Contraer matrimonio cada vez convence a menos personas, y que sea por el rito católico, menos aún. El pasado año se registraron en la provincia de Sevilla 7.386 uniones matrimoniales entre personas de diferente sexo, una de las cifras más bajas desde que existen registros (1975), según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Desde 2006, coincidiendo con la crisis económica, la celebración de enlaces matrimoniales no ha dejado de bajar. Tras un periodo de esplendor para las bodas entre 2000 y 2005, año en el que se registraron 10.885 enlaces, un máximo histórico, los enlaces matrimonios cayeron en picado, siendo 2013, 2014 y 2011 los peores años desde que existen registros.

En una ciudad de tradiciones como Sevilla, las costumbres también cambian y las bodas civiles ganan la batalla a las religiosas. La primera vez que las primeras superaron a las segundas fue en 2013. El crecimiento de las celebraciones exclusivamente civiles en detrimento de las canónicas ha sido fulminante hasta el punto de que en 2018 las primeras duplicaron a las segundas. En concreto, en 2018 se casaron 4.899 parejas por lo civil frente a las 2.453 que lo hicieron por el rito católico.

Las estadísticas de la actividad pastoral de la Iglesia Católica en Sevilla ofrece unas cifras un tanto diferente a las del INE, ya que el instituto nacional registra estos datos en función de la residencia de los cónyuges, mientras que la Archidiócesis de Sevilla tiene en cuenta el lugar de celebración. Así, según la Iglesia, en 2018 se celebraron en la provincia 2.760 parejas; y, 3.300 en 2017. Se trata de unas cifras superiores a las que ofrece en INE.

A finales de los 90, las bodas civiles eran algo casi anecdótico en Sevilla y sólo representaban el 16% del total de enlaces

Sólo hay que echar la vista atrás unos años para comprobar el importante cambio de tendencia. En 2007 se registraron 10.635 uniones matrimoniales en Sevilla, según el INE, de las cuales el 30% fueron civiles y casi el 70% por la Iglesia. En sólo una década, los datos se han invertido.

No hace mucho tiempo, las bodas civiles eran algo casi anecdótico. Por ejemplo, a finales de los 90, hace 20 años, estas uniones representaban el 16% del total, mientras que las canónicas suponían el 83%.

El peso cada vez menor con el que cuentan las tradiciones, los nuevos estilos de vida, el cambio de mentalidad, el alto coste de estas celebraciones y la falta de creencia religiosa de los contrayentes son algunos de los factores que han provocado en descenso de las uniones matrimoniales en general, y los enlaces católicos en particular.

Evolución de los enlaces matrimoniales en Sevilla

Septiembre es el mes favorito de los novios para contraer matrimonio, muy seguido de junio. El pasado año, estos dos meses concentraron el 30% del total de las celebraciones de la provincia. Enero y febrero, por el contrario, son los meses menos seleccionados por los futuros contrayentes para su gran día. 

La edad media de los novios también ha evolucionado y mantiene una tendencia creciente. A nivel nacional, la media de edad de los hombres que contraen matrimonio es de 37,8 años y de 35 para las mujeres. En el caso particular de Sevilla, esta media baja, situándose en el rango de los 30 y 34 años tanto en el caso de los novios como de las novias.

Evolución de las uniones matrimoniales (Pincha en la imagen)

Si se analiza la edad de todos los sevillanos que se han casado desde 1975 hasta la actualidad, se aprecian tres grandes saltos generacionales. En el caso de los hombres, hasta 1984, la media de edad de los novios rondaba entre los 20 y 24 años. A partir de esta fecha y hasta 2009, la mayoría tenía entre 25 y 29 años. Ese año se produjo un nuevo salto, que llega hasta la actualidad, y que sitúa la edad media de los hombres entre 30 y 34 años, diez más que hace tres décadas.

En el caso de las mujeres, también se observan tres saltos de edad, pero en diferentes periodos, algo más tarde que en el caso de los hombres. Hasta 1992, la gran mayoría de las mujeres que contraían matrimonio tenían entre 20 y 24 años. Entre esta fecha y 2012, la edad media subió a los 25-29 años, fecha en la que se produjo un nuevo salto, hasta fijar la edad media entre los 30 y 34 años actuales, según datos del INE.

Históricamente, las mujeres se suelen casar algo más jóvenes que sus compañeros, aunque no deja de sorprender que las estadísticas recojan matrimonios en los que ellas apenas tienen 16 años.

Los datos del INE reflejan que en los últimos 10 años se han producido unas 50 bodas en los que ellas eran menor de edad. No hay que echar la vista muy para atrás para encontrar un matrimonio en el que ella tenía 16 años el día de la boda. El caso más reciente fue en 2016. Las bodas de niñas de 15 años o menos tampoco son algo del pasado, en 2011 hubo dos casos registrados.

En 2018, último año disponible, contrajeron matrimonio 2 jóvenes menores de edad, dos chicas de 17 años.

Matrimonios entre personas del mismo sexo

Al contrario de las bodas entre personas de diferente sexo, los enlaces entre homosexuales aumentan, aunque de manera desigual. A falta de los datos provinciales definitivos de 2018, que aún no ha hecho público el INE, en 2017 (el último año disponible), se celebraron en Sevilla 195 uniones civiles entre personas del mismo sexo (91 formada por hombres y 104 por mujeres), la cifra más alta desde 2005, año en el que se legalizaron los matrimonios homosexuales en España.

Tras el boom inicial, que permitió registrar 176 nuevos matrimonios en 2006 (la segunda cifra más alta desde la legalización), los datos han sido desiguales y con altibajos hasta 2012, fecha en la que la tendencia cambió y no ha dejado de ser positiva hasta hoy.

Los primeros años, la mayoría de las parejas que se atrevían a dar el paso eran las formadas exclusivamente por hombres. Sin embargo, es en la estadística de las féminas donde se aprecia un mayor crecimiento de las uniones hasta el punto de superar a los matrimonios gais a partir de 2013.

Las edades de los miembros de estas parejas también han evolucionado, pero, a diferencia de los matrimonios de personas de diferente sexo, en la que la edad media de los cónyuge aumenta con los años, en el caso de los enlaces homosexuales, las parejas son cada vez más jóvenes.

En 2005, la edad media de los hombres que contraían matrimonio con otro hombre rondaba los 40 años. Actualmente, la media se sitúa entre los 30 y 34 años. En el caso de las parejas exclusivamente femeninas, la media es un poco inferior, situándose en torno a los 35-39 años tras la legalización y entre los 29-33 en la actualidad.