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El nuevo curso escolar

La bajada de la natalidad llega a la ESO, con 6.000 alumnos menos en Sevilla

  • Casi 200.000 menores se incorporaron ayer al colegio en una jornada sin incidencias

  • Muchos centros amplían los grupos burbuja para facilitar la organización de los servicios

Los niños, en su primer día de clase, entran en el Colegio Al-Andalus, de Sevilla capital.

Los niños, en su primer día de clase, entran en el Colegio Al-Andalus, de Sevilla capital. / José Ángel García

Lo advirtió ayer el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, durante la inauguración oficial del curso escolar en un nuevo colegio de Utrera: hay que preocuparse por la bajada de la natalidad. Una crisis demográfica que ya llega a los institutos. Quizá éste sea uno de los datos más relevantes del ejercicio académico que arrancó este viernes en los centros de Infantil y Primaria. La pérdida de alumnos empieza a afectar a las enseñanzas medias, donde ahora llegan los niños que nacieron en plena crisis económica de 2008.

En Sevilla, según datos aportados ayer por la Delegación territorial de Educación, la pérdida conjunta de estudiantes en Primaria y Secundaria (etapas obligatorias) respecto al curso pasado es de 9.843. De ellos, más de la mitad corresponden a la pérdida de alumnos en la ESO, donde hay matriculados 94.009 en toda la provincia, 5.759 menos que hace un año.

Se trata de datos de todo el sistema educativo, por lo que incluyen centros públicos, concertados y privados. Una merma que empieza por el primer ciclo de la ESO y que afectará a los siguientes niveles. Esta disminución, como se mencionó antes, obedece al descenso demográfico que sufre España desde la crisis financiera que se desató en 2008, un signo negativo que no parece que vaya a revertirse a corto plazo, pues se ha agudizado con la otra crisis sanitaria que se desató en marzo de 2020: la pandemia del Covid.

La reducción del alumnado, como ha ocurrido en las etapas de Infantil y Primaria, tendrá repercusión los próximos años en la planificación de la oferta educativa, que no ha estado exenta de polémica. Conviene recordar las protestas de AMPA y sindicatos por la eliminación de líneas y unidades ante la falta de demanda en algunos distritos educativos. Un malestar que se tradujo la pasada primavera en protestas callejeras. Y ello, teniendo en cuenta, como advirtió la delegada territorial de Educación, María José Eslava, que para el nuevo curso los principales problemas para ajustar la oferta pública y la demanda se produjeron en la ESO, una situación que puede cambiar por completo en la próxima escolarización.

Una maestra vigila la entrada de los alumnos al colegio. Una maestra vigila la entrada de los alumnos al colegio.

Una maestra vigila la entrada de los alumnos al colegio. / José Ángel García

Ante esta coyuntura de disminución continua de la población escolar, diversos agentes de la comunidad educativa piden a la Junta que, en lugar de suprimir unidades, se baje el número de alumnos por aula (ratio). Así lo propuso ayer el sindicato FeUSO, cuya secretaria general, María de la Paz Agujetas, considera que aplicar tal medida lograría “una educación más personalizada”.

Estos datos se conocieron en una jornada en la que 182. 558 estudiantes del segundo ciclo de Infantil y Primaria iniciaron el curso en 548 colegios sevillanos. La mayoría de estos menores lo hicieron sólo por unas horas, dentro del modelo de adaptación, hasta que la próxima semana ya asistan a clase en horario completo.

Según detallaron fuentes de la Delegación de Educación, la jornada se desarrolló sin incidencias. Un primer día que recordó bastante al inicio del curso pasado, con la llegada de los menores con mascarillas y con un protocolo de seguridad e higiene al que niños, maestros y padres se han acostumbrado. Unas medidas que continuarán vigentes hasta que, al menos, esta población no se encuentre vacunada, algo que se logrará, si se cumplen las previsiones de la Junta, antes de diciembre.

Muchos colegios este año, ante la mejora de la situación sanitaria, han decidido ampliar los grupos burbuja, de manera que en lugar de que estén formados por aulas lo sean por curso. Un cambio que facilita la organización de los distintos servicios escolares, como el aula matinal, el comedor o el uso del recreo, donde la mascarilla sigue siendo obligatoria.