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En la cofradía de los recuerdos

  • Vísperas. El carpintero Andrés Martín Angulo contó sus vivencias de cofrade, costalero y consejero emérito en la 61 edición del Pregón Íntimo que pronunció en San Juan de Dios

Como su cofradía es la de los recuerdos, a Andrés Martín Angulo, carpintero con taller en la Macarena, le regalaron una lata de membrillo cuando terminó de pronunciar el Pregón Íntimo en su sexagésimo primera edición. Pregón Íntimo. Un hallazgo, diría un cursi. Una paradoja, señalaría el tertuliano. Un oxímoron, dice el diccionario. Pregonar lo que se queda dentro de uno es una de las más hermosas declaraciones de amor a Sevilla y a su Semana Santa que se pueden hacer. En las antípodas de tantos aspavientos de quienes la mano derecha no la mueven hasta que no lo sepa su mano izquierda.

El Pregón Íntimo tiene más años que el íntimo pregonero, que nació un 24 de enero de 1959 en el hospital de las Cinco Llagas. Dos meses y tres días después, cuando lo daban por desahuciado, lo bautizaron con agua de la palangana de Pilatos y aquí está, con los deberes hechos como costalero, cofrade, macareno y hasta consejero emérito cuando gobernaba en San Gregorio Adolfo Arenas, presente en el acto.

El pregonero se presentó "desnudo de palabras, soy persona de otros menesteres"

Desde hace diez años, este pregón se celebra el tercer domingo de Cuaresma en la Orden Hospitalaria San Juan de Dios. A dos pasos del Salvador, había ensayo de costaleros. La cuadrilla del Cristo de Burgos reviraba de Cuna a Acetres, la calle donde nació el poeta Luis Cernuda. ¿Cabe mejor prólogo a lo que después iba a contar el pregonero? Martín Angulo evocó estampas de Vilima y de Casa Marciano, génesis de la lata de membrillos que le regaló el ex pregonero Francis Segura.

Presentado por Rafael Martínez López, presidente de Cofrades Íntimos de Sevilla, el pregonero se presentó "desnudo de palabras, porque soy persona de otros menesteres". Llegó a las hermandades "por el costal de la carpintería". Su primera hermandad fue la Hiniesta, como costalero se estrenó con las Penas de San Vicente, es macareno de barrio, de bautizo y de boda. Devoción que trasladó a su vástago. "Por eso tengo tan poco pelo, por los arrebatos de fe de mi niño".

En la parte musical, fragmentos de marchas procesionales interpretados por el Dúo Amoenus. Violín con tambores, la combinación perfecta para la intimidad de un pregón. En la parte musical, Irene (violín), Yolanda (piano) y Lauren (percusión).

Le pidió a los Reyes Magos una moto, pero le echaron una corbata con la que se subió al atril. "No será un pregón de próstata", dijo con humor castizo. Conoce de sus tiempos del Consejo los entresijos del pregón del Maestranza, "están esos que quieren quedar de literatos o grandes pensadores". Situó al cofrade con rictus de ave rapaz que busca cámaras y micrófonos e interpelado sobre el pregón responde: "Es tan bueno que es para leerlo". "Vete a la playa, miarma, que un pregón es para escucharlo".

Criticó a los "medidores de macarenismo" y bromeó con la metamorfosis del Martes Santo en Santo Martes "que la portavoza llamará Santa Marta". Un cambio de criterio que desacraliza la Catedral en beneficio de la "santa Campana". El pregonero se mojó sin salirse de los cánones de quien se siente muy pequeño ante el Gran Poder. "Dicen que lo van llevar a los barrios, no deja de ir en autobuses de ida y vuelta, estampas y almanaques".

Entre el público, la ex delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro, y Tomás Vega, tesorero del Consejo "a quien temían los banqueros como los joyeros a Carmen Polo". Hermano mayor de la Divina Pastora, para él "siempre es Semana Santa". Era el más bajo de la cuadrilla, iba en lugar de privilegio para ver el sol por Laraña. Tiene todo lo que pidió: "Una familia, un trabajo, mucho amor por los míos".

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