasladó a los inquilinos a otras viviendas municipales durante las obras, y finalmente a los vecinos naturales del barrio se les devolvieron las nuevas viviendas públicas, manteniendo los mismos contratos de alquiler.
La organización de las viviendas en galería con ventilación cruzada sirve de base para una adecuada adaptación bioclimática en el posicionamiento de los edificios de forma abierta, al disponer de ventilación natural cruzada entre las fachadas opuestas, favoreciendo el rendimiento de los equipos de climatización, lo que se traduce en un menor consumo y, por tanto, una disminución en las emisiones.
La doble orientación de las viviendas sitúa los locales secos en las fachadas con orientación sur-suroeste y los locales húmedos en la orientación opuesta, conduce de forma natural a conseguir una importante reducción del consumo de energía, que se traduce en la reducción de aire acondicionado en verano y de la calefacción en invierno.
La central de ciclo combinado alimentada con gas natural produce energía para los usos comunes de los edificios, y agua caliente para las viviendas.
Los materiales de la envolvente del edificio contribuyen a la eficiencia energética y la óptima iluminación natural de las viviendas. Las fachadas Sur son de color claro para favorecer la reflexión de la luz sobre estos paramentos hacia los enfrentados a ellos, y así conseguir una mayor entrada de luz a través de los huecos que se orientan al norte.
Asimismo, las amplias dimensiones de los huecos exteriores facilitan mayor superficie de radiación solar debido al alto nivel de penetración de la luz del sol, y por tanto, la acumulación de calor aprovechando la inercia térmica de los forjados y de las particiones interiores de las viviendas. En verano, cuando no queremos que esto ocurra, las persianas resuelven el exceso de luz.
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