Un equipo multidisciplinar del Virgen del Rocío ha operado este mes a dos bebés momentos antes de nacer mediante cirugía fetal abierta, una complicada técnica, conocida como Exit, que ya se ha aplicado en ocho ocasiones en la ciudad sanitaria. Los dos pequeños sufrían graves problemas para respirar por sí mismos en el momento de ver la luz y requerían ayuda para dar el primer suspiro. Tras las intervenciones los dos pequeños evolucionan favorablemente.

El primer bebé sufría una hernia diafragmática que le oprimía los pulmones y el corazón. Cuando aún era un feto, los especialistas optaron por practicarle un drenaje porque "la hernia le provocaba retención de líquidos y no permitía un desarrollo normal de los pulmones", explicó ayer Juan Carlos de Agustín, director de la Unidad de Cirugía Pediátrica. Y en el momento del nacimiento, justo antes de cortar el cordón umbilical, los cirujanos entubaron al pequeño para que pudiera respirar mediante un pulmón artificial. Mientras que el niño está unido a la madre, la respiración es placentaria, pero una vez que se corta el cordón umbilical, el bebé nace y tiene que respirar por sí mismo, de lo contrario puede tener serias dificultades para sobrevivir. "Mediante la técnica Exit nos aseguramos de que el niño no tiene problemas para respirar, ya que lo conectamos a un respirador artificial, antes de separarlo de la madre", añade De Agustín. Dos horas después del nacimiento, los especialistas eliminaron la hernia diafragmática al pequeño, "que se encuentra muy bien", destacó el especialista.

El segundo caso se realizó el pasado lunes a un bebé que sufre una extraña malformación pulmonar. Este pequeño también necesitaba ayuda ante los altos riesgos que presentaba para nacer. Los cirujanos aplicaron con éxito la misma técnica y en estos momentos el bebé evoluciona positivamente, si bien tiene que someterse a estudio para evitar que la malformación congénita provoque problemas.

La cirugía fetal abierta requiere de un equipo de expertos muy entrenado y se aplica como solución cuando la mortalidad del neonato es superior al 50%. En los últimos dos años el Virgen del Rocío ha realizado ocho intervenciones. La primera pequeña sometida a esta técnica, María, nació en 2007 y se libró de graves secuelas de la espina bífida. Hoy en día María evoluciona bien y puede andar. Cada año el Virgen del Rocío utiliza esta cirugía en siete u ocho pacientes.