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Leve repunte de la criminalidad en Sevilla tras la bajada por la pandemia

  • Los delitos suben casi un 4% en 2021, aunque siguen muy por debajo de los índices anteriores al covid-19

  • Los hurtos y el tráfico de drogas son las modalidades que más crecen en la capital

  • El balance de la crónica negra en 2021

Policías nacionales, en uno de los homicidios cometidos en 2021 en Sevilla.

Policías nacionales, en uno de los homicidios cometidos en 2021 en Sevilla. / José Ángel García

La criminalidad experimentó un leve repunte en Sevilla capital tras la gran caída de los delitos que supuso la pandemia del covid-19 en el año 2020. En 2021, la delincuencia creció un 3,8% respecto al ejercicio anterior, muy marcado por los confinamientos, restricciones de movilidad y toques de queda. Si se compara con el último balance prepandemia, el de 2019, los datos siguen siendo positivos. En el conjunto de la provincia, el repunte es algo mayor, de un 5,9%.

Así figura en el balance de criminalidad correspondiente al año 2021, hecho público este lunes por el Ministerio del Interior. En la ciudad se registraron en total 38.530 infracciones penales, mientras que el año anterior fueron 37.118. Sin embargo, en 2019, el año con más delitos de la serie reciente, esa cifra subió hasta las 49.172. Es decir, en dos años la criminalidad ha caído por encima del 20% en la capital andaluza.

La subida de 2020 es algo lógico y esperado por las Fuerzas de Seguridad. Al retomarse la libertad de movimientos, la vuelta de la actividad comercial al 100%, la apertura del ocio nocturno sin restricciones y el regreso del turismo, también los delincuentes han reanudado su actividad. Aún así, puede decirse que la criminalidad subió en Sevilla menos que los precios, pues la subida es inferior a la del IPC.

Buena parte de culpa de este repunte lo tienen los hurtos, modalidad delictiva más común en la ciudad y que concentra más de una tercera parte de todos los delitos cometidos. Los hurtos subieron un 17,8% en la capital andaluza en 2021, cuando se registraron 11.985 casos por los 10.171 del ejercicio anterior. Muchos de estos hurtos están relacionados con el turismo, pues en Sevilla operan bandas de carteristas especializadas en robar a los turistas con suma habilidad.

Muchos de estos grupos no son originarios de la ciudad, sino que son itinerantes y actúan por oleadas en distintos puntos de España. Así, en los últimos meses se han detenido en Sevilla grupos de cogoteros peruanos que se habían desplazado desde Madrid, o carteristas cubanos que robaban en el interior de los autobuses de Tussam. Además de ellos, siempre quedan los delincuentes locales que dominan técnicas antiguas como la de la muleta, consistente en colocarse una chaqueta a modo de capote de paseo para ocultar la mano con la que roba. A este tipo de delincuentes se les denomina piqueros en el argot policial, en referencia a que el movimiento de la mano cuando entra en un bolso o en un bolsillo es similar al de un ave cuando picotea.

Otro delito que ha subido mucho, un 25%, es el tráfico de drogas. Las cifras de esta estadística siempre son orientativas, pues no siempre se denuncian estos delitos y muchas veces surgen por la propia investigación de las Fuerzas de Seguridad. El motivo de este incremento es, principalmente, el auge de las plantaciones de marihuana, planta cuyo cultivo está batiendo todos los récords año tras año, no sólo en Sevilla sino en toda España. 

Los delitos sexuales vuelven a retomar la senda ascendente que tenían antes de la pandemia. En 2021 crecieron un 8,2% (pasaron de 255 casos en 2020 a 276 en 2021), pero destaca que el mayor repunte se produjo en los abusos, mientras que las agresiones bajaron. En Sevilla se registraron 13 agresiones sexuales con penetración, dos menos que el ejercicio anterior, mientras que hubo 263 casos de abuso, por 240 en 2020.

Esta modalidad delictiva ha ido en aumento desde el año 2016, en lo que se ha conocido como el efecto Manada. La trascendencia que tuvo la violación múltiple a una joven durante los Sanfermines de ese año generó una auténtica movilización y toma de conciencia, de forma que pasaron a denunciarse y judicializarse muchos hechos que podían ser constitutivos de un delito de abuso sexual pero que antes no se ponían en conocimiento de las autoridades.

Hay dos delitos muy graves que crecen. Lo hacen en porcentajes disparados, pero porque los números globales se mantienen en cifras muy bajas. Así, por ejemplo, los secuestros crecieron un 100% al pasar de 0 a 3 casos. En este apartado destaca la actividad de la banda liderada por el ex ultra Manuel Herrera, que continúa en prisión imputado por al menos dos secuestros. El que fuera jefe de los Supporters Gol Sur había fundado una organización dedicada a las extorsiones y los secuestros para cobrar deudas. Sus socios siguen en libertad.

También suben los homicidios y asesinatos, que pasan de 3 a 5, lo que implica un crecimiento interanual del 66,7%. Casi todos los casos fueron resueltos por el Grupo de Homicidios. Los cinco sucesos fueron la muerte de un hombre a puñaladas en una reyerta en San Jerónimo, el estrangulamiento de una mujer discapacitada en Pino Montano, la paliza a un ciudadano marroquí en Madre de Dios, la muerte de un hombre como consecuencia de un atropello tras robarle un bolso en la Buhaira y un asesinato machista en el Cerro del Águila.

En el capítulo de los robos, suben los que se cometen con violencia e intimidación. Hubo 1.401 casos, por 1.323 del año anterior, lo que supone un crecimiento del 5,9%. Entran en este capítulo los tirones o las sirlas, como se conoce en el argot policial a los robos a punta de navaja, así como los atracos con armas de fuego. Durante 2021 se dieron varios casos de robos violentos protagonizados por pandillas, en las que las víctimas, y también muchos de los agresores, son menores de edad. El fenómeno llegó a bautizarse como "caza al pijo".

Bajan, y mucho, los robos con fuerza en comercios y domicilios. De 1.907 episodios se pasó en 2021 a 1.457, lo que significa un descenso del 23,6%. En el caso de los comercios, se nota especialmente la presión policial sobre los distintos grupos de aluniceros que operaron en los últimos años en Sevilla, que han sido desmantelados una y otra vez por las Fuerzas de Seguridad. En los cometidos en domicilios, que bajaron aún más, un 25,8%, ocurre algo parecido. Muchos de estos asaltos son obra de bandas organizadas del Este, muchas de ellas relacionadas con la mafia georgiana. La Policía ha detenido a más de 40 miembros de estas organizaciones en Sevilla en los últimos años. 

También descienden los robos de vehículos, que pasaron de 1.061 a 954. Es decir, una bajada del 10,1%. La mayoría de los vehículos que se sustraen en Sevilla son motos. La Policía desmanteló dos bandas dedicadas al robo de Vespas, sobre todo de las antiguas, que eran despiezadas para poder revender los recambios. 

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