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Sevilla

La base americana de Morón se hace europea

  • Pilotos ingleses, alemanes, italianos y españoles participan en el primer ejercicio táctico multinacional con el Eurofighter, estrella de la industria aérea continental

La futura policía aérea europea ha iniciado sus ensayos en la base de Morón. Su patrullero es un avión de nueva generación preparado y concebido para la guerra electrónica, con una capacidad de reacción en alerta no superior a los doce minutos y ya dispuesto para el aire-aire, es decir, la defensa europea. Con un objetivo a medio plazo: el aire-suelo, o sea, el bombardeo. Es el Eurofighter, un proyecto industrial puesto en marcha por los cuatro países que han mandado a Morón a aviones y pilotos para participar en la defensa de un ataque simulado sobre Andalucía: Reino Unido, Alemania, Italia y España.

Las banderas de estos cuatro países, junto a la de la OTAN, ondean en el Centro de Instrucción, un edificio que no alberga a reclutas en el clásico argot castrense, sino a ingenieros y a un grupo selecto de pilotos, la mayoría números uno y dos de sus respectivas promociones. La base de Morón, americana desde 1953, secuela del Plan Marshall, es estos días más europea que nunca. Morón de la Frontera ayer rompió fronteras para escenificar este ejercicio multinacional entre los bandos Azul (los aviones Eurofighter) y Rojo, un hipotético adversario formado por aviones Harrier de la Armada Española (con sede en la base de Rota), F-1 de Albacete, F-18 de Torrejón de Ardoz y Zaragoza y F-16 de las fuerzas aéreas portuguesas. La batalla se libró en espacios aéreos de las provincias de Huelva, Toledo y Albacete.

En la presentación a la prensa de estos ejercicios, el coronel León A. Machés, vinculado a Morón desde 1980 y con experiencia internacional -Estados Unidos, los Balcanes, Afganistán- estuvo acompañado por los comandantes Mike Baulkwill, Gerd Estendorfen y Cristiano Tortiglione, responsables de las unidades británica, alemana e italiana, respectivamente.

Los pilotos que conducen estos aviones han de pasar por los cinco años de la academia de San Javier, en Murcia, un año en el curso de Caza y Ataque de Talavera la Real (Badajoz) y los meses de preparación y adiestramiento en Morón. Vuelos reales precedidos de las prácticas en un simulador de vuelo fabricado por EADS, una especie de videojuego que facilita los parámetros y reproduce las diferentes variantes: nubes, noche, niebla, vientos cruzados.

La proximidad geográfica entre los cuatro países no es la única razón de este proyecto conjunto. Una apuesta militar y también industrial: el consorcio ya le ha vendido aviones de este tipo a Austria y Arabia Saudí, Grecia los pretende y hay más países en lista de espera. "Es una forma de demostrar al mundo y a Estados Unidos que Europa es capaz de tener una industria fuerte. Lo hemos demostrado en la aviación civil, pero hacía falta demostrarlo en aviación de caza", dice el comandante Rafael Muñoz Delmás, 34 años, natural de Cartagena, piloto e hijo de piloto.

Aviones para la guerra, dotados de un cañón, de dos tipos de misiles dirigidos al motor y al radar del avión enemigo; aviones para la paz, capaces de localizar aviones perdidos o de interceptar aeronaves que utilizan el espacio aéreo para la práctica del tráfico ilegal de inmigrantes o de drogas. El amigo americano, parafraseando la novela de Patricia Highsmith, no siente recelos de este potencial europeo. Lo da a entender el coronel Machés. "La relación es muy buena. Muchos de los militares norteamericanos, cuando se retiran, se quedan en la zona. Ellos no tienen en la base aviones con carácter permanente, son aviones transeúntes".

El combate ficticio lo han librado ocho aviones Eurofighter en una operación denominada Typhoon como un avión inglés que participó en el desembarco de Normandía. Dos aviones por cada uno de los cuatro países que participan en el proyecto. Se han enfrentado a 26 aviones del bando adversario. Todos, azules y rojos, vuelven en son de paz con la misión cumplida. Regresan a la base de aterrizaje de dos en dos, como los tractores que segaban los terrenos adyacentes.

Es una nueva cultura de defensa. Casi una defensa de la cultura, porque a la nueva generación de aviones corresponde una nueva generación de pilotos que intercambian experiencias y hablan idiomas. José Luis, orensano de A Rúa Petín, en Valdeorras, cuatro años pilotando el Eurofighter, revela junto a una de las unidades que participó en un intercambio de escuadrones. Pilotos ingleses vinieron a Sevilla en abril, en días de Feria, y pilotos de Morón fueron en junio a la base británica de Coningsby.

Los primeros Eurofighter llegaron a Morón en 2004. Los aviones llevan en su propia fabricación esta vocación multinacional: el ala derecha se fabrica en España; el ala izquierda en Italia; el ensamblaje, en Alemania. El montaje definitivo de los aviones nacionales se hace en Getafe. España, con un 14% de participación en el proyecto, es el socio más modesto de los cuatro, por un 19% de Italia, un 30% de Alemania y un 37% de Reino Unido. Los ingleses, en lo concerniente a la defensa del espacio aéreo, no son nada euroescépticos.

En un futuro, la base aérea de Morón albergará un total de 50 aviones Eurofighter, más moderno y más potente que el F-18, según fuentes de la base. Se unirán a los 35 que irán a la base de Albacete. Pueden trabajar en un espacio demarcado por los anillos amarillo, rojo y verde en función de su progresivo alejamiento del epicentro, con capacidad en situaciones de alto riesgo de cruzar el Atlántico.

La autoría colectiva de este avión refleja la imposibilidad de actuar en solitario en el plano internacional. "Esa hipótesis no se plantea en un país de la Otan", dice el comandante Muñoz Delmás.

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