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Viaje en autobús con Cayetana de Alba

  • Recuerdo. La Duquesa de Alba habría cumplido ayer 97 años. Da nombre a una plaza en la Barqueta por la que pasa un autobús con parada junto a su estatua cerca de la torre del Oro

La plaza Duquesa Cayetana de Alba.

La plaza Duquesa Cayetana de Alba. / juan carlos muñoz

Pino Montano. San Jerónimo. Los Bermejales. Bellavista. Son los cuatro megabarrios que aparecen en el itinerario del 3 en la parada del puente de la Barqueta. Uno de los dos puentes de Calatrava. El del Alamillo por haberlo proyectado el arquitecto valenciano; el otro porque es como la prolongación de la calle Calatrava, la que se abre en canal por la Alameda hasta el centro, apostólica y romana, por Amor de Dios y por Trajano.

La Plaza Duquesa Cayetana de Alba es un enjambre de autobuses. Le hacía mucha ilusión a la inquilina del palacio de Dueñas que un nudo de tanto tránsito urbano llevara su nombre, aunque me temo que la duquesa se fue a su Colliure nobiliario sin subirse ni una sola vez en un autobús urbano. Me dijo alguna vez que era una de sus asignaturas pendientes.

Le sorprendería a la duquesa ver tanto patinete y la nao Victoria atracada en el río

Ayer fue su cumpleaños. Le habrían apagado 97 velas. Con ese motivo, invité a su memoria a un paseo en el 3, la línea que abrió Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla cuando muere la duquesa, desde la plaza Duquesa Cayetana de Alba hasta la parada junto a la torre del Oro, a dos pasos de los Jardines Cristina donde ella misma asistió a la inauguración de la estatua que salió del taller de Sebastián Santos Calero. Buena aficionada a los toros, hacen el paseíllo en su honor, en el palco del Príncipe que llevó a la portada de Feria Ricardo Suárez, la terna formada por Pepe Luis y Manolo Vázquez y Curro Romero, junto a Ramón Tamames uno de los hijos del año 33. La escultura del diestro de Camas lleva la misma firma que la de la Duquesa de Alba.

El 3 pasa por el estadio de su equipo favorito, el que ganó la Liga cuando Cayetana tenía nueve años y ya había quedado huérfana de madre. Le sorprendería gratamente la mezcolanza de los viajeros del autobús. Es una línea que recorre muchas Sevillas; y la juventud de las nuevas promociones de conductores. No sé si le rechinaría ese aire futurista de los patinetes, nuevos estandartes de la movilidad, palabra tan en boga como antaño estuvo Movimiento.

Daría su aprobación a lo bonito que está quedando el paseo junto al río después de tres décadas de desidia y abandono. Desde que se clausuró la Expo 92 que tantas veces visitó. Le dolería conocer la muerte de Carlos Saura, con cuya película 'Sevillanas' tanto disfrutó la alumna de Enrique el Cojo. Con su maestro fue captada en una fotografía inmensa por Martín Cartaya que se comprometió a mostrarla cuando ya no vivieran ninguno de los dos, la bailaora de Dueñas y el Diaghilev extremeño de la calle Espíritu Santo.

El 2, el 3, el 6, el 13, el 14, el C1, el C2, el C3, el C4. La Plaza Duquesa Cayetana de Alba parece un bingo con las líneas de autobuses. El monumento más próximo es el monasterio de San Clemente, el más antiguo de la ciudad, que su segundo marido, Jesús Aguirre, intentó convertir sin éxito en pabellón de Sevilla, ciudad en la que este Jándalo (así se llama la calle que baja al río por un lateral de la estación de autobuses de Plaza de Armas) fue nombrado comisario del certamen.

Vorágine de autobuses que unen Torneo con Resolana, el Extramuros antiguo, el del Hospital de la Sangre o de las Cinco Llagas que hoy es sede del Parlamento Andaluz cuyo presidente es otro Jesús Aguire, con el Extramuros moderno, el de la Cartuja con la rehabilitación del río y el final del muro y la vía del Tren que hacían de esa zona un Berlín sureño. El muro alemán se empezó a construir el mismo año 1961 de la riada del Tamarguillo a cuyos damnificados Cayetana de Alba dedicó tanta generosidad en tiempo y dinero.

Murió el 20 de noviembre de 2014. Cambió el alcalde, cambiaron los presidentes de la Junta y del Gobierno. El único que sigue en su sitio es el Papa Francisco, que ha cumplido diez años de pontificado. El último día del año pasado murió Benedicto XVI. Cuando lo nombraron, Cayetana comentó que de los pocos que habrían leído a Ratzinger en alemán sería Jesús Aguirre, tan unido como editor e intelectual a la Escuela de Francfurt.

El año pasado murió otra mujer nacida el mismo año que la Duquesa, la reina Isabel II de Inglaterra a la que conoció bien: el padre de Cayetana fue embajador en Londres. Ahora tienen a Carlos III y a Camila. Isabel II se murió en Glasgow un día después de que el Madrid derrotara al Celtic en la ciudad escocesa y justo el día que se cumplían los quinientos años del regreso de la nao Victoria de completar la primera Vuelta al Mundo. La gesta que empezó Magallanes y terminó Elcano se encontró en su quinto centenario con la sombra de la pandemia del coronavirus. La Isabel II española da nombre al puente de Triana.

La estatua de Cayetana de Alba está rodeada por una cinta a la altura de su cintura. Están podando los árboles circundantes para despejar la vista que da al hotel Alfonso XIII. Cayetana de Alba nació en plena dictadura de Primo de Rivera, que este año está de centenario. Un año antes de la generación del 27. Junto a la estatua, una piedra con un poema de Pedro Salinas titulado 'Presagios': "El río va a su negocio / corre que te correrás. / De cuando en cuando, en la orilla / hay una moza que sale / (Gelves es la moza humilde, / Sevilla la del linaje), / a ofrecerle el corazón / si el río quiere pararse. / Pero / el río va a su negocio / y no se casa con nadie". Como la duquesa, aunque ella se casó tres veces.

El monitor del autobús informa de otras personas que también cumplían años ayer: las actrices Amaia Salamanca y Belén Cuesta. Y en la agenda cultural se mezclan nombres como Rembrandt, Pastora Soler y el Niño de Elche. Algún viajero lleva en el móvil música de Semana Santa. Falta una semana y un día para que salgan los Gitanos, donde están sus restos. Espero que haya disfrutado de este viaje entre duquesas, la que rotula la plaza, la que preside con su estatua los jardines. Viajera del tiempo, como el personaje de la novela 'Todas las almas' de Javier Marías, el lector de Oxford que murió tres días después que Su Graciosa Majestad.

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