Sevilla se queda sin policías
La Policía Nacional vive una situación crítica en la capital, con la mayoría de los agentes disponibles dedicados a la custodia hospitalaria de presos y sin poder atender servicios
Una noche de la semana pasada, la Policía Nacional recibió el aviso de una persona que alertaba de que su hermano, enfermo mental, había salido de casa con intención de suicidarse. Ocurrió en las inmediaciones de la estación de Santa Justa. Al aviso acudió un vehículo de la comisaría del distrito Nervión, pero no había más policías nacionales disponibles en toda la ciudad para iniciar la búsqueda. Todos los efectivos disponibles estaban en los hospitales custodiando a presos ingresados. Durante más de cuarenta minutos nadie buscó al enfermo, al que poco después encontraron ahorcado dos policías locales de la Unidad de Intervención Nocturna (UIN).
Esa misma semana, la Policía Nacional no tenía efectivos disponibles para atender dos casos de violencia de género, en uno de los cuales resultó herida con lesiones graves una mujer. Durante el fin de semana, hubo horas en las que ningún coche patrullaba las calles de la capital. El viernes había nueve vehículos de servicio, pero ninguno pudo salir a la calle. Todos fueron enviados a los hospitales a custodiar presos ingresados.
El problema se agravó el sábado. Por la mañana, hubo una decena de hurtos en el centro que no se atendieron. Después, una unidad del servicio de emergencias sanitarias del 061 pidió apoyo de la Policía para realizar una asistencia en una zona conflictiva de la ciudad -es habitual que los sanitarios entren en determinados barrios escoltados por la Policía- y no fue posible porque todos los agentes estaban en los hospitales. Había once custodias hospitalarias que atender, para cada una de las cuales se necesita una pareja de funcionarios. Es decir, 22 agentes por turno para vigilar presos en los hospitales. O 66 a lo largo de todo el día. A diferencia de otras ciudades españolas, Sevilla no tiene ningún módulo hospitalario especial para presos, lo que implica que los reclusos tengan que ser ingresados en habitaciones convencionales, compartiendo espacio con el resto de enfermos y obligando a la Policía a hacer un fuerte despliegue de medios, restándoselos al resto de la ciudad.
En teoría, estos servicios han de hacerlo siempre policías uniformados, adscritos a la brigada de Seguridad Ciudadana, pero la situación crítica en cuanto a falta de efectivos que padece la plantilla de Sevilla ha llevado a que los estén desempeñando también agentes de paisano de otras unidades. La merma de la plantilla es tal que hasta los propios jefes intermedios están cubriendo relevos en los calabozos, mientras que se envían a agentes de la Policía Judicial -los que tienen que investigar delitos como homicidios, robos, estafas, atracos o tráfico de drogas- a atender los servicios que entran a través del 091. Desde la sala que gestiona este teléfono, los funcionarios que contestan a las llamadas les están pidiendo disculpas a los ciudadanos y explicándoles que la Policía no dispone de efectivos. De hecho, desde hace unos meses el déficit que padece la plantilla de Sevilla capital supera el medio millar de agentes, puesto que se han jubilado o marchado a otros destinos muchos más policías de los que han venido en los últimos años.
La designación de Juan Ignacio Zoido como ministro del Interior también ha retirado policías de las calles, puesto que ahora es preciso que haya un dispositivo de vigilancia especial en torno a la residencia del ministro. A ello se le une que, como es habitual cada año, seis policías u oficiales de Sevilla van destinados durante el periodo navideño a Madrid para reforzar la campaña de Navidad en la capital de España. Esto no es algo exclusivo de Sevilla, puesto que el dispositivo de Madrid se nutre de refuerzos de toda España.
Los policías son conscientes de que la situación es crítica y temen que no puedan responder ante algún suceso grave. Ya hace unas semanas se echó en falta una rápida respuesta policial en los incidentes protagonizados por ultras del Sevilla en la taberna El Papelón en la calle Reyes Católicos, en la que apuñalaron a un seguidor de la Juventus la noche previa al partido de Liga de Campeones que enfrentó a ambos equipos. De poco sirvió el dispositivo diseñado por la Delegación del Gobierno para un partido declarado de alto riesgo. Pese a que la subdelegada en Sevilla, Felisa Panadero, aseguró que la Policía tardó tres minutos en llegar, varios testigos presenciales explicaron a este periódico que no apareció ningún agente hasta veinte minutos después de la agresión.
En el seno del cuerpo existe una profunda indignación por lo que está ocurriendo y lamentan que nadie plantee una solución. De momento, lo único que la Jefatura ha hecho es iniciar un diálogo con la Junta para pedirle que cree o habilite un módulo especial para presos que permita un despliegue menor de policías en los hospitales. Sin embargo, no hay compromiso alguno por parte del Servicio Andaluz de Salud y urge una solución inmediata y no un proyecto de cara a unos años. No ayuda demasiado que la cúpula de la Policía en Sevilla se encuentre en una situación de interinidad, puesto que no hay jefe superior nombrado desde la jubilación de Francisco Perea, a mediados de noviembre, y es su segundo, Juan Francisco Alcaraz, quien ejerce el mando de manera accidental.
Varios agentes consultados por este periódico expresaron también su preocupación no sólo por no poder atender una necesidad ciudadana, sino también por su propia integridad, ya que no hay policías disponibles para necesitar un refuerzo en caso de encontrarse en una situación comprometida. Estamos vendidos, hay servicios sin atender, los que se atienden, se atienden muy tarde, y no hay apoyos si algún policía es agredido", explicó un funcionario.
La UFP califica de "alarmante" la situación e iniciará protestas
La Unión Federal de Policía (UFP) alertó ayer de la gravedad de la situación que padece este cuerpo de seguridad en Sevilla, "una población de casi 700.000 habitantes en la que sólo hay un vehículo de Policía". El sindicato explicó ayer que "los testimonios (de los agentes) empiezan a ser alarmantes". La UFP denunció que se atienden servicios con más de una hora de retraso por "la imposibilidad material de mandar a policías". Esta central recordó que "los policías no están dispuestos a seguir con esta situación" y anunció una serie de protestas por una situación que considera "peligrosa". "Más pronto que tarde sucederán hechos graves", lamentó la UFP.
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