9.000 euros por dos ladrones
Patrimonio Venta de imágenes
Montserrat recibe una oferta de compra por las imágenes de Dimas y Gestas que salieron en el misterio hasta 1997
Nunca antes dos amigos de lo ajeno tuvieron un valor tan considerable. Hasta 9.000 euros hay quien está dispuesto a pagar por las imágenes de San Dimas y Gestas que acompañaron 17 años al Cristo de la Conversión en la escena evangélica que representa el primer paso de la cofradía de Montserrat, donde Jesús promete el paraíso al buen ladrón ante la incredulidad de Gestas. Estos ladrones permanecen en el coro de la capilla tras ser cambiados en 1998 por los de Pedro Nieto. Ahora hay quien se ha fijado en ellos. Se trata de un particular que los expondría al culto en una ermita de la Sierra de Huelva.
Las dos imágenes son obra de Gabriel Cuadrado, quien las talló en 1981 en sustitución de los primitivos ladrones, que habían salido con el Crucificado de Juan de Mesa desde 1628 aproximadamente. El mal estado en el que se econtraban ambas tallas -realizadas por Pedro Nieto en telas encoladas- fue motivo suficiente para justificar el cambio. Una sustitución que nunca llegó a convencer del todo a los hermanos.
En aquellos momentos se llegó a presentar otro boceto realizado por Luis Ortega Bru, el imaginero "vanguardista" de la época que siempre sintió admiración artística por este crucificado. De hecho, el Cristo de la Salud, de la Hermandad de Montesión, está inspirado en el titular de Montserrat.
Ortega Bru había tallado recientemente el nuevo apostolado de la Cena, un misterio que por aquel entonces había supuesto una revolución en la imaginería barroca. Sus trazos eran demasiado atrevidos todavía para una Sevilla acostumbrada a moldes más tradicionales. Este fue, quizás, uno de los motivos para descartar su boceto y optar por el de Cuadrado. No obstante, el imaginero gaditano plasmó su idea en una de las cartelas del paso de misterio de la Hermandad de la Estrella, donde se puede observar cada Domingo de Ramos un relieve del Cristo de la Conversión con los dos ladrones que había proyectado para la corporación de la Magdalena.
Transcurrido el tiempo, la Hermandad de Montserrat acometió la restauración de sus titulares a cargo de Rivero-Carrera. Fue entonces cuando a propuesta de este imaginero se restauraron los primitivos ladrones. Para ello utilizó una técnica innovadora que ya había empleado con el Cristo de la Expiración de la Hermandad del Museo, realizado en pasta de madera, un material muy común en el Barroco que abarataba los costes.
En 1998 se produjo el cambio. Las imágenes de Pedro Nieto volvían al paso y las de Gabriel Cuadrado pasaban a formar parte del mobiliario de la capilla de la hermandad, en la zona del coro, donde no se conservan en las mejores condiciones.
La hermandad insiste en que sólo se trata de una oferta de compra para la que se ha fijado un precio mínimo de 9.000 euros y que aún quedan muchos flecos por cerrar. Entre ellos, que el cabildo de hermanos apruebe dicha venta y que la autoridad eclesiástica dé su visto bueno a esta operación. El hermano mayor, Juan Coto, asegura que el destino de estos ladrones tendrá que ser un lugar sagrado. Llama la atención que sea una persona y no una hermandad la que se interese por las imágenes.
Y es que Sevilla supone un valor añadido para aquellas hermandades que quieran ampliar su patrimonio. Varias imágenes que en su día fueron titulares de una corporación, reciben hoy culto en otras localidades andaluzas. No importa que su valor artístico sea escaso. El hecho de haber pertenecido a una cofradía hispalense acredita su importancia para los nuevos dueños. Ahí está el caso más reciente del anterior Cristo de las Cinco Llagas de la Hermandad de la Trinidad, hoy en Pedrera. Por no citar la larga lista de enseres que en el pasado se pudieron contemplar en Sevilla y en la actualidad conforman el patrimonio cofradiero de muchos pueblos andaluces. La marca sevillana es todo un aval.
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