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La lluvia regresa este fin de semana a Sevilla

Una apología de la historia de la escena española

Tres piezas de gran formato y calidad artística

L. S. M

31 de marzo 2013 - 05:03

Las pinturas de Francisco Hohenleiter de Castro que se guardan en el sótano de Bellas Artes son tres grandes murales con los que el pintor de origen gaditano pretendió "hacer una apología del teatro español".

La de mayor tamaño (cuatro metros de alto por 17,30 de ancho ) se inspira en Los intereses creados de Jacinto Benavente, un autor que hoy en día está prácticamente olvidado, pero que en su día llegó a gozar de gran estima por parte de público y crítica, llegando a ser premio Nobel de Literatura en 1922. "En esta obra, Hohenleiter refleja las dos sociedades: la pudiente y la pobre, rescatando además el género de los casacones [aquel que recrea los vestidos y tipos del siglo XVIII]", explica el también pintor Ricardo Jiménez, autor del estudio sobre estas obras. "Al igual que los otros dos murales está realizado con la técnica de temple a la clara de huevo sobre un mortero de yeso", afirma.

El segundo de los murales, el que se ubicaba a la izquierda del principal, mide cinco metros de ancho por cuatro de alto) y representa un corral de comedias del siglo XVII, reproduciéndose de nuevo el esquema de las dos sociedades y demostrando el autor su dominio de la documentación histórica sobre los usos y vestimentas de la época imperial.

Finalmente, el tercer mural (a la derecha del principal) es una recreación del Retablo de Maese Pedro, peteneciente a los capítulos XXV y XXVI de la Segunda parte del Quijote. "Mi teoría es que Hohenleiter quiso también hacer un homenaje a la música, porque en 1924 Manuel de Falla había estrenado su versión sobre este pasaje de la obra de Cervantes", asegura Ricardo Jiménez.

El autor del estudio de los tres murales de Hohenleiter destaca el valor artístico de los mismos. "Demuestra una madurez innegable, son obras muy trabajadas técnicamente y documentadas históricamente". Asimismo recuerda que el historiador del Arte José Herández Díaz (quien fuera también rector de la Universidad de Sevilla entre 1955 y 1963) destacó la calidad del conjunto. "Eran unos momentos en los que los interiores de los teatros se concebían como bomboneras, con decoraciones muy ricas y cuidadas", indica el investigador y pintor.

Respecto a los azulejos de Enrique Orce, Ricardo Jiménez destaca que son un claro exponente del importante renacimiento que experimentó la azulejería Sevillana gracias a la Exposición del 29. "Son, principalmente, de motivos geométricos y vegetales, de estilo neobarroco, con un dibujo francamente exquisito", señala.

Además, en estas piezas cerámicas se observa la novedad del uso del color verde tinta. "Al contrario que en la azulejería antigua, en la que se componían los motivos con cuatro losetas, en estos de Enrique Orce se usan sólo dos losetas", concluye el Ricardo Jiménez.

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