Los trabajadores de Cerámica Bellavista pondrán en marcha esta semana un calendario de movilizaciones para oponerse al expediente de regulación de empleo (ERE) planteado por Roca, empresa propietaria, y que afectaría a 191 de los 242 componentes de una plantilla que en tiempos de bonanza económica llegó a contar con 800 empleados.

En asamblea celebrada en la puerta de la fábrica, mientras que no dejaban de salir camiones con piezas para su venta y comercialización, el comité de empresa pidió la colaboración ciudadana por pensar que no se trata sólo de la destrucción de 300 empleos directos e indirectos, "también se destruyen 300 familias y a la vez parte del tejido industrial de Dos Hermanas". Han convocado una manifestación que el sábado partirá de la fábrica hasta el Ayuntamiento.

El jueves el comité mantendrá una reunión con directivos de la empresa para intentar acercar posiciones. Asunto difícil por la interpretación que ambas partes hacen de la actual situación. Mientras que el comité admite la crisis, pero la califica de "coyuntural", por lo que "se podría plantear algún tipo de medida de carácter temporal", la empresa asegura que "no es un problema meramente coyuntural, sino de cambio de ciclo económico", en el que la suma de la disminución del consumo y la crisis de la construcción "ha provocado un constante descenso de las ventas, generando un volumen de stock insostenible".

José Manuel Pérez Cota, secretario de la sección sindical de Comisiones Obreras y miembro del comité de empresa de Cerámicas Bellavista, refuta la tesis del stock en la fábrica de porcelana sanitaria. "En realidad, son piezas de nuestra marca que han llegado a la fábrica en barco desde China o en camiones desde Portugal". Hace cinco meses ya hubo otra reducción de 85 empleos entre prejubilaciones y bajas voluntarias.

Los trabajadores califican el expediente de "cierre patronal encubierto" previo a una deslocalización. La empresa anunció que su intención es mantener en Dos Hermanas las oficinas y el centro de logística y distribución, trasladando la producción a la fábrica de Alcalá de Guadaíra, a 11 kilómetros de distancia.

Sería una deslocalización extraña por la proximidad entre ambas localidades, las dos gobernadas por alcaldes socialistas. Miembros del comité denuncian que "la finalidad última es llevarse la fábrica a Sanitana", una factoría portuguesa cercana a Coimbra. "En Alcalá fabrican piezas en serie como lavabos o inodoros; en Dos Hermanas hacemos piezas de diseño. No tiene ningún sentido el traslado de la producción cuando se producen cosas distintas". Cuentan con la solidaridad de los trabajadores de Alcalá de Guadaíra, fábrica que también fue objeto de un expediente de regulación de empleo.

La empresa estima que la situación de desaceleración "continúe durante varios años más" y el comité de empresa responde que no es de recibo tomar medidas no en función de datos económicos "sino a partir de previsiones, algo que es inaceptable". La empresa se refirió a un "desfase entre ventas y producción" para promover una reducción del programa de producción. Medida que fue insuficiente y que, según la propiedad de Roca, tuvo como doble efecto "un incremento en los costes de producción y una infrautilización de la capacidad productiva de las instalaciones".

El comité de empresa de Cerámicas Bellavista se ha reunido con Francisco Toscano, alcalde de Dos Hermanas, que les expresó el apoyo de la corporación. Desde la oposición municipal, Manuel Alcocer, portavoz del PP en el Ayuntamiento, propone que se contrate a Cerámicas Bellavista para abastecer de material sanitario las prometidas viviendas de protección oficial (VPO), previa garantía del mantenimiento de los puestos de trabajo. En su alegato, el edil del PP dice que "Dos Hermanas tiene que ser conocida por la riqueza industrial, y no por la Ciudad del Caballo o del Golf".

El comité pide la colaboración de la ciudad y lleva sus demandas a asociaciones vecinales y colegios. Buena parte de su plantilla no pasa de los 40 años, trabajadores veteranos, curtidos en oficios de especialista, hombres jóvenes con cargas familiares e hipotecarias a sus espaldas. "No podemos permitir que cierren Cerámicas Bellavista", dice Pérez Cota, "y si no estuviéramos seguros de su viabilidad económica no tendríamos tan claro el sentido de nuestra lucha".

A partir de hoy, desde las seis menos cuarto de la mañana, los trabajadores de Cerámicas Bellavista, empresa fundada en 1964, mantendrán turnos de guardia en la puerta de la fábrica con relevos permanentes.