Un comercio de Sevilla durante el apagón: "La fruta la vendíamos a ojímetro"

Los establecimientos sevillanos reabren con normalidad tras las horas de angustia por la de luz

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Los comercios de Sevilla retoman la normalidad tras el apagón / José A. García

Mañana de reencuentros, comprobaciones y de vuelta a la normalidad. Los comercios de Sevilla han recuperado el pulso en la mañana de este martes tras el abrupto cierre de ayer como consecuencia del apagón que afectó a toda España. Algunos retoman la rutina con cierto miedo porque no saben si la luz se volverá a ir.

La mayoría de las tiendas cerraron a mediodía y no han vuelto a abrir sus puertas hasta las diez de la mañana. Son los comercios de ropa o calzado del eje comercial por antonomasia de la ciudad: Tetuán, Velázquez y O'Donnell. Las franquicias que copan estas vías reabren al público mientras en la ciudad se retoman las tareas cotidianas: los operarios municipales retiran la abundante cera de este tramo y se colocan los toldos para el verano en las arterías adyacentes.

Mientras estos comercios cerraron, otros apuraron para dar servicio, en la media de lo posible, a los muchos sevillanos y extranjeros que salían a las calles a buscar desesperadamente agua o víveres ante el apagón. Eran horas en las que la incertidumbre reinaba.

La céntrica calle Tetuán en la mañana de ayer.
La céntrica calle Tetuán en la mañana de ayer. / José Ángel García

Eso ocurrió, por ejemplo, en el Minimarket Hernando Colón. Treinta años lleva en esta calle que conduce a la Catedral la tienda que regentan los hermanos Alejandro y César Ramírez. Ayer tuvieron que dar el do de pecho para atender a propios y extraños. Alejandro reconocer que hubo un poco de pánico, sobre todo entre la clientela foránea: "Nosotros seguimos abiertos hasta las 17:30 o 18:00. Pero aquí no volvió la luz hasta la una de la mañana".

Los hermanos Alejandro y César en su comercio de la calle Hernando Colón.
Los hermanos Alejandro y César en su comercio de la calle Hernando Colón. / José Ángel García

En este comercio, uno de los pocos ultramarinos regentados por locales que quedan en el centro más turístico de Sevilla, tuvieron que trabajar a la antigua usanza ante la falta de luz y comunicaciones: "Los datáfonos con wifi no funcionaban. Los que llevan tarjeta, que son los que nos llevamos para cobrar en la calle dejaron de funcionar a las 16:00. La mayoría de los turistas no llevaban efectivo, así que lo pasaron regular. Todo había que pagarlo en efectivo".

Los hermanos Ramírez desde ese momento tuvieron que tirar de libreta y apuntar lo que se dejaba a deber por los clientes habituales: "A unos chavales que no llevaban efectivo le tuvimos que fiar. Nosotros como somos dos no necesitamos una computación de caja. Cogimos la libreta y punto. El cajón y pa'lante".

Sergio en su kiosco de la Plaza Nueva.
Sergio en su kiosco de la Plaza Nueva. / José Ángel García

Los productos más vendidos fueron los no perecederos y de consumo inmediato: "Latas de conserva, legumbres, pan, chacina cortada, pilas... Las conservas y las legumbres las vendimos todas", recalca César. También vendieron mucha fruta, pero claro, sin luz, las modernas balanzas eléctricas de poco servía. Una vez más, tuvieron que tirar de oficio: "La fruta la vendimos a ojímetro. Por la experiencia. Más o menos cinco naranjas pesa un kilo..."

En esta céntrica calle el suministro no se recuperó hasta la una de la madrugada. Los hermanos Ramírez no han detectado ningún problema en las cámaras o con el género. Todo está bien. Aun así, tomaron precauciones. "Por ejemplo, a los helados les pusimos hielo para que se conservaran. Parece que está bien. Ahora abriremos algunos a ver, pero no parece que haya pasado nada".

Rafael cortando el pelo en la mañana de este martes.
Rafael cortando el pelo en la mañana de este martes. / José Ángel García

Récord en la venta de agua

Durante toda la tarde de ayer, los sevillanos acudieron masivamente también a los supermercados para comprar comida y agua. La mayoría cerraron sus puertas ante la falta de luz y la imposibilidad de atender a los clientes. Los que estuvieron abiertos y a pleno rendimiento fueron los de El Corte Inglés. Estos grandes almacenes cerraron el resto de secciones, pero mantuvieron abierto el súper gracias a los grupos auxiliares de generadores con los que cuentan y que funcionan con combustible diésel.

Estuvieron abiertos todo el día hasta su hora de cierre. Fue el caso de los centros de la Plaza del Duque o de San Pablo, en el centro de Sevilla. Los usuarios casi arrasaron con las reservas de agua y con los sandwiches. También hubo mucha demanda de pan, platos preparados y comida para llevar y alimentos fríos. En El Corte Inglés, además, se pudo pagar con tarjeta y con dispositivos móviles en todo momento, algo que agradecieron mucho los consumidores, sobre todos los turistas que hicieron grandes acopios. Los centros de El Corte Inglés han abierto hoy con los productos repuestos y funcionando con total normalidad.

Julia y Macarena en una óptica de la calle Rioja.
Julia y Macarena en una óptica de la calle Rioja. / José Ángel García

Los que hicieron su agosto en pleno apagón fueron las tiendas regentadas por Chinos. El precio de productos básicos, como el agua o la leche, fue subiendo durante todo el día. Poco después de confirmarse el apagón total, en la calle Méndez Núñez el agua superaba los 2 euros. A precio de oro se vendieron los aparatos eléctricos, como radios. "Es la ley de la oferta y la demanda", comentaba uno de estos comerciantes.

Los kioscos estuvieron funcionando también durante un tiempo. Es el caso de Chucherías Tina, frente al Ayuntamiento, en plena Plaza Nueva. Así lo relataba esta mañana Sergio a este periódico: "Vendimos todo lo que estaba fresquito en la nevera y muchas patatas fritas. La gente no tenía qué comer. Prácticamente, lo que teníamos frío lo vendimos todo. El agua se agotó". En este kiosco no funcionaron los datáfonos, por lo que sólo podían cobrar en efectivo. Este martes ya está todo normal aunque el pedido de provisiones llegará con algo de retraso, algo normal.

La calle Sierpes este martes.
La calle Sierpes este martes. / José Ángel García

La peluquería Santa Lucía se encuentra en el pasaje que une Tetuán con Sierpes. El apagón cogió a Rafael, afortunadamente, sin clientes. Tuvo que cerrar a las dos de la tarde aunque tenía citas por la tarde. "Aquí no podía seguir abierto porque no hay luz. Si hubiera estado más hacia la calle podría haber seguido con la luz natural", indica.

Cerca de allí, Julia y Macarena estaban atendiendo a algunos clientes en el Multiópticas de Rioja cuando se fue la luz. Al principio pensaron que se trataría de una interrupción puntual hasta que fue llegando más información, así lo relatan al alimón: "La puerta se quedó bloqueada. Tuvimos que llamar para que nos dijeran cómo abrir manualmente. En unos 15 minutos lo solucionamos para que se fueran los clientes. Todo estuvo tranquilo".

En esta óptica echaron la persiana en torno a las 13:30. "Esta mañana cuando hemos vuelto nos hemos encontrado las luces y la música puestas...".

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