5, 4, 3, 2, 1,... y se hizo la luz. 2.900.000 luces led se encendieron al mismo tiempo en Sevilla, alumbrando la ciudad y comenzando la cuenta atrás para otra Navidad. Menos de un mes queda ya para la Nochebuena y Sevilla calienta motores con el arquillo del Ayuntamiento como epicentro. Allí se montó un ya tradicional escenario, que empezó su actividad media hora antes del alumbrado. Sobre él, la Banda Sinfónica Municipal bajo la batuta de Francisco Javier Gutiérrez Juan. La formación musical interpretó un variado repertorio, yendo desde la recreación de la escena de la máquina de escribir de la película Lío en los grandes almacenes a Color esperanza, popularizado por Diego Torres.

Minutos de preludio para el encendido, que tuvo como protagonista a Marcos Herrero. Un estudiante de segundo de la ESO en representación del Consejo de la Infancia y, por tanto, de todos los jóvenes de la ciudad. La oscuridad, gracias al apagado del alumbrado público, dio paso al brillo y a los aplausos. Miles de personas llegaban desde los pies del escenario hasta bien avanzada la Avenida de la Constitución. El entorno del Consistorio era un hervidero en el que pasaba de todo. En la Plaza Nueva, varios artistas callejeros de la pelotas hacían malabares mientras una decena de personas de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía sostenían una pancarta con el lema La calle no es un hogar: derecho a techo. Al otro lado, en la Plaza de San Francisco, se multiplicaban los selfies desde los balcones.

El espectáculo no se detuvo con el alumbrado navideño. La coplera Laura Gallego subió radiante a las tablas para acompañar a la banda y deleitar a los espectadores con su voz. Algo que también hizo Patricia Berbel junto a la Banda de Música de Nuestra Señora del Sol, que eligió un repertorio relacionado con la Navidad y las películas infantiles para congraciarse con la multitud de niños que acudieron al acto.