La muestra Féminas, de la jerezana Tuty Márquez (1958), concluye hoy su periodo de exposición en el Centro Cívico Las Sirenas, donde ha podido ser visitada desde finales de noviembre.

La ceramista andaluza comenzó en 2018 con este proyecto que persigue “deconstruir la representación estereotipada del cuerpo femenino. El objetivo es reivindicar a la mujer, pero no como objeto”. Además, Márquez explica a este periódico que, aunque hace cinco años que comenzó a dar forma a estas obras, aún continúa con la misma tarea. “En la actualidad tengo ya 80 piezas”, asegura, y afirma que tiene intención de seguir creando más modelos.

Vasija de ‘Se salieron del tiesto’.

“Es mi homenaje a las mujeres”, expone, y es que la andaluza busca con su representación artística “un reclamo a la libertad y al derecho femenino”. Para su realización emplea rostros de diversas mujeres –escritoras, cantantes, modelos, etc.– y se deshace de sus cuerpos para construirles unos nuevos que no estén cosificados. “Sin cuerpo, no son objetos de deseo”, reafirma la jerezana.

Esta ceramista con proyección internacional, ya que ha expuesto en países como Holanda, Suiza o Uruguay, se vale de todo tipo de materiales –madera, cerámica, tejido, cristal, etc.– para dar forma a cuerpos donde la vulva tiene un papel protagonista. “Todos los modelos tienen un triángulo invertido en la zona inferior, que simboliza la V de vulva”.

Tal es el protagonismo de esta parte íntima de la mujer que Féminas se complementa con otra muestra llamada Se salieron del tiesto, y que representa vasijas de cerámica de la que se desprenden flores que se transforman en vulvas.

En cuanto a los materiales de los que hace uso para dar forma a la

‘Las trece rosas’, de ‘Féminas’.

exposición, explica que se vale, especialmente, de objetos reciclados, ya que, desde el principio, ha querido reutilizar elementos que tenía por su casa, o que le han cedido amigos y familiares.

Entre algunos de los ejemplos más representativos se encuentra Las trece rosas, un homenaje a las trece mujeres fusiladas en Madrid en agosto de 1939 por la dictadura franquista. Además de una flor negra que representa el luto, esta posee una herida vertical simbolizada en la madera y un gran lagrimal de cristal por la aflicción que asesinato provocó.