Sacyr ya ha dado formalmente el paso para instalar una grada con 200 sillas en las escalinatas principales del Metropol Parasol durante la próxima Semana Santa. La empresa incluye esta medida dentro del denominado plan de usos y explotación del complejo ideado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer, marcado por la polémica tanto por su diseño como por el sobrecoste y los retrasos en su inauguración. La solicitud de permiso especifica que el montaje de la grada se realizaría todos los años, "aunque este primer año se trataría como una actividad más de promoción de la Plaza de la Encarnación". Por este motivo, en la adjudicación de los asientos, tal como se precisa en la petición de autorización, "se dará preferencia de uso a asociaciones y organismos sin ánimo de lucro (hosteleros, guías turísticos, asociaciones vecinales, personas de movilidad reducida, etcétera, de acuerdo con los criterios marcados por el Ayuntamiento".

Fuentes municipales aún no han precisado los criterios que se seguirán para el reparto de estos asientos, aunque confirman que ya se ha recibido la solicitud de montaje de la tribuna y se ha cursado el visto bueno.

El alcalde había tratado previamente con la empresa Sacyr -que tiene la concesión del suelo- la posibilidad de que se permita instalar una tribuna de tales características en las escalinatas principales de acceso a las setas de la Encarnación. Estos asientos no sólo estarían reservados a personas con minusvalía, como es el caso de las parcelas de sillas que se pretenden instalar en calles como San Pablo o en la Puerta de Jerez, sino también a clientes alojados en los hoteles de la ciudad durante los días de la principal fiesta religiosa en Sevilla. He aquí la particularidad de esta iniciativa, que pretende sacar provecho del impacto que tiene cualquier actividad que se convoque en las calles del centro los días de Semana Santa.

El alcalde incluye esta singular tribuna dentro del denominado Proyecto Cardo, que pretende llevar el turismo de la Catedral y la Giralda hasta la Plaza de la Encarnación. El alcalde sabe del impacto mediático de la Semana Santa y de cómo buena parte de los vecinos de la ciudad desembarcan una vez al año en el centro para ver las cofradías.

Por eso pretende aprovechar esos días para que muchos de los vecinos de zonas alejadas del casco antiguo perciban la polémica obra urbanística integrada en la ciudad y, lo que sería más importante para los planes de Monteseirín en sus últimos meses de mandato, incluida en el recorrido turístico. Hasta 15 cofradías pasan por algún punto de la Plaza de la Encarnación en Semana Santa. El Domingo de Ramos, las hermandades de la Cena (ida), la Hiniesta (vuelta), San Roque (ida) y la Amargura (vuelta). El Lunes Santo, el Polígono de San Pablo (vuelta) y el Beso de Judas (ida). El Martes Santo, San Benito (ida). El Miércoles Santo, la Sed (ida) y el Cristo de Burgos (ida). El Jueves Santo, los Negritos (ida), la Exaltación (ida). En la Madrugada, la Macarena (vuelta) y los Gitanos (ida). Y el Sábado Santo, los Servitas (ida) y la Trinidad (ida).

La Sagrada Mortaja ha decidido ya que el próximo Viernes Santo no pasará por la Encarnación para evitar el impacto paisajístico de las setas. El denominado Proyecto Cardo pretende equilibrar el número de visitantes entre el sur y el norte del centro.

Cardo se remonta a la distribución urbanística que hicieron los romanos cuando unieron el norte y el sur de la ciudad a través del Cardo Máximo, algo parecido a lo que intentará en sus últimos meses de mandato Monteseirín al buscar el equilibrio turístico entre la zona Sur del casco histórico, donde se concentran los monumentos más visitados (la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias) con la zona Norte, en la que el Metropol Parasol del arquitecto alemán Jürgen Mayer servirá de foco de atracción turística.