Urbanismo

El barrio de Santa Cruz de Sevilla suma un nuevo hotel en una casa centenaria

La casa de la calle Doncellas que se convertirá en un nuevo hotel.

La casa de la calle Doncellas que se convertirá en un nuevo hotel. / Juan Carlos Vázquez

Una casa regionalista del barrio de Santa Cruz, con más de un siglo, se convertirá en hotel. De esta forma, una de las zonas más saturadas de inmuebles con fines turísticos sumará otro edificio con idéntico objetivo. Se trata de un proyecto que devolverá a la fachada de la vivienda su aspecto original. Entre las labores a acometer se encuentra la instalación de un ascensor que garantiza el desplazamiento de las personas con movilidad reducida. El presupuesto para la rehabilitación y adaptación roza los 190.000 euros

Santa Cruz, uno de los barrios con mayor trasiego turístico de la capital andaluza, tendrá un nuevo hotel. Será de una estrella y constará sólo de siete habitaciones. Pese a no pertenecer a la gama de lujo en la que se incluyen los últimos establecimientos hoteleros abiertos en la ciudad o que están en ejecución, el establecimiento llama la atención por habilitarse dentro de un edificio con fachada regionalista, que goza de protección patrimonial

En concreto, se trata de la vivienda situada en el número 21 de la calle Doncellas, esquina con Mariscal. La finca tiene forma de L y una superficie construida de 198,41 metros cuadrados. Consta de tres plantas: una baja y dos en altura, más una azotea con castillete. El edificio se construyó en 1920. La parcela aparece en el PGOU catalogada con protección parcial de grado 2. Posee fachada regionalista propia del primer cuarto del siglo XX. El inmueble se encuentra actualmente sin uso, abandonado y ha sido objeto de vandalismo. 

Localización del nuevo establecimiento hotelero. Fuente: elaboración propia. Localización del nuevo establecimiento hotelero. Fuente: elaboración propia.

Localización del nuevo establecimiento hotelero. Fuente: elaboración propia. / Dpto. de Infografía

Nuevas carpinterías

El promotor del nuevo proyecto hotelero en esta vivienda es Mandarín Franquicias SLU. El proyecto básico de reforma parcial y adaptación del edificio para su nuevo uso -al que ha tenido acceso este periódico- está firmado por el arquitecto Tomás Solano Franco. En él se detallan las actuaciones generales a realizar. La fachada principal se tratará mediante picado y la reposición de un revestimiento "tipo cal grasa coloreada". Las cornisas serán reforzadas para evitar desplomes parciales de las mismas. Debido al estado de pudrición que presentan, las carpinterías de madera actuales se sustituirán por otras de aluminio lacado o PVC. También se cambiarán los zócalos por otros metálicos o de piedra natural.

El responsable del proyecto incide en que la fachada permanecerá "inalterable" en lo relativo a huecos, balcones, cornisas y petriles. La intervención en los revestimientos servirá para erradicar los efectos de la humedad por capilaridad en los muros y el deterioro del mortero. Uno de los aspecos más interesantes de esta rehabilitación es la recuperación de la conformación original de la fachada, en concreto, en la de la calle Mariscal, donde se volverán a abrir tres huecos de ventana que ahora mismo están cegados. 

Un nuevo castillete

La puerta de entrada al hotel se reformará o se sustituirá por otra similar de madera. Se levantará la cubierta para introducir la impermeabilización y el aislamiento adecuado. Se mantendrá la escalera existente. En cuanto al ascensor, se instalará en el patio central del que consta la vivienda. No habrá que modificar la estructura del edificio, ya que no requiere de foso de seguridad, por lo que no se intervendrá en el subsuelo. Respecto a la azotea, al castillete existente que remata el hueco de la escalera se suma el del nuevo ascensor. La intención es que no sobresalga del volumen que ocupa ahora la montera que cubre el patinillo.

El hotel constará de siete habitaciones, con cabida máxima para 14 clientes. La distribución será la siguiente: la planta baja cuenta con un espacio para local, zonas comunes y una habitación; la planta primera albergará tres habitaciones (una de ellas doble) y zonas comunes; y la segunda tendrá otra tres habitaciones (una doble) y zonas comunes. En la azotea también se habilitarán zonas comunes. La superficie más pequeña de las habitaciones mide 8,79 metros y la más grande (en las dobles), 10,20. El proyecto prevé que el consumo medio diario de agua sea de 40 litros por usuario. Por tanto, en caso de que el hotel se encuentre completo, tal cifra llegará a 560 litros al día. 

Más plazas turísticas que vecinos

El nuevo establecimiento se abrirá en una de las zonas más colmatadas de inmuebles para fines turísticos. En un estudio dado a conocer a finales de 2021 se desvelaba que el número de plazas destinadas a visitantes superaba al de vecinos de este barrio, que ocupa parte de la antigua judería: 11.663 plazas para turistas frente a 10.950 habitantes. En concreto, había 4.981 plazas procedentes de 83 hoteles, 1.567 de apartamentos turísticos y 5.115 de las viviendas con fines turísticos (VFT). Una presión turística que obliga a "emigrar" a los vecinos autóctonos y que ya empieza a dejar vacíos los colegios del entorno

El pasado mes de abril, el entonces alcalde de Sevilla y ahora líder de la oposición municipal, Antonio Muñoz, prometía a la asociación de vecinos de Santa Cruz que llegaría a un acuerdo con la Junta para que fuera este barrio el primero de la ciudad en ser declarado zona turísticamente saturada. Tal calificación supone limitar el número de nuevas VTF y apartamentos turísticos. Este propósito, sin embargo, encalló en el último Pleno, cuando el nuevo regidor, el popular José Luis Sanz, confirmó que no pediría al Ejecutivo regional establecer dicho freno, aunque sí anunció un nuevo decreto autonómico por el que no se permitiría ninguna plaza turística más en el Casco Antiguo de la ciudad. 

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