Educación

Los colegios del centro de Sevilla advierten que no podrán cumplir la norma anti Covid

  • Las limitaciones físicas de los edificios y la “saturación” de alumnos impiden aplicar la normativa

Aula de Primaria del CEIP Altos Colegios de la Macarena, uno de los cinco colegios públicos del Casco Antiguo.

Aula de Primaria del CEIP Altos Colegios de la Macarena, uno de los cinco colegios públicos del Casco Antiguo. / Antonio Pizarro

Los cinco colegios y los dos institutos públicos del casco antiguo de Sevilla han enviado una circular a los padres –cuyos hijos están matriculados en dichos centros- para advertirles que el próximo curso será “imposible” poner en marcha las medidas de seguridad e higiene establecidas por la Junta de Andalucía para hacer frente a la pandemia del Covid-19.

Dos motivos fundamentales obligan a dar este aviso: la limitación física de los edificios que los albergan (alguno de ellos propiedad de Patrimonio) y la “saturación” de alumnos que sufren al ser muy reducida la oferta de enseñanza totalmente pública que hay en este distrito.

Así, por ejemplo, en las aulas resulta complicado mantener el distanciamiento de un metro y medio entre los alumnos, ya que una clase de Primaria tiene una superficie de 40/45 metros cuadrados, en la que se imparte docencia a 25, 26 y hasta 27 menores. En ESO dicha extensión llega a 50 metros cuadrados para 30 estudiantes.

El aislamiento de casos sospechosos tampoco se podrá llevar a cabo, ya que “en condiciones normales” se usan todos los espacios alternativos como aulas. En este sentido, recuerdan que desde hace años algunos centros tienen la biblioteca suprimida por el incremento de líneas para atender la demanda de escolarización.

Más demanda para el comedor

Una situación que es extensible a las medidas para el uso del comedor, puesto que muchos colegios utilizan el salón de usos múltiples (SUM) como comedor, que han de ser habilitados cada día a partir de las 12:00 para prestar dicho servicio, del que, según los centros, harán más uso el próximo curso ante el creciente número de familias que se encuentran en ERTE.

Tampoco la organización de recreos por turnos (en función de los grupos de convivencia escolar) parece muy factible, pues ya cuentan con esta división horaria al ser los patios de dimensiones reducidas y muy elevada la cantidad de alumnos.

La flexibilidad horaria en las entradas y salida también se descarta. La dirección de estos centros advierte de “la peligrosidad del tráfico” en la zona, la falta de personal de portería para habilitar varios accesos y la dificultad de las familias para adaptarse a un nuevo horario por el desajuste con sus trabajos.

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