Sevilla

El crimen de Halloween en Palomares, en cinco claves

El parque que lleva el nombre de la víctima, con la madre al fondo.

El parque que lleva el nombre de la víctima, con la madre al fondo. / José Luis Montero

Este viernes arranca el primero de los dos juicios por el asesinato de Jesús Rosado Jiménez, un joven de 18 años que fue brutalmente apaleado y apuñalado por una pandilla en la puerta de su casa, en Palomares del Río, la noche del 1 de noviembre de 2022. Estas son algunas de las claves del caso.

El doble enjuiciamiento

En el asesinato de Jesús Rosado Jiménez ocurre algo similar al del caso de Marta del Castillo. Al haber un menor y un mayor de edad implicados, el crimen tendrá dos juicios, con dos sentencias distintas y probablemente con relatos de los hechos que pueden ser similares o diferentes. El que arranca hoy en los juzgados de Menores de Sevilla es el juicio al menor de edad. Además, el juez que celebrará la vista es el mismo que celebró el del Cuco. El del mayor, que tenía 18 años en el momento del crimen, aún no tiene fecha de celebración. 

Para la primera sesión de este viernes está prevista la declaración del menor acusado del crimen y de los cuatro amigos que iban con él, entre ellos el acusado mayor de edad, que en este juicio es testigo. El lunes acudirán los agentes de la Guardia Civil que investigaron el caso. 

Las peticiones de condena

La Fiscalía pide para el menor acusado una condena de ocho años de internamiento en régimen cerrado por el asesinato y un robo con violencia en grado de tentativa. La acusación particular, que representa a la familia de la víctima, eleva esa pena a diez años de internamiento. En una reciente entrevista, la madre de Jesús, María del Carmen Jiménez Cifuentes, se mostró partidaria de una reforma de la Ley del Menor para delitos tan graves como éste. "Y que las medidas que se tengan que tomar fueran con más contundencia", expuso la madre de la víctima.

Otra de las quejas de la familia de Jesús es que en la pandilla había cinco personas, como así quedó registrado por una de las cámaras de seguridad de una vivienda por la que la víctima y el grupo en el que estaban sus agresores pasaron instantes antes del crimen. Sin embargo, sólo dos de ellos se sentarán en el banquillo de los acusados y los otros tres serán simples testigos. No se les imputa ni siquiera un encubrimiento. La madre insistió en que la presencia de estas tres personas sirvió al menos para intimidar a su hijo.

El asesinato

Jesús Rosado Jiménez fue abordado por una pandilla compuesta por al menos cinco personas, cuatro de ellas menores de edad y uno mayor, en la puerta de su casa, en la calle Federico Morreno Torroba de Palomares del Río. Eran las 3:30 de la madrugada del 1 de noviembre de 2022. La pandilla se había cruzado con Jesús en un parque del pueblo, al que la víctima había acudido para encontrarse con su hermano y pedirle las llaves de la casa. No quería despertar a su madre. Había estado toda la noche en Sevilla y se había vuelto en el último Metro a Mairena del Aljarafe, desde donde fue andando hasta Palomares.

Cuando regresó a su casa desde el parque, Jesús fue perseguido por el grupo durante unos 13 minutos, hasta que lo abordaron a escasos metros de su domicilio. Allí, en apenas tres minutos, le dieron una brutal paliza, con numerosos golpes en la cabeza y en distintas partes del cuerpo, algunos de ellos asestados con una defensa extensible que se encontró en el lugar. También recibió al menos dos puñaladas, una de las cuales le atravesó el corazón y resultó mortal.

Dos jóvenes que pasaron por la calle en una moto descubrieron a Jesús tendido en el suelo. El ruido de la moto despertó a la madre, que salió de la vivienda y encontró a su hijo ya muerto. Jesús Rosado tenía 18 años, acababa de iniciar los estudios universitarios de Turismo y practicaba remo en el club Guadalquivir.

Por el puro placer de matar

A Jesús no le robaron nada. No le faltaba ni su teléfono móvil, ni dinero ni ningún otro objeto. Sólo las llaves  de la casa se encontraron tiradas junto al cadáver, posiblemente porque las llevaba en la mano dada la cercanía de la vivienda. Lo abordaron tras perseguirle por un recorrido en el que se tardan unos 13 minutos a pie a buen ritmo, y lo hicieron en la acera contraria a la de su casa. Es decir, tuvo que esquivarles y cambiar de acera. Sin embargo, lo acorralaron entre dos vehículos y lo mataron en unos tres minutos.

No hay ningún motivo para explicar este brutal asesinato. La pandilla, todos ellos de Coria del Río, no conocía de nada a la víctima. Algunos jóvenes que los vieron antes aseguran que el menor acusado, que tiene numerosos antecedentes, iba gritando que tenía "sed de sangre". Jesús tuvo la mala fortuna de cruzarse con ellos aquella noche.

La concentración

La familia de la víctima ha convocado una concentración en la puerta de los juzgados de Menores para las diez de la mañana de este viernes. Lo harán para "reclamar una justicia efectiva ante el inicio del juicio del menor de edad investigado". La concentración se realizará tras la pancarta en la que reza el lema Que el mal no dure y que el bien no se rinda, que ya presidió una manifestación multitudinaria que tuvo lugar en Palomares tras el asesinato, y tendrá una duración aproximada de una hora.

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