salud

El Valme avanza frente a la apnea

  • Un equipo médico realiza el primer estudio en mujeres sobre los resultados del tratamiento estándar frente a las apneas

  • La investigación ha sido premiada en el congreso de Neumosur

Francisco Campos, Luis Fajardo, Juan Santos, Silvia Ruiz, y Rosario del Valle, en el Hospital de Valme.

Francisco Campos, Luis Fajardo, Juan Santos, Silvia Ruiz, y Rosario del Valle, en el Hospital de Valme. / h. u. v. v.

El equipo del doctor Francisco Campos en el Hospital de Valme ha liderado el primer ensayo clínico en mujeres que analiza los resultados de los tratamientos frente a la apnea. El trabajo multicéntrico ha contado con 19 hospitales y se ha centrado en el estudio de 307 mujeres diagnosticadas de apnea del sueño moderada y grave durante un periodo de tres meses. "Hemos comprobado que el tratamiento estándar de la apnea (CPAP) reduce la presión arterial -dos milímetros de mercurio- ; y mejora la calidad de vida de las pacientes , respecto a un grupo control sin tratamiento", explica el doctor Campos, neumólogo.

Además de mejorar en los problemas asociados a la mala calidad del sueño (somnolencia, cansancio, dolores de cabeza, etcétera), las pacientes de apnea sometidas a CPAP presentan también mejores resultados frente a problemas de ansiedad, depresión y estado del ánimo. Los resultados de este estudio multicéntrico han sido merecedores de un premio en el congreso de la Sociedad Andaluza de Neumología (Neumosur) celebrado recientemente en Málaga.

Las apneas graves sin tratamiento multiplican por 3,5 el riesgo de parada cardiovascular"

El tratamiento estándar (CPAP) frente a la apnea se centra en la utilización de un dispositivo que funciona a modo de un compresor de aire. "El paciente se coloca una mascarilla mientras duerme, de modo que el aire a presión permite que la garganta se mantenga abierta y no se colapse", explica el especialista. La apnea del sueño es un problema de salud de origen desconocido causado por una relajación excesiva de los músculos de la garganta durante el sueño. Este problema provoca la oclusión de las vías respiratorias superiores, de modo que durante unos segundos se produce una pérdida de oxígeno, hasta que el afectado se despierta. Cuando este episodio se repite, en torno a 15 o más veces durante una hora de sueño, es considerado como un problema de apnea moderada o grave, que requiere tratamiento.

El 80% de los pacientes con apnea son obesos. La pérdida de peso, evitar el consumo de relajantes musculares, sedantes, no consumir alcohol ni tabaco, y mantener unos hábitos saludables de sueño son medidas higienico-diéticas que contribuyen a reducir este problema de salud y que forman parte de los tratamientos. Las apneas son episodios repetidos de obstrucción de la vía aérea superior durante el sueño, que provocan caída en los niveles de oxígeno en la sangre, así como despertares intermitentes que suelen pasar desapercibidos por los afectados, y son sus parejas las que perciben el problema mientras duermen.

En estudios anteriores, el doctor Campos constató que la apnea del sueño está vinculada a problemas cardiovasculares. "Los resultados demostraron que la apnea grave sin tratamiento aumenta 3,5 veces el riesgo de muerte a causa de un infarto de miocardio o un ictus", recuerda . Esta investigación se desarrolló en los hospitales de Valme y Requena durante siete años y concluyó que el tratamiento con presión continua positiva en la vía respiratoria superior reduce el exceso de mortalidad por estas causas asociadas a las apneas. Estos resultados fueron publicados en una revista de gran impacto científico, Annals of Internal Medicine.

Otra de las investigaciones recientes vinculan la apneas con el riesgo de cáncer. "Estudios recientes sugieren que la caída de oxígeno que se produce durante la apnea favorece la aparición de tumores y su crecimiento; de modo que contribuye a un pronóstico adverso", añade Campos. En este estudio multicéntrico se estudiaron 5.000 personas con sospecha de apnea durante cuatro años y medio. Las conclusiones obtenidas fueron recogidas en el primer número del año 2013 de la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

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