Aulas con la mitad de alumnos, sin conciliación ni maestros

La crisis del coronavirus en la enseñanza

Los equipos directivos consideran "inviable" la propuesta del Gobierno de bajar la ratio a 15 estudiantes

La alternancia entre la enseñanza presencial y telemática no garantiza una educación en igualdad de condiciones

Serían necesarios 5.000 millones de euros para duplicar la plantilla docente en Andalucía

Una maestra imparte clase en un aula con alumnos de Primaria.
Una maestra imparte clase en un aula con alumnos de Primaria. / D. S.

"Inviable". Así califican directores de colegios e institutos la propuesta que lanzó esta semana la ministra de Educación, Isabel Celaá, para que el próximo curso comience con un máximo de 15 alumnos por aula, lo que supondría reducir la ratio de las clases a la mitad. Muchos equipos directivos se han llevado las manos a la cabeza al considerar que este planteamiento requiere de una dotación de personal y de instalaciones que en las actuales circunstancias resultan imposibles.

Según fuentes de la Consejería de Educación consultadas por este periódico, sólo el aumento de la plantilla requiere de 5.000 millones de euros, cifra inasumible en condiciones normales y más aún en esta coyuntura. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ya se ha apresurado a mostrar la disconformidad de su gobierno con la alternativa de compaginar las clases presenciales con las telemáticas.

"El 86% del presupuesto andaluz en Educación se destina al primer capítulo, al de personal. Si la ratio de las aulas se redujera a la mitad y conllevara un desdoble de grupos, obligaría a duplicar la plantilla y, por tanto, el gasto, que en estas circunstancias es imposible". Así explican fuentes de la Consejería de Educación y Deportes el desembolso al que tendría que hacer frente la Junta en el caso de que la idea lanzada por Celaá se llevara a cabo. La ministra propuso que, para evitar este alto coste, las clases presenciales se simultanearan con las que se mantienen de manera on line desde que se decretó el estado de alarma por la pandemia de coronavirus. En todo caso, las alternativas adelantadas por el Gobierno central no convencen a la comunidad educativa, que, una vez descartado el regreso de los alumnos a las aulas este curso, se plantea con bastante "incertidumbre" el comienzo del próximo.

Para conocer la opinión de los profesionales de la enseñanza, Diario de Sevilla se ha puesto en contacto con directores de tres centros educativos de la provincia de Sevilla, a los que se les ha preguntado por las posibilidades de que la propuesta de la ministra se materialice en septiembre. Al margen de que todos la consideren "inviable" o, en el mejor de los casos, de difícil aplicación, coinciden en subrayar la falta de información que por parte del Gobierno y la Junta existe en estos momentos sobre los protocolos de seguridad que deben llevar a cabo los centros educativos tanto para el regreso del personal administrativo y el equipo directivo este curso como para el comienzo del siguiente.

La compleja tarea de dividir 800 estudiantes

Antonio Bohórquez es director del IES Caura, en Coria del Río. En este centro se ha estudiado la planimetría de las aulas para saber si podía albergar las pruebas de Selectividad. Para cumplir con el distanciamiento social (dos metros entre los alumnos), sólo cabría un máximo de 13 estudiantes en cada una de ellas. Si esto se extrapola al comienzo de curso, la posibilidad de atender a los 800 alumnos a los que imparten docencia 73 profesores resultaría bastante compleja, por no decir imposible. A ello se suma otro inconveniente, en el caso de tener que duplicar la plantilla, la dotación de personal para puestos específicos acarrearía un problema, especialmente en un instituto que cuenta con ESO, Bachillerato y FP.

Si se tuvieran que doblar grupos, sería necesario contar con más instalaciones, hacer uso de dependencias que no están habilitadas como aulas. Sería el caso del gimnasio -resultado en este centro de haberse eliminado los tabiques de antiguas clases- y del patio, donde se instalarían caracolas, aunque es bien sabido que en las aulas prefabricadas resulta aún más complicado mantener esa distancia de seguridad.

La implicación del sector privado para la conciliación

Para Bohórquez, resulta necesario contar ya "con un protocolo de seguridad" en los centros educativos que sirva para encarar el próximo curso y a partir del cual planificarlo. Una opinión que también manifiesta Sonsoles Salazar, directora del CEIP José María del Campo, en Sevilla capital, para quien la propuesta de Celaá sólo podría llevarse a cabo en caso de que los alumnos fueran al colegio en semanas alternas, divididos por grupos que no superen los 15. Unos seguirían las clases desde casa, conectados por el ordenador, y otros en el aula. A la semana siguiente se produciría el cambio y, así, sucesivamente, hasta que el riesgo de contagio desapareciera o fuera mínimo. "En todo caso, habría que priorizar a los menores cuyos padres no pueden trabajar de forma telemática", refiere Salazar, que urge a desarrollar una normativa sobre las medidas a tener en cuenta en zonas comunes de los centros de enseñanza y sus accesos.

En palabras de esta directora, la ampliación de la plantilla "aunque siempre es una buena opción, no es realista en esta situación". También, en su opinión, resultaría complicado la instalación de ciertos medios de protección en el aula, como mamparas entre pupitres, o reestructurar las instalaciones con el fin de dotarlas de más espacios para la docencia. Por todos estos motivos, Salazar pide "que no se actúe con improvisación para el comienzo del curso, sino que las decisiones empiecen a tomarse ahora". "Desde que se decretó el estado de alarma hemos ido a salto de mata en la enseñanza a distancia. Hay que pararse y reflexionar. En los colegios, además, deben ponerse de acuerdo la Junta y los ayuntamientos, a los que compete su mantenimiento y adaptación", argumenta la responsable del José María del Campo, que también pide que esta coordinación se extienda al sector privado, ya que muchas empresas deberán facilitar a los padres el teletrabajo para hacer posible la conciliación las semanas que los hijos reciban clase desde el hogar.

Sin material de protección en los colegios de la capital

Por ahora, lo único cierto es que el 18 de mayo el equipo directivo y el personal de administración y servicios (PAS) tendrá que volver a los colegios. Para esa semana Educación prevé que se reactive el proceso de escolarización de manera presencial. Algunos centros no cuentan aún con medios de protección. Es el caso del CEIP Altos Colegios de la Macarena, donde su directora, Azucena Sanz, advierte de la diferencia entre unos colegios y otros: "A algunos los ayuntamientos los ha dotado de gel hidroalcohólico y mascarillas. En los de la capital, de nada. Lo único que he podido conseguir son seis mascarillas que he comprado en la farmacia". A ello añade el hecho de que en muchos municipios se han desinfectado estas instalaciones, pero en la capital no ha ocurrido así. Aspectos que habrán de tenerse muy en cuenta para el regreso en septiembre de los alumnos.

Respecto a la posibilidad de continuar con las enseñanzas on line, Sanz incide en que "toda la comunidad educativa ha avanzado en el manejo de las nuevas tecnologías en dos meses lo que no lo ha hecho en dos años". En este aspecto hace hincapié en una cuestión: "Las TIC son un incentivo para el alumno, pero en determinados momentos, porque no dejan de ser instrumentos usados para facilitar o complementar una clase presencial". Esta directora abunda en que, aunque a las nuevas generaciones se las denomine como "nativos digitales", lo cierto es que esta condición la desarrollan, sobre todo, para el ocio, pero no para la docencia. "Cuando pasan una jornada lectiva delante del ordenador y cualquier gestión la han de realizar de forma virtual, ya no les motiva tanto. Se cansan", refiere la responsable de los Altos Colegios de la Macarena.

La enseñanza 'on line' no es compensatoria

Un ejemplo es lo vivido estos días en familias con más de un hijo en edad escolar, que se han sentido "desbordadas" con la enseñanza telemática, ya que no todas reúnen los mismos conocimientos sobre TIC ni disponen por igual de ellas. Sanz advierte en este sentido de que siempre ha de buscarse fórmulas para la vuelta a las clases presenciales, pues el colegio, entendido como espacio físico, "siempre ha sido compensador de diferencias, pues en el aula los alumnos son iguales, no están condicionados por las circunstancias sociales y económicas de su hogar, algo que no ocurre con la enseñanza 'on line'". "Por ese motivo, hemos avanzado en contenidos muy poco este trimestre y nos hemos preocupado más por abordar la situación emocional de los menores", abunda esta directora, quien, ante un futuro con bastante incertidumbre, espera las instrucciones sobre el próximo curso "como agua de mayo".

A la espera de la conferencia sectorial

Para ello, habrá de saberse la decisión que tome la Junta tras la Conferencia Sectorial de Educación que se celebrará el próximo jueves, en la que el Gobierno y las comunidades autónomas debatirán sobre la propuesta ministerial para comenzar el próximo curso. El presidente andaluz, Juanma Moreno, ya ha mostrado su disconformidad, mientras que el consejero Javier Imbroda ha pedido que se facilite un documento que sirva para analizar dicho planteamiento y a partir de ahí formular alternativas.

La Consejería de Educación ya adelantó en la circular enviada hace escasas semanas a los centros de enseñanza que el próximo curso contará con "instrucciones específicas" y que, además, se realizará una evaluación a los alumnos, consistente en un diagnóstico para comprobar el nivel de conocimientos que habían adquirido en el último trimestre de este ejercicio académico, condicionado por el cierre de los colegios e institutos y la enseñanza on line.

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