La Sevilla toda, pero bien avenidaCocina marroquí en Porta Coeli

ABACERÍAS

Es la vieja historia de siempre: cherchez la femme. Porque fue Tatiana, psicóloga y onubense, la que arrastró a José a la calle San Luis, en el corazón de la Macarena. José, vecino de Triana de toda la vida, como toda su familia, como su hermano, Carlos, como su padre, Joaquín.

Así acabó José Ortega en San Luis, donde montó su casa y su negocio: la abacería que lleva su nombre justo en la esquina de la calle Relator con la plaza del Pumarejo. Y en la calle Pureza, en el número 12, se quedó Carlos, su hermano mayor, en La Antigua. Abacería. Su padre, cocinero de postín jubilado en Río Grande, señero restaurante de la calle Betis, vive enfrente.

Pero a veces Joaquín coge un taxi y cruza el río, y la muralla, y visita el local de su hijo. Porque si José fue la avanzadilla, el resto de la familia ha acogido de buen grado la deserción del terruño trianero del menor de la familia. Que también se molesta en hacer méritos: "Hombre, yo te quiero insistir en que fue mi hermano el que me ayudó a montar esto. El que me enseñó a cortar el jamón, a servir el vino...". También le dijo Carlos que no se complicara y pusiera una carta parecida a la suya, "y lo que hizo fue llevársela y cambiarle el nombre", cuenta divertido.

La Abacería José Ortega cumplirá en agosto dos años; la Antigua anda por los 12, y unos seis con sus actuales dueños, Carlos y su mujer, Desiré, no necesariamente en ese orden. Comparten filosofía, y proveedores, excepto en el jamón.

Aclara José los motivos de la buena acogida que ha encontrado: "Creo que en la Macarena no hay ninguna abacería como la mía. Tenemos un gran repertorio de vinos, de quesos, de chacinas, de conservas, de chacinas de montería...". Y, a menudo, algo de comida casera: migas, salmorejo, espinacas con garbanzos, albóndigas... todo obra de Tatiana, pedagoga y cocinera.

Las cartas son amplias en los dos bares, pero no todo cabe. Son abacerías: no hay plancha, ni freidora, ni montaditos. La idea es otra. Muchas tapas tienen base de pan tosdado y se sirven en papelones, que más de uno se lleva a su casa, porque ambas suman a la licencia de bar la de tienda. Y en ambas se esmeran porque la clientela, habitual en buena parte, esté a gusto. También en Triana hay comida casera, de la de toda la vida, "que no se pasa de moda", recuerda Carlos, como el potaje que tan bien ha funcionado en Semana Santa.

Si la Triana antigua se atisba en la abacería de Pureza, un estilo más moderno tiene la macarena. Pero las dos comparten también limpieza, que no hay que confundir cuidado con un carácter más o menos popular.

Más de una diferencia hay entre los hermanos: feriante Carlos, más rociero José, que conoció a su mujer en el camino. Eso sí, se evitan las discusiones futboleras, porque al mayor le da igual uno que otro equipo de la ciudad.

Sobre su oferta, destaca también Carlos lo amplio de su catálogo de vinos, sus quesos, sus chacinas, sus conservas selectas, que se salen de lo habitual. Y destaca lo mucho que trabajaron Desiré y él mismo en los inicios del negocio, proceso por el que años después ha transitado José, que después de la mudanza a la Macarena se ha ido a Bollullos, en busca de una casa más del gusto de Tatiana, embaraza y logopeda.

Porque al final, la historia de los dos hermanos acaba por ser la de las dos concuñadas. "Es que su mujer es muy macarena", explica Carlos sobre la mudanza rumbo al casco histórico, en el que tan contento anda ahora su hermano: "Hombre, esto es el centro, esta zona es una maravilla". Y sobre la suya, reitera Carlos: "Te quiero insistir en que esto lo hicimos a medias, fue nuestro primer hijo -luego llegaron otros dos-. Nos dimos unos lotes de currar...". Y Desiré sonríe mientras protesta porque no le gusta mucho salir en las fotos.

El restaurante Puerto Delicia (Muelle de las Delicias, s/n. Teléfono 955-115-656. www.puertodelicia.es) ofrece el 21 de abril y todos los días entre el 23 de abril y el 3 de mayo un paseo en barco entre el restaurante y la plaza de toros de la Real Maestranza. El paseo, que durará alrededor de 15 minutos, se amenizará con whisky Chivas de 18 años.

PORTA COELI

Los próximos 22 y 23 de abril, el restaurante Porta Coeli, situado en el interior del hotel Hesperia, acoge un taller de cocina marroquí. Lo impartirán el chef del Porta Coeli, Javier Rico, y el equipo de cocineros del restaurante Al-Medina, situado en la calle San Roque. Algunos de los platos serán bastela de bichón, harira y cous-cous real, que se maridarán con vinos Freixenet.