Sevilla

La Virgen de los Reyes aclara dudas

  • Asistimos a la procesión de la Patrona con más público de los últimos años, pese a coincidir en jueves caluroso de puente La mañana de la Virgen sigue ganando presencia de jóvenes

león

NO era una salida más de la Virgen de los Reyes, sino la segunda en 2013, o la primera después de la salida extraordinaria del Año de la Fe. Si entonces algunos malentendidos crearon dudas sobre el poder de convocatoria de la Virgen de los Reyes, ayer quedaron totalmente aclaradas. Hay una devoción que es propia de cada 15 de agosto. Son los fieles que ese día se congregan en torno a la Patrona. Ese público, en los tres últimos años ha ido claramente a más. Una de las muchas cosas buenas derivadas de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en Madrid en 2011 fue que en Sevilla coincidió con la procesión de la Patrona. Esa atracción de jóvenes ha ayudado a revitalizarla. Este año se ha confirmado, con un nuevo aumento de la juventud. La Virgen de los Reyes reúne a su alrededor a gente de todas las edades.

Hace no tantos años, se decía que la procesión de la Virgen de los Reyes era, principalmente, para personas mayores. De algún modo, corría el resgo de caer en una tradición religiosa en desuso. Lo mismo se decía de otros aspectos de la Iglesia. Pero en los últimos años, alrededor de la Patrona, ya no seven sólo personas mayores. Además de la JMJ, ha beneficiado que los jóvenes capillitas sevillanos se han acercado más y han aprendido que ese madrugón del 15 de agosto merece el esfuerzo. Y no se debe olvidar la labor excelente que está realizando la Asociación de Fieles de la Virgen de los Reyes. Una hermandad se refleja siempre en un cortejo. Se transmite al exterior lo que se tiene. Ahí se ve que la Asociación congrega a personas de todas las edades, incluidos jóvenes. Actualmente, es el mejor cortejo de Gloria de Sevilla, con mucha diferencia.

La mañana de la Virgen volvió a tener vallas en el recorrido. Es obvio que facilita la comodidad y el orden para quienes están dentro de la procesión y para quienes llegan temprano. Pero también es cierto que disminuye la movilidad, que crea dos mitades incomunicadas desde las ocho de la mañana, y que deja al público que está en la parte de la Catedral y las gradas como en una isla VIP.

A las ocho menos cuarto los hombres de Bejarano ya habían levantado el paso de la Virgen de los Reyes en el interior de la Catedral. A esa hora, la Corporación Municipal iba bajo mazas por la Avenida para entrar por la Puerta de San Miguel. Esta modificación obligó a la Banda Municipal, dirigida por Francisco J. Gutiérrez Juan, a hacer un recorrido raro de ida y vuelta para llegar a la calle Alemanes, donde se tuvieron que realinear por segunda vez para colocarse en cabeza de la procesión. Cuando llegaron, la cruz patriarcal ya estaba desde hacía cinco minutos en la esquina de Hernando Colón.

La Virgen de los Reyes lució esta vez el manto blanco de Isabel II, con sus bordados de castillos y leones. Es el que mejor combina con su palio de tumbilla, también blanco. Le da un aspecto más señorial aún, como más elegante y sublime. Se diría que ese manto blanco la hace más morena cuando el sol la saluda desde la Punta del Diamante, o cuando le acaricia el rostro en su camino hacia la plaza del Triunfo, entre las gradas de la Catedral y las del Archivo de Indias, donde tantos la esperaban.

Siempre es mañana de silencios, pero hay un sector de público que tiene una especie de sed de aplaudir. Parece como si no quedaran contentos si no ovacionan a algo o alguien. Bueno, pues hubo algunos aplausos. En la esquina de Correos (del todo extemporáneos y sobrando), a la Virgen cuando arrió el paso. Después el público más aplaudidor, que es el de la plaza del Triunfo y por ahí, estalló en grandes ovaciones al iniciar el desfile la compañía militar de honores. A pesar de que vivimos en un Estado laico, o eso se dice, aquí emociona el desfile de unos soldados ante un paso.

Se le debe reconocer su buena voluntad a los soldados, pero alguien debería asesorar bien a la banda que acompaña a la Virgen. En la música militar hemos pasado de la banda conocida como Soria 9 (esto es, lo de Gámez, Morales o Moreno) a lo que se denomina la Música del Suigesur. Con los recortes en Defensa, tampoco se va a prodigar el gasto en músicos. Pero pareció fuera de lugar que se pasaran más de la mitad de la procesión tocando sólo el tambor, mientras no se oían apenas marchas en honor de la Virgen, y las pocas que sonaron era cuando el paso estaba arriado. El caso es que no tocaron mal y no les niego la buena voluntad, pero la música de una procesión en Sevilla no es eso.

Puestos a aplaudir, algunos dirán que el pueblo ya no le aplaude al alcalde, como en aquel Corpus sublime. Pero ya se sabe que la mañana del 15 de agosto es de silencios. Ningún alcalde ha sido nunca el protagonista, ni Zoido va para eso, sino para acompañar. El PSOE municipal también va en el cortejo, con Juan Espadas al frente, y tampoco se le aplaude. Veo bien esa moderación, porque me gustan más los silencios y el ruán.

El arzobispo, Juan José Asenjo, presidió la representación religiosa tras el paso, acompañado por el obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, y el vicario general y deán, Teodoro León. En la misa pontifical celebrada tras la procesión, seguida por numerosos fieles, monseñor Asenjo pronunció una homilía en la que recordó las llamadas al amor y la misericordia que ha realizado el papa Francisco en los últimos meses. Recordó que es muy necesario para el compromiso de los cristianos. El arzobispo, que citó también a Pablo VI y Juan Pablo II, recordó que en estos tiempos marcados por la crisis y las dificultades, María es la Reina que nos sirve de ejemplo en la disposición de entrega y sacrificio, en la ayuda a los más necesitados.

En estos tiempos de dudas no estamos perdidos. Ayer tuvimos un ejemplo más: basta con mirar a los ojos de esa Virgen para que no haya dudas. Tampoco se duda de que Ella es la Reina de Sevilla.

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