El científico de la computación Edsger Wybe Dijkstra afirmó en alguna ocasión que "no es tarea de la universidad ofrecer lo que la sociedad le pide, sino lo que la sociedad necesita". Una idea que tiene más sentido si cabe cuando salen jóvenes de los templos del saber dispuestos a transformar sus proyectos en empresas, asumiendo todo el riesgo que supone. Con ímpetu, con arrojo y con valentía. Seis estudiantes de la Universidad Pablo de Olavide, de diferentes edades y ramas, han decidido tomar la vía del emprendimiento y probar suerte con esta, nada sencilla, carrera de fondo.

A pesar de pertenecer a proyectos diferentes, todos coinciden en tres ideas: que la opción del emprendimiento les ofrece unas habilidades extra a las que no podrían acceder de otra forma; que además les otorga la posibilidad de conocerse a ellos mismos y sus capacidades para sobreponerse antes las adversidades; y que los centros universitarios deberían ofrecer más facilidades para compaginar sus estudios, exámenes y clases con la creación de una startup.

Hace justo un mes, las iniciativas Combata y PayBlock fueron los dos proyectos finalistas de la Universidad Pablo de Olavide en la segunda edición del programa De Idea a Producto. Una iniciativa promovida por la consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, Telefónica y las universidades públicas andaluzas. La finalidad de esta especie de concurso es promover la cultura emprendedora en los campus, además de identificar e impulsar posibles ideas de negocio de carácter innovador y apoyar su lanzamiento en el mercado como producto y servicio. 

En este momento y hasta el 31 de junio, ambos proyectos, junto a otros 16 más del resto de universidades públicas andaluzas que han sido seleccionadas entre un total de 123 iniciativas forman parte de un programa en el que reciben sesiones de asesoramiento personalizado, analizan junto a expertos el mercado al que se dirigen y trabajan para fomentar el valor diferencial con respecto a otras soluciones ya lanzadas por la competencia.

Combata o cómo proteger tu copa de las drogas

El proyecto de Combata está compuesto por Ana Marín Vázquez, del Grado en Administración y Dirección de Empresas y Derecho, y Reyes del Pozo López, estudiante del Grado en Psicología. Una iniciativa que se dedica a la producción y distribución de tapas de silicona para vasos y copas como mecanismos de seguridad. Las dos jóvenes explican a Diario de Sevilla que su idea nació hace dos años porque habían vivido algunas situaciones de inseguridad cuando salían de fiesta. Principalmente por que alguien echó drogas en las copas de algunas de sus amigas. 

Las dos tienen claro que su público objetivo son mujeres jóvenes, pero tampoco dejan a un lado a los hombres. Consideran que gracias a su tapa pueden evitar que se les derrame el líquido del vaso fruto de un empujón o de un despiste. Los materiales que conforman el producto permiten que pueda reutilizarse. Además, se adapta a todo tipo de recipientes gracias a su forma moldeable. A ambas les gustaría llevar su propuesta a festivales de música e incluso a eventos sociales. De hecho, ya han preparado algunas remesas personalizadas para bodas.

Tecnología 'blockchain' para proteger las transacciones

La otra idea finalista ha sido PayBlock, que plantea automatizar el proceso de pagos de manera transparente y segura utilizando la tecnología blockchain. Al frente están Pablo Porrero Ramírez, Jesús Jiménez Vargas y Miguel Boleto Gallardo, pertenecientes al Grado en Análisis Económico; y Jesús Inurria Porrero, de Ingeniería Informática en Sistemas de Información.

Los integrantes de PayBlock: Jesús Jiménez, Jesús Inurria, Pablo Porrero y Miguel Ángel Boleto.

Los cuatro concretan un término tan complejo como blockchain con un planteamiento muy sencillo: "Imagina que estás en una fiesta con tus amigos y todos tienen una hoja de papel y un lápiz. Cada vez que alguien quiere hacer una transacción, en lugar de usar dinero físico, escriben los detalles en su hoja de papel y la muestran a los demás. Ahora, en lugar de confiar en una sola persona para llevar el registro de todas las transacciones, los participantes de la fiesta tienen una copia de todas las hojas de papel. Cada cierto tiempo, digamos cada hora, los amigos se reúnen y comparan sus hojas de papel para asegurarse de que todos tengan el mismo registro de las transacciones. Si encuentran alguna discrepancia, la mayoría decide cuál es la versión correcta y la actualizan en todas las hojas de papel".

A partir de esta tecnología, lo integrantes de PayBlock hacen hincapié en que su proyecto es una "solución que proporciona seguridad y confiabilidad en las transacciones, al tiempo que simplifica y agiliza los procesos financieros". Se trata de una alternativa segura y confiable para el envío de información financiera.

Actualmente están validando el sistema con diferentes empresas para destinarlo a banca en un futuro no muy lejano. De hecho creen que para finales de 2023 podrán auditar su prototipo. El hito que pretende alcanzar es el de convertirse en la primera compañía andaluza unicornio. Se conoce así a las startups tecnológicas que alcanzan un valor de mil millones de dólares en algún momento de su proceso de levantamiento de capital sin cotizar en bolsa.

Una carrera de fondo que estos jóvenes han comenzado y que parece no tener freno por el momento. De hecho, animan al resto de jóvenes a participar en iniciativas como las que ellos han concursado para que la del emprendimiento sevillano siga rodando.