Ricardo Bofill, un 'vikingo' en la Cartuja de Sevilla

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Aventura. El arquitecto propuesto y descartado para ser comisario de la Expo 92 participó en un viaje por Andalucía con el novelista Luis Goytisolo y el cineasta Vicente Aranda

Ricardo Bofill, un 'vikingo' en la Cartuja de Sevilla
Ricardo Bofill, un 'vikingo' en la Cartuja de Sevilla

Dos arquitectos barceloneses han fallecido con menos de dos meses de diferencia. A los dos, Oriol Bohigas (1925-2021), muerto a los 95 años, y Ricardo Bofill (1939-2022), que murió el pasado 14 de enero a los 82 años de edad, les unió la vinculación con la Expo 92, aunque en términos bien diferentes. Bohigas lleva tres décadas unido al territorio de la Cartuja como autor del Pabellón del Futuro. Tras las primeras elecciones municipales, fue concejal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Barcelona. Una presencia común a otras ciudades: el arquitecto Eduardo Mangada lo fue en el Ayuntamiento de Madrid del alcalde Enrique Tierno Galván, aunque el caso más significativo fue el de Sevilla: cada uno de los cuatro grupos con representación municipal tenían su arquitecto: Francisco Pavón (UCD), Javier Queraltó (PSOE), Vicente Sanz (PSA) y Víctor Pérez Escolano (PCE). La mayoría de ellos alumnos de Rafael López Palanco, un ingeniero de Caminos que fue catedrático en la Escuela de Arquitectura y en la lista de la UCD el candidato más votado en las municipales de 1979. Pérez Escolano describió en su necrológica la intensa trayectoria profesional y política de Oriol Bohigas.

La relación de Ricardo Bofill con la Expo 92 fue mucho más efímera. Avalado por Luis Yáñez y por Salvador Clotas, que fue diputado socialista entre 1982 y 2004, las legislaturas de Felipe González y de José María Aznar, entre su propuesta para comisario de la Expo y su descarte mediaron dos portadas de periódico. Dicen que los vikingos estuvieron dos días en Sevilla. No fue mayor el tiempo que este arquitecto sonó como comisario de la Expo, programada para el mismo año 1992 que los Juegos Olímpicos de Barcelona.

A diferencia de Bofill, el nombre de Oriol Bohigas lleva tres décadas en la Cartuja

Hay otra relación de Ricardo Bofill con el Sur mucho más sólida. Me la contó uno de los tres protagonistas de ese viaje, el novelista Luis Goytisolo. Tres barceloneses: además del escritor, la expedición la completaban el cineasta Vicente Aranda y el arquitecto Ricardo Bofill. El pretexto, una visita al Palacio de Purullena en El Puerto de Santa María, en plena arboleda perdida de Rafael Alberti, fortaleza que pertenecía a la familia política de Luis Goytisolo y en torno a la cual años después de aquel viaje iniciático se creó una Fundación con el nombre del escritor.

Aranda, Goytisolo y Bofill forman parte de la movida barcelonesa de los años sesenta, cuando la ciudad, en el crepúsculo del franquismo, era mucho más cosmopolita y permeable a las tendencias foráneas de lo que lo es ahora. Pertenecían a tres de los cuatro oficios en torno a los que se articuló ese mayo francés a la catalana: cineastas, escritores y arquitectos. El cuarto era el de los fotógrafos, una de las cuales, Colita, tiene una exposición sobre el universo de Ocaña en Cantillana.

Luis Goytisolo, el señor consorte del castillo de El Puerto de Santa María, a orillas del río Guadalete, es el único superviviente de aquellos tres mosqueteros. Los tres forman parte de las Memorias de Jorge Herralde, Un día en la vida de un editor y otras informaciones fundamentales. Herralde destaca el papel del pequeño de los Goytisolo "como enlace entre escritores del boom y el ambiente cultural barcelonés". En su casa de Barcelona podían coincidir Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, que en los años sesenta eran vecinos de la barriada de Sarrià, y que en 1982 y 2010 consiguieron el Nobel de Literatura, además de José Donoso, Julio Cortázar o Sergio Pitol. "Si hubiera caído una bomba, qué desastre para la literatura", escribe el editor Herralde.

Los tres viajeros del Sur bebieron en los oficios de cada uno. El inédito comisario se implicó en aventuras cinematográficas en las que participaron los futuros novelistas Terenci Moix y Manuel Puig y el editor Jaime Salinas, hijo del poeta del 27 que tradujo a Marcel Proust.

Además de los muchos edificios que firmó en Barcelona, fuera de Cataluña y fuera de España, algunos de los cuales aparecen en la Guía de Arquitectura España. 1920/2000, Ricardo Bofill hizo los pinitos en el cine con cortos como Esquizo y Cercles. En la ficha técnica de la Guía de Arquitectura aparecen dos arquitectos sevillanos: en la dirección científica de la obra, Guillermo Vázquez Consuegra; en la redacción de los textos y el Comité de selección, Víctor Pérez Escolano.

El arquitecto hizo cine. De la literatura se encargó Ricardo Emilio Bofill, esposo efímero de Chabeli Iglesias, autor de la novela Perséfone, hijo del arquitecto y la actriz italiana Serena Vergano, musa de la Escuela de Barcelona, que se quedó en puertas de ser la mujer del comisario de la Expo.

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