calle rioja

"... para cenar jazmines en el ojal"

  • Primicia. El periodista José María Gutiérrez, de 'Andalucía Directo', se estrenó en el 82 como entrevistador con María Dolores Pradera, a la que recogió en coche en el aeropuerto

María Dolores Pradera, en un concierto en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en junio de 2010.

María Dolores Pradera, en un concierto en el Teatro Lope de Vega de Sevilla en junio de 2010. / Antonio Pizarro

En el verano de 1982, Sevilla parecía una ciudad brasileña. Era la sede de la selección carioca en el Mundial de España. Los periodistas brasileños montaron su cuartel general en el hotel Inglaterra. La torcida que acompañó a su selección en el Brasil-Escocia se sumó a los escoceses tras la fiesta balompédica (4-1 de los brasileños en el Benito Villamarín) en un sambódromo multicolor que se extendió desde Heliópolis hasta el Patio de San Laureano. Ese día, un escocés llamado George Lovell, que fue al estadio a apoyar a su selección, se hizo irremediablemente bético, un credo que cultiva desde entonces todos los años, un sacramento laico con el que cumple cada vez que viene al Archivo de Indias.

En consonancia con aquella fiesta del fútbol, que tuvo su día grande en las semifinales que Francia y Alemania disputaron en el Sánchez Pizjuán, se organizó el llamado Mundial Cultural. Una idea de Jesús Quintero, que en la primavera de ese mismo año había empezado en la emisora de Radio Nacional de España en la avenida República Argentina el programa El Loco de la colina, con Paco Cervantes en la producción y Antonio Calderón al mando de los servicios técnicos. Calderón y Cervantes en una nueva edad dorada de la radio.

María Dolores Pradera vino en el verano del 82 a la programación cultural del Mundial

El Parque de María Luisa fue el escenario elegido para esas actividades complementarias a la fiesta del fútbol, con el piano de Paco Aguilera en una carpa de la plaza de España. Vinieron Ana Belén y Víctor Manuel, se cayó del cartel Camarón y deslumbraron las brasileñas del espectáculo Macunaima. Una de las artistas contratadas fue María Dolores Pradera. En el equipo de Quintero había un joven colaborador que empezaba a abrirse paso en el mundo del periodismo. A José María Gutiérrez, que pertenece al equipo de Andalucía Directo que comanda Modesto Barragán, le pidió Quintero que acudiera al aeropuerto de San Pablo, antes de la remodelación del arquitecto Rafael Moneo, para recoger a una pasajera muy especial. En el coche, el joven reportero llevaba a María Dolores Pradera y no desaprovechó su oportunidad. Sin soltar el volante, fue preguntándole cosas para darle forma después a la que sería la primera entrevista de su vida. Vendrían tres décadas y media largas de periodismo, incluida una etapa como director de Deportes de Canal Sur Radio que coincidió con la Copa del Rey que ganó el Betis en 2005.

Le pareció "una mujer muy joven de espíritu y muy avanzada para su tiempo", recuerda ahora Gutiérrez. La noticia de la muerte de la cantante le cogió en Holanda y en el vehículo de sus canciones retrocedió a una vivencia en la que ejerció un oficio equidistante entre el de taxista y el de periodista. El primero lo hicieron en cine o en televisión actores como Robert de Niro, Ben Kingsley, Guillermo Montesinos o El Fary; en su caso, lo hizo por exigencia del guión para Diario 16.

De Gutiérrez se puede decir que fue el único periodista que estuvo en casa de Isabel Pantoja durante el velatorio de Francisco Rivera Paquirri y también fue el primero que entrevistó en un hotel de Matalascañas a Rafael Gordillo cuando se confirmó su fichaje en el verano de 1985 por el Real Madrid ocho años después de su debut con el Betis. Creció en Bellavista, el barrio de Felipe González, cuyo triunfo en las elecciones del 28 de octubre de 1982 fue el epílogo político de un año que tuvo en Sevilla Mundial de fútbol y visita del Papa en pleno traspaso de poderes del Gobierno de Leopoldo Calvo-Sotelo al de Felipe González.

El Guti, como le conocen sus amigos, consiguió la más insólita exclusiva con María Dolores Pradera, y quien suscribe tiene en su currículum el privilegio de haber sido despedido del hotel Barceló con cajas destempladas en una de sus mejores interpretaciones por Fernando Fernán-Gómez, el compañero sentimental de la cantante, que estuvo en la Expo dirigiendo en el Teatro Central una versión de El Pícaro que interpretó Rafael Álvarez El Brujo, para quien también versionó El Lazarillo de Tormes.

Yerno del novelista Manuel Ferrand y cuñado del productor de televisión Paco Cervantes, Gutiérrez mezcló ambas estirpes en su manera de hacer periodismo. A sus hijos Álvaro y Marco les habrá contado cómo conoció a María Dolores Pradera. La llevó a su destino sin tener que decir la frase del taxista de Primera Plana: "La noche es joven, huele a jazmines, el taxímetro corre". Fue ella la que le dijo: "No se estila, ya sé que no se estila, ponerse para cenar jazmines en el ojal".

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