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Celebración en la Catedral

Asenjo celebra en Sevilla sus bodas de oro de sacerdote

  • Amigo Vallejo y Rouco Varela le acompañaron en una ceremonia sobria, solemne y muy emotiva, con presencia de muchos obispos andaluces y familiares del pastor

Los cardenales Amigo Vallejo y Rouco Varela, arzobispos eméritos de Sevilla y Madrid, respectivamente, se limitaron a participar en la lectura de las peticiones. Pero el gran protagonista de la misa oficiada en el Altar del Jubileo de la Catedral de Sevilla fue Juan José Asenjo Pelegrina, que celebraba sus bodas de oro de ordenación sacerdotal. Fue otro 21 de septiembre, en su ciudad natal de Sigüenza (Guadalajara). Cincuenta años después, bajo la protección de la festividad de San Mateo, el primer evangelista, el que había sido recaudador de impuestos para los romanos, Asenjo Pelegrina agradeció las muestras de cariño que ha recibido a lo largo de este medio siglo de dedicación a la Iglesia, sin la cual habría vivido "la fe a la intemperie".

  Las bodas de oro del arzobispo despoblaron de sacerdotes las parroquias de la diócesis, porque todos estaban en la catedral para acompañar a su pastor. En el Palacio Arzobispal ondeaban las banderas de España, Andalucía y el Vaticano. Cuando se ordenó en su pueblo natal, pueblo con obispo y catedral, gobernaba el Vaticano Pablo VI. Fue Juan Pablo II quien lo llamó al ministerio episcopal, que desarrolló sucesivamente en las diócesis de Sigüenza, Toledo, Córdoba y Sevilla, donde fue nombrado pastor en 2009, el 5 de noviembre se cumplirán diez años, por Benedicto XVI. El obispo auxiliar, Santiago Gómez Sierra, leyó la carta del Papa Francisco, con firma el 27 de agosto en el Vaticano, con su bendición y parabienes.

  Fue una ceremonia solemne con música dirigida por Herminio González Barrionuevo, maestro de capilla de la Catedral, que inició el repertorio con la Misa Prima Pontificalis de Perosi, Aleluya y canto de comunión con arreglos de este músico y canónigo palentino. La escolanía infantil del colegio Entreolivos, dirigida por Emilia pilar Aguilar, interpretó piezas de Ennio Morricone (de la película 'La Misión') y de Frisina, y, por expresa petición de Monseñor Asenjo, al final le regalaron al público el Ave María de Caccini.

  Con la llegada del otoño, Asenjo celebró sus bodas de oro en la ciudad donde siempre es primavera.. El deán de la diócesis, Teodoro León, le hizo entrega de un Crucificado de marfil del siglo XVII y como regalo del cabildo de una obra salida del taller de orfebrería de Fernando Marmolejo, que simboliza la unión entre Sevilla y Sigüenza, también visualizada con un cáliz del Delgado y Benegas, que fue obispo de Canarias, Sigüenza y Sevilla. Al Ayuntamiento lo representó en ausencia del alcalde el delegado de Movilidad Juan Carlos Cabrera. Fuentes municipales aseguraban que Juan Espadas estaba de viaje y un par de días antes se excusó personalmente ante el arzobispo "e incluso le hizo un obsequio".

  "El Señor sostiene mi vida". En ese texto, repetido como salmo responsorial, Asenjo Pelegrina resumió sus vivencias como semimarista, cura, obispo y arzobispo, una Iglesia que en su caso ha sido "puente, escalera, hogar paterno, mesa y  manantial". Fue emotivo el momento en que bajó del altar para saludar, sentado en una silla de ruedas, al nonagenario Antonio Montero, obispo emérito de Mérida-Badajoz que durante ocne años fue obispo auxiliar de Sevilla con Bueno Monreal. Una parte de localidades las ocupó la familia del arzobispo. Allí estaban su único hermano (un tercero falleció), Andrés Moreno Pelegrina, acompañado por  su esposa María de los Ángeles Trillo y dos de las tres sobrinas del arzobispo: María y Ana. Faltaba Beatriz, que trabajaba en Dubai y acaba de regresar a España. Estaban también algunos primos, entre ellos José Andrés Carrasco Asenjo, residente en Sevilla.

  Al final de la ceremonia, se hizo un pasillo para que la gente saludara al arzobispo. Saludó a todas las relgiiosas, de congregaciones como hermanas de la Cruz, agustinas de San Leandro o concepcionistas de Marchena. Junto a las autoridades civiles, militares académicas y el cuerpo consular, estaban representantes de la Iglesia viva: Mariano Pérez de Ayala, presidente de Cáritas Sevilla, o María Albendea, de Manos Unidas. Las bodas de oro de Asenjo fueron una cumbre de obispos andaluces: acudieron los de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza, de Huelva, José Vilaplana, de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, de Granada, Francisco Javier Martínez, de Guadix-Baza, Francisco Jesús Orozco, de Málaga, Jesús Catalá. Y obispos andaluces como el ayamontino Juan del Río, arzobispo castrense. También estuvieron el obispo auxiliar de Madrid, el emérito de Segovia, el arzobispo de Urgell y copríncipe de Andorra, Joan-Enric Vives Sicilia, el encargado de negocios de la Nunciatura, Michael F. Crotty. De Sigüenza-Guadalajara vinieron el titular, Atilano Rodríguez, y el emérito, José Sánchez.

  El 5 de noviembre es el décimo aniversario como arzobispo de Sevilla. Bodas de oro con el sacerdocio y bodas de diamante el año próximo con la vida, cuando cumpla los 75 años. Sevilla es una plaza difícil y Asenjo se la ha ganado. don Juan José, con los nombres de esos dos gladiadores del toreo, afición  que mantiene pero que tuvo que moderar.  Salían la gente de la Catedral y un coche de novios esperaba en la puerta de Palos. De sacramento a sacramento.

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