“La culpa es de Felipe II, de la Inquisición”

Calle Rioja

Encuentro. La malagueña Elvira Roca Barea y el colombiano Carlos Granés debaten en las jornadas de ciudades latinoamericanas y del Caribe sobre la “enfermedad de la Historia”

De izquierda a derecha, Elvira Roca Barea, Juan Esteban Constain y Carlos Granés.
De izquierda a derecha, Elvira Roca Barea, Juan Esteban Constain y Carlos Granés. / M.G.

10 de julio 2024 - 03:59

LO fácil es echarle la culpa “a Felipe II, a la Inquisición. “El límite más largo lo tengo en Ortega, que le echaba la culpa a los visigodos”. María Elvira Roca Barea (El Borge, Málaga, 1966) nunca deja indiferente a su auditorio. Con el colombiano Juan Esteban Constain como moderador, la profesora e historiadora participó con Carlos Granés (Bogotá, 1975) en una de las mesas redondas de las jornadas sobre Cultura, Creatividad e Innovación Territorial que ayer organizó en Sevilla el CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

Con la actuación del cantante colombiano Carlos Vives, el diálogo entre Roca Barea y Granés fue la guinda perfecta de unas sesiones en las que el público viajó por el casco histórico de Santo Domingo y Cartagena de Indias, también por la historia de la Exposición del 29 por medio de Amparo Graciani, comisaria del centenario de este certamen. Y donde Nuria Vilanova, presidenta de CEAPI (Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica), anunció que el próximo congreso de esta entidad tendrá lugar en Sevilla en junio de 2025.

Roca Barea y Granés contaron cómo surgieron sus respectivas obras que los han catapultado como autores que bailan un día sí y otro también con la polémica y la controversia. ‘Imperiofobia y leyenda negra’, en el caso de la malagueña, nació “por casualidad. No encontré otra palabra”. El proyecto del escritor de Bogotá afincado en España era escribir “un estudio sobre las vanguardias artísticas, pero el malestar de no entender el mundo en que vivo me llevó a encerrarme cinco años en una biblioteca”. Así surgió “Delirio americano”. “Estamos enfermos con la Historia, como decía Octavio Paz de México”. En eso está de acuerdo con Roca Barea: “Vivimos a patadas con nuestra propia historia”.

A Carlos Granés de pronto se le desdibujaron las fronteras de su continente. “Nos decimos hermanos ignorándonos de la forma más despreciativa”. Utilizó una hermosa metáfora de la Virgen de Guadalupe, de un pintor, Miguel Cabrera, que a mediados del siglo XVI intenta con un equipo de colaboradores saber “si es obra humana o de la Providencia”. “Su libro se llamó ‘Maravilla americana’, mi tesis es que en el arte eso es maravilloso, pero en política empiezas a delirar. En nuestro continente muchas veces la mentalidad del artista ha contaminado la mentalidad política”. Los estragos del realismo mágico, por volver al centro histórico de Cartagena de Indias, o al de Santo Domingo con sones de merengue y bachata, ahora que se inicia la gira en España de Juan Luis Guerra (¿qué fue de 4,40?).

El moderador dice que Roca Barea ha terminado convirtiéndose en “otra víctima de la leyenda negra”. “Lo del juicio moral al pasado es una cosa medieval, anacrónica. Que si nosotros hicimos esto o lo otro. No hay ningún nosotros porque nosotros no estábamos allí. Han pasado doscientos años y es hora de ponerle el RIP. Te puedes quedar atontado cincuenta años, dos o tres generaciones, pero doscientos años. Contra España el juicio moral, y la conquista del Oeste la resolvemos en el cine con un paquete de palomitas. Ayer vi ‘Flecha Rota’ y por lo visto Cochise ni hablaba español ni era cristiano, y era indio chiricaua, por tanto, era hispanohablante, y estaba bautizado”.

Habla Roca Barea de los virreinatos y antes de su intervención saludó a Luis Navarro García, una eminencia en el estudio de los virreyes. Pionero de muchas vocaciones americanistas, director de una treintena larga de tesis doctorales. La autora de ‘Imperiofobia…’ argumenta que con la independencia llegó otra dependencia, “el caudillismo y el endeudamiento y la deuda siempre está vinculada con corrupción”. El caudillismo no es una antigualla del pasado, “ahora estamos en un momentazo total”.

Su libro, que llegó a ocupar el primer lugar de los más vendidos en la categoría de no ficción, aunque se lea como una novela o una obra de Borges (el plural de su hermoso pueblo malagueño) está lleno de referencias literarias, desde Fray Bartolomé de las Casas, artífice principal de la venta de la leyenda, al padre Feijoo, un cura gallego cuyas obras fueron un best-seller de su tiempo. No entiende Elvira Roca Barea que el español no sea “lengua de trabajo” en la Unión Europea. El idioma que se habla en las calles de Santo Domingo, la tierra que más amó Colón, o de Cartagena de Indias, que en 2033 celebrará el quinto centenario de su fundación. “Entregan los documentos en inglés, en alemán y en francés. Y somos una enormidad. Quinientos millones de hispanohablantes. Asusta sólo decirlo”. En Europa no, pero en la Eurocopa en estos tiempos del pinganillo hemos oído hablar en un correctísimo español al francés Didier Deschamps, al esloveno Oblak, al polaco Lewandowski, al alemán Toni Kroos, al inglés Jude Bellingham o al holandés Xavi Simons.

En el panel de las jornadas se leía Quinto Centenario de Ciudades Latinoamericanas y Caribeñas. Amparo Graciani recordó que en 2025 se conmemora el quinto centenario de la fundación de la ciudad colombiana de Santa Marta, la que tenía tren pero le faltaba el tranvía. “Y la fundó un sevillano de Triana, Rodrigo de Bastida”. Hay diferentes nomenclaturas. Amparo es comisaria de la Exposición Iberoamericana (por la participación de Portugal y Brasil). La presidenta de Ceapi habla de Hispanoamérica, como la película de José Luis López Linares en la que participa el cantante colombiano Carlos Vives. Y el CAF es Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe.

La representante de Santo Domingo, Sina del Rosario, habló de los ciclos migratorios que han conformado el carácter del país que comparte isla con Haití. Los afrodescendientes, del siglo XVI, que dejaron tradiciones religiosas como la Cofradía del Espíritu Santo; los ingleses de la caña de azúcar inmortalizados en la canción de Juan Luis Guerra ‘Good Morning Guavaberry’ y se sentaron en San Pedro de Macor; los que hace doscientos años llegaron desde Filadelfia hasta Samaná; los españoles “de Galicia, Andalucía, de Asturias sobre todo, que tienen la doble nacionalidad”.

La Junta de Andalucía ha participado en proyectos de cooperación para el alumbrado público o la nomenclatura de las calles. Si en Santo Domingo entre las emergencias figura la vigilancia “contra los huracanes”, Cartagena de Indias, a menos de una década de su quinto centenario, ha procedido a “tumbar un edificio de 18 plantas construido junto al castillo más importante de la ciudad, ya vamos por la planta 14”. Teremar Londoño, secretaria de Turismo de la ciudad colombiana, habló de “la cuadrilla del alcalde, todos vestidos de naranja, vinculados con diferentes gremios: madera, jardinería”. Y entre las calles de ambas ciudades del merengue y el vallenato, Almudena Maíllo, secretaria general de la UCCI (Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas), que agrupa a 29 ciudades (14 de ellas patrimonio de la Humanidad de la Unesco) en las que viven 79 millones de personas. “No hay región más cohesionada en el mundo”. En primera fila, junto al cantante, Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del CAF.

stats