Nuevos nubarrones sobre la Torre Cajasol. Cuando sus promotores apenas se han recuperado del susto de la amenaza de la Unesco de incluir a Sevilla en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro por su construcción, este martes trascendió que Estrumaher, la empresa encargada de fabricar los módulos de cristal y cerámica de la fachada del rascacielos, ha presentado concurso de acreedores y, por tanto, le será imposible cumplir con su compromiso. Desde la dirección de la obra ya se da por supuesto que la finalización de la misma, prevista para el último trimestre del próximo año, va a sufrir un inevitable retraso.

Aunque fuentes de Cajasol aseguraban este martes a este periódico que las obras continuaban a buen ritmo, también admitían que, actualmente, se está a la búsqueda de una nueva empresa que se haga cargo de fabricar los elementos que le darán a la Torre Cajasol una personalidad "sevillana" caracterizada por el color barro del gres cerámico fabricado y la utilización de cristales. Hasta la fecha, Estrumaher, empresa filial del grupo toledano Emiliano Madrid había suministrado a la obra material para recubrir sólo tres de las 39 plantas que tendrá este rascacielos diseñado por el arquitecto César Pelli. De hecho, los promotores habían anunciado que la instalación de la fachada iba a comenzar durante el pasado mes de junio, algo que, finalmente, no ha ocurrido.

Cuatro trabajadores de Estrumaher que estaban empleados en la obra de la Cartuja decidieron este martes encerrarse en la primera planta del edificio y denunciaron que la empresa les adeudaba dos meses y medio de salario. "Apenas hemos cobrado 250 euros. Cuando nos contrataron en Estrumaher ya sabían que no nos iban a poder pagar", dijo un portavoz de los encerrados a Radio Sevilla.

El retraso de la obra dependerá de lo rápido que se encuentre una nueva empresa que se haga cargo de la fabricación de los 3.024 módulos de ventana necesarios para cubrir todo el rascacielos. De hecho, fuentes de la construcción aseguraban este martes a este periódico que puede que la nueva empresa decida continuar con la ingeniería y las piezas ya fabricadas por Estrumaher o, por el contrario, opte por desarrollar el proyecto desde cero, algo que, evidentemente, supondría un retraso aún mayor. Como decían estas fuentes, la fachada ha entrado en un "camino crítico". En total, la construcción de la fachada de la todavía llamada Torre Cajasol está presupuestada en 18 millones de euros.

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Pese a todo, las obras del edificio de la Cartuja siguen a una velocidad inusitada. Ya se ha alcanzado la planta 32 (146 metros de altura), por lo que la torre ya es la construcción más alta de Sevilla, incluido el Puente del Alamillo. En concreto, se avanza al ritmo de un piso cada ocho días. La Torre Cajasol tendrá un total de 39 plantas sobre rasante, de las que 36 acogerán oficinas, una un restaurante mirador y las dos últimas, denominadas "técnicas", albergarán la maquinaria de los asensores, de climatización, etcétera. Bajo rasante, la torre tiene cuatro plantas dedicadas a parking de automóviles y motocicletas. Desde el mirador se podrá, incluso, ver el Coto de Doñana y el mar los días de visibilidad excepcional, según fuentes de la obra.

El concurso de acreedores de Estrumaher pone en serios aprietos a una empresa especializada en la instalación de fachadas de gran solvencia internacional, con proyectos en numerosos países. Hace varias semanas se anunció que el grupo Emiliano Madrid iba a presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a unas 350 personas aproximadamente, entre ellas empleados de Estrumaher, una de las sociedades del grupo.