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La brigada de la Guardia Civil de Sevilla que denunció corrupción: "Me decían que mirara para otro lado"

La suboficial María Serrano, juzgada por denuncia falsa, pide al tribunal que la absuelva porque cumplió con su deber

La Fiscalía retira la acusación del caso al no ver indicios de delito

La brigada María Serrano, en la sede del Tribunal Militar de Madrid. / Cecilio Cean

El juicio contra la brigada de la Guardia Civil de Sevilla María Serrano quedó visto para sentencia el pasado martes en el Tribunal Militar de Madrid. La brigada se enfrenta a un año de prisión militar por una acusación de denuncia falsa que ejerce el general Fernando Mora Moret, quien fuera jefe de la Comandancia de Sevilla. Antes del juicio, la Fiscalía retiró su acusación al considerar que no había indicios de delito. La brigada Serrano, que era la jefa del Seprona de Sevilla, denunció una presunta corrupción en el seno de la unidad, por parte de un cabo primero que elaboraba los pliegos de descargo para que las multas por distintas materias como la de los inmaduros terminaran siendo archivadas.

La brigada informó de los hechos a la superioridad, pero sus denuncias se terminaron archivando en los juzgados. Se inició entonces un proceso contra ella, a la que el general Mora considera autora de un delito de denuncia falsa, que la ha llevado este mes de diciembre a ser juzgada en el Tribunal Militar de Madrid. Han pasado casi quince años desde los hechos, la Fiscalía pide la absolución, pero aún así el juicio se ha terminado celebrando.

En su derecho a la última palabra, la acusada hizo un alegato final en el que pidió la absolución y defendió haber actuado siempre en conciencia y honor. En un tono muy emocionado, la brigada empezó recordando que ha dado toda su vida a la Guardia Civil, desde que entró en ella con 18 años, que su hermano es subteniente y piloto de helicópteros y que pasará las Navidades lejos de su familia por encontrarse de servicio en África. "Mi madre nos ha educado demasiado bien para ser personas honradas y honestas. Pido a este tribunal que me absuelva por completo de todas las acusaciones. Jamás he dicho nada falso", expuso Serrano.

Serrano indicó que siempre defenderá que se deberían haber adoptado medidas cautelares contra el cabo primero que fue imputado por sus investigaciones y las de su compañero Javier Navarro, para quien tuvo palabras emocionadas, pues este agente falleció el año pasado de manera repentina, justo un mes después de que la brigada revelara públicamente la persecución a la que estaba siendo sometida.

"Pusimos los hechos en conocimiento de nuestros mandos, porque tenemos una jerarquía. Yo cumplí con mi deber y con mi obligación, que era ponerlo en conocimiento de mis mandos, investigarlo e instruir un informe y elevarlo. Ése era mi cometido", añadió Serrano. "Por supuesto que tenían que haber tomado medidas cautelares, pues estaba imputado judicialmente por presuntos delitos cometidos durante el servicio. Es algo que va contra el decoro de la Guardia Civil. Ninguno (de los mandos) lo hizo. Al contrario, me decían que yo tenía que parar de sacar mierda y que mirara para otro lado. Mi insistencia será siempre al final, porque no tengo de qué arrepentirme", declaró la brigada.

Serrano lamentó que sus mandos (un teniente que hoy es comandante, un teniente coronel que hoy es coronel y un coronel que hoy es general de División) perdieran su confianza en ella. "¿No les parece raro que perdieran su confianza en mí y no en un cabo imputado por tantos delitos? ¿No es raro que pierdan su confianza en mí y me echen de mi destino?", se preguntó la agente.

"Pertenezco a la Guardia Civil, una institución que persigue la corrupción. La propia Guardia Civil me ha enseñado a ser garante de la legalidad y a luchar contra la corrupción, venga de quien venga y ostente el empleo que ostente. Eso me es indiferente. Debo decir que hay muchas cosas que mejorar cuando la corrupción se da dentro", continuó Serrano.

La brigada cuenta ya con el título que la reconoce como denunciante de corrupción, una figura legal creada a raíz de la ley en esta materia que ella misma había solicitado hace casi dos años, y que ahora se le ha otorgado. "Deseo que todas mis batallas sirvan para que todos los ciudadanos en general, y los miembros de las Fuerzas de Seguridad en particular, estemos amparados y protegidos, y así no dudemos en denunciar la corrupción sin miedo a represalias. Confío plenamente en que su decisión final sea mi plena absolución", señaló la suboficial, que terminó su alegato con estas dos frases: "El honor sí es mi principal divisa. Viva la Guardia Civil".

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