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El consumo de alcohol en la calle

La 'botellona', un problema de salud pública que no se ataja

  • Decenas de barrios y parques de la ciudad padecen los efectos negativos de los grupos de personas que consumen alcohol en la vía pública fuera de las zonas autorizadas

  • Dejar restos de botellas y basura en la vía pública y orinar en la calle son infracciones que suponen multas de hasta 300 euros, según la ley de 2006  

Tres jóvenes beben en la Alameda de Hércules.

Tres jóvenes beben en la Alameda de Hércules. / Juan Carlos Vázquez

El Ayuntamiento de Sevilla empleó el pasado fin de semana un celo inusual en actuar contra los bares de la Alameda (una decena de ellos) que incumplen las normas: permitir el consumo de alcohol fuera de las zonas autorizadas (interior del bar o veladores) y superar el aforo máximo de personas de la licencia. El cierre de estos se ha mantenido casi toda la semana, lo que es aún más inusual.

Sin embargo, no se observa este rigor ni la misma contundencia municipal cuando se trata de atajar la botellona que padecen decenas de barrios de la ciudad y que afecta a la salud de menores y jóvenes, una actividad vetada por esa misma ley andaluza desde 2006 que prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas fuera de las zonas autorizadas.

La botellona es un infierno para los vecinos afectados porque los barrios quedan con las calles orinadas y con restos de botellas, bolsas y demás basuras

El Ayuntamiento tampoco ha cumplido con la implantación de urinarios públicos que eviten las micciones en masa en las calles que padecen los vecinos ni con un plan de baldeo periódico a conciencia de las zonas afectadas por la botellona ni por ofrecer alternativas culturales, de ocio y deportivas para dar a los jóvenes otra opción que no sea consumir alcohol en la vía pública.

Este rigor con los bares y la laxitud con la que se consiente la botellona ha provocado críticas al Ayuntamiento de Sevilla, concretamente de vecinos y de grupos políticos municipales a la delegación de Gobernación que dirige el socialista Juan Carlos Cabrera.

Restos de una 'botellona' junto al río Guadalquivir. Restos de una 'botellona' junto al río Guadalquivir.

Restos de una 'botellona' junto al río Guadalquivir. / Juan Carlos Muñoz

La botellona, la concentración de personas con packs de bebidas en la calle, es un infierno para los vecinos afectados porque los barrios quedan con las calles orinadas y con restos de botellas, bolsas y demás basuras.

Los ruidos y el mal olor de los orines son efectos negativos en ambos casos: cuando se saturan los bares de público y cuando hay botellona. Cuando los establecimientos de hostelería superan el aforo permitido y los clientes se concentran en la puerta, son pocos los que usan los servicios sanitarios del local y demasiados los que se alivian en la calle.

Pero la botellona añade un problema más: basura y suciedad a su paso. No es común que cada participante del botellón eche al contenedor su bolsa de bebidas y la zona quede limpia y despejada.

El coste de la limpieza del botellón lo asume siempre la administración municipal, es decir, sale del dinero público

Precisamente la ley antibotellón de 2006 permite multar a los que dejen basura en la calle por el consumo de alcohol y a los que orinen en la vía pública. La ley tipifica como una infracción leve, con multas de hasta 300 euros, tanto dejar restos de basura en la vía pública como orinar en la calle.

En lugar de multar, el coste de la limpieza del botellón lo asume siempre la administración municipal, es decir, sale del dinero público. El servicio de Lipasam gasta enormes cantidades de presupuesto en limpiar los barrios y parques afectados.

Para los bares y establecimientos sí se considera infracción grave, con sanciones desde 301 a 24.000 euros, que permitan la presencia de clientes consumiendo fuera de las zonas autorizadas. La ley prevé suspensión de licencias, clausura de establecimientos e inhabilitación de empresarios que incumplan la normativas.

Otra opción prevista en la norma para los ayuntamientos es que puedan acotar una zona de la ciudad para la celebración de botellón, un proyecto que se barajó con Monteseirín en la zona de la Cartuja y finalmente se descartó.

Los barrios afectados

La botellona está por toda la ciudad, especialmente los fines de semana y festivos, y en ocasiones sucede desde el jueves.

En el centro, sobresale especialmente la Alameda de Hércules (centro cívico las Sirenas y centro del bulevar), las calles paralelas y aledañas a la Alameda (Jesús del Gran Poder, Becas..), los Jardines de Murillo y multitud de plazas recoletas.

El entorno del río es otro de los puntos calientes dela botellona, en los jardines y paseos que discurren por la dársena. Junto al puente del Cachorro, en la calle Radio Sevilla, en la orilla opuesta de Triana, los vecinos denunciaron al grupo de Ciudadanos la existencia de botellonas por tarde.

Un policía local, en la zona del río. Un policía local, en la zona del río.

Un policía local, en la zona del río. / Juan Carlos Muñoz

En Pino Montano, los vecinos padecen la botellona en la Plaza de los Corrales, los Mares, el entorno de la superficie comercial Costco, en el Parque de Miraflores Norte junto al antiguo Psiquiátrico. Y en la urbanización de Las Estrellas también en la zona que linda con la ronda del Tamarguillo y con el punto limpio de Lipasam. Y en el bulevar del Polígono Norte.

En Los Remedios el problema es acuciante en la explanada donde se celebra la Feria de Abril sobre todo en el espacio que hay junto a los clubes Mercantil y Náutico. También en el entorno de la sede de Lipasam junto al Parque de Los Príncipes y en este parque. Según Ciudadanos, los vecinos tuvieron que contratar seguridad privada en los bloques y la empresa que debía cerrar por las noches el Parque de los Príncipes había fines de semana que no podían hacerlo por la cantidad de jóvenes bebiendo que se concentraban en su interior.

En Nervión, el parque de la Buhaira es uno de los puntos preferidos por la botellona, además del entorno de la discoteca Cosmos, según ha trasladado la plataforma de la calle Carlos de Cepeda al PP.

En San Pablo-Santa Justa, los vecinos denunciaron al PP a finales de 2019 la celebración de botellonas en la plazoleta delante del Colegio Nuestra Señora de Loreto–Irlandesas.Las barriadas que rodean el Parque del Guadaira, entre ellas Heliópolis y Reina Mercedes, denuncian igualmente que esta zona verde es centro de botellonas que destrozan el lugar.

En la Macarena se da, según el PP, en Macarena Tres Huertas. El PP añade otras zonas afectadas: El Porvenir, Bami, Reina Mercedes, La Plata y Santa Aurelia (Cerro-Amate), San Jerónimo, Bellavista, Santa Clara, Triana, y Sevilla Este y diversos parques públicos.

El PP es el grupo municipal más reinvindicativo

La posición de los grupos políticos municipales en el Ayuntamiento de Sevilla sobre la botellona es diversa.

El PP es el grupo más activo con diferencia en este tema y ha reclamado más celo de la Policía Local para evitar las botellonas y que se actúe en todos los barrios afectados.

Para el problema que no cesa en Los Remedios, el grupo de Beltrán Pérez planteó una actuación urgente de seguridad y contra la botellona que rechazó el gobierno local de Juan Espadas.

También han reclamado medidas Ciudadanos y Vox para que se acabe con el problema.

Adelante Sevilla (IU más Participa Sevilla) reprocha a los gobiernos municipales de PSOE y PP que han fomentado que la ciudad sea “un espacio de consumo” de alcohol.

La iniciativa de Adelante se dirige a pedir soluciones alternativas a los jóvenes a través de la creación de espacios exclusivos con actividades culturales, deportivas y de diversión para que la calle deje de ser un espacio de consumo.

El pleno aprobó en el mandato pasado de Espadas, a propuesta de Adelante, que se cree una red de aseos públicos y no se ha cumplido. También se aprobó una iniciativa para mejorar la iluminación en zonas de ocio nocturno y evitar así agresiones sexuales, por ejemplo. Poco o nada se ha hecho al respecto. “En este mandato hemos preguntado ya por la iluminación y en breve volveremos a insistir en la red de aseos públicos”, señala Adelante.

Las sanciones que fija la ley de 2006

No faltan normativas sino celo para aplicarlas por parte del Ayuntamiento. La ley antibotellón de 2006 (ley 7/2006, de 24 de octubre, sobre potestades administrativas en actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios de Andalucía) tipifica como infracción leve que los participantes del botellón orinen en la vía pública o dejen restos de basura por el consumo de alcohol en la calle, y fija sanciones de hasta 300 euros para los infractores. Ante la ausencia de urinarios públicos en las zonas preferidas para la botellona, la realidad es que las calles afectadas quedan en un estado lamentable.

Las infracciones graves, con multas de 301 a 24.000 euros, son para los bares o locales de bebidas que incumplan. Se sanciona con esta multa la entrega o dispensación por parte de los establecimientos comerciales de bebidas alcohólicas fuera del horario establecido normativamente para la venta, aun cuando la transacción económica o el abono del importe de las bebidas adquiridas se hubiera efectuado dentro del horario permitido.

También es infracción grave la venta o dispensación por parte de los establecimientos de hostelería o de esparcimiento de bebidas alcohólicas, para su consumo fuera del establecimiento y de las zonas anexas a los mismos debidamente autorizadas. Y la reincidencia en infracciones en el plazo de un año.

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