A sus 28 años, Azahara Álvarez se ha incorporado al cuerpo de la Policía Local como el número uno en su promoción en la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía (ESPA). Ocho mujeres y un total de 102 agentes refuerzan desde ayer la seguridad de la ciudad. La mitad de ellos estarán destinados a los barrios y pasarán a formar parte de una plantilla renovada de 1.150 policías locales. El nombramiento de cada uno de ellos se celebró en una sala del Palacio de Exposiciones y Congresos (Fibes) repleta de familiares, amigos y compañeros de los nuevos agentes.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, presidió un acto en el que dedicó palabras para el recuerdo y reconocimiento de un agente que ha perdido la vida recientemente, Manuel García, cuando estaba a punto de jubilarse. Sus hijos, Emilio y Manuel, estaban presentes en el acto institucional, uno de los primeros de Juan Bueno como delegado de Seguridad y Movilidad. Bueno también quiso recordar la memoria de Manuel García.

En una tarde tórrida, los 102 agentes formaron filas momentos antes de los nombramientos oficiales para que el primer edil pasara revista. Una vez dentro, en Fibes, uno a uno, los nuevos agentes desfilaron para prometer o jurar su cargo.

Años de estudio y de esfuerzo para recoger el fruto e iniciar una carrera policial en las distintas unidades y distritos de la ciudad. Entre las incorporaciones, 77 agentes proceden de la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía, mientras que 16 son subinspectores e inspectores que llegan de otros cuerpos de seguridad que se incorporan a la Policía Local de Sevilla, tras superar pruebas de promoción. Durante los últimos meses los 102 agentes han puesto en práctica sus conocimientos en distintos puntos de la ciudad. Una intensa preparación en investigación policial, prevención e intervención, defensa personal, habilidades de comunicación, o regulación y ordenación del tráfico.

Para la número uno de la última promoción de la ESPA, Azahara Álvarez, dos de las áreas más atractivas son la regulación del tráfico así como el trabajo en los distritos Cerro-Amate y Sur. Momentos después de ser nombrada, Azahara explicó sus motivaciones para convertirse en policía local. "Mi padre era Policía Nacional y falleció cuando yo tenía quince años. He querido seguir sus pasos, pero en la Policía Local, porque sus competencias me parecen más atractivas". Tras dedicar cinco años al estudio y al esfuerzo para superar las oposiciones, Azahara reconoce que el tiro es una de sus mejores habilidades. Mujer con buena puntería y con aspiraciones, Azahara ocupará de manera provisional un puesto en el distrito Cerro-Amate, uno de sus preferidos, hasta conocer su plaza definitiva en el cuerpo a partir de septiembre. Una de las experiencias que más recuerda durante su formación en prácticas es la asistencia que ofreció junto a otros compañeros a una mujer víctima de la violencia de género en la Macarena, a la que acompañó hasta el hospital. Con gran entusiasmo, esta joven inicia una carrera policial prometedora.