Sevilla

Los profesionales sanitarios de Sevilla sufrieron 279 agresiones en 2020

  • Los ataques a los empleados del SAS en la provincia se han reducido un 28% en el último año

Imagen de la concentración en el centro de salud de Écija en apoyo a una médica agredida el pasado diciembre.

Imagen de la concentración en el centro de salud de Écija en apoyo a una médica agredida el pasado diciembre. / M. G.

Los profesionales sanitarios de Sevilla sufrieron en 2020 un total de 279 agresiones, una cifra menor a la del año anterior pero que sigue siendo muy importante. En 2019, la Consejería de Salud registró 388 ataques a su personal, lo que supone una bajada del 28%.

Las agresiones a trabajadores del Servicio Andaluz de Salud (SAS) se redujeron el pasado año en un 30,8% en toda la comunidad andaluza. Así, se anotaron un total de 1.042 frente a las 1.507 contabilizadas en 2019.

De ellas, 733 fueron sufridas por mujeres (74%) y 309 por hombres. La mayoría de ataques se concentran en el personal sanitario, con un 80% del total. Además, 176 fueron físicas y 866 no físicas.

Agresiones al personal sanitario del SAS. Agresiones al personal sanitario del SAS.

Agresiones al personal sanitario del SAS. / Fuente: Consejería de Salud. Gráfico: Dpto. de Infografía

Por provincias, Sevilla, pese a la reducción, sigue a la cabeza andaluza. Le sigue Málaga, con 186 en 2020 frente a las 323 de 2019; Cádiz, con 140 frente a 202; Córdoba, con 114 frente a 145; Jaén, con 90 frente a 122; Huelva, con 84 frente a 126; Granada, con 79 frente a 114; y, con Almería, con 70 frente a 87.Además, los letrados del SAS han realizado un total de 198 asistencias mientras que el año anterior hicieron 232.

La Consejería de Salud y Familias está trabajando en el desarrollo de las líneas estratégicas del nuevo Plan de prevención y atención de agresiones para los profesionales de sistema sanitario público andaluz que ha incorporado como novedad la creación de una nueva figura: el profesional guía frente a agresiones.

Este profesional tiene una doble función, por un lado, ayudar en la prevención de agresiones a través de la identificación de situaciones conflictivas con carácter preventivo y derivando al educador o trabajador social a aquellas personas con un potencial alto de conflictividad, organizando además actuaciones dirigidas a profesionales, usuarios y familiares. Por otro lado, persigue mejorar la atención que se presta a los trabajadores que hayan sufrido una agresión y los acompañará facilitando los trámites posteriores, apoyándolos y asesorando acerca del procedimiento completo.

Cada centro, en función de sus características e incidencia de agresiones, está implantando esta figura. Para el desarrollo de estas funciones, se ha proporcionado formación específica a 180 profesionales.

Esta figura trabajará en coordinación con los trabajadores sociales y proporcionará información de las acciones que se lleven a cabo. Además, se facilitará atención psicológica durante el tiempo que sea necesario y se realizarán acciones de comunicación dirigidas a concienciar a los pacientes y usuarios con campañas informativas.

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