La familia de Laura imputa una agresión sexual al presunto asesino

La familia de Laura Cerna Baird, la profesora de inglés de 49 años que fue asesinada y descuartizada el pasado 30 de agosto en una vivienda del Tiro de Línea, ha imputado al presunto asesino además del crimen un delito de agresión sexual y otro de profanación de cadáveres.

El abogado José Estanislao López, que ejerce la acusación particular en representación de los padres y un hermano de Laura, explicó ayer que el presunto asesino, Antonio Gordillo, desnudó a la víctima antes de descuartizarla y arrojarla al río Guadalquivir. Esta conducta, añadió, puede considerarse como un delito de agresión sexual del artículo 178 del Código Penal, que castiga con hasta cuatro años a quien atente contra la libertad sexual de una persona con violencia o intimidación. "Entiendo que no era necesario desnudarla para meterla en la maleta", dijo José Estanislao López, que precisó que a su juicio la versión que dio el imputado es "cierta pero al revés", en el sentido de que fue él quien propuso a la víctima mantener relaciones sexuales y, ante la negativa de Laura, la asesinó con un cuchillo.

La imputación formal de estos delitos se produjo en el transcurso de una vista que prevé la ley del jurado celebrada en el juzgado de Instrucción número 18 de Sevilla, que investiga el crimen de la profesora de inglés.

En esa comparecencia, la Fiscalía imputó un delito de homicidio a Antonio Gordillo mientras que las acusaciones particulares le imputaron un delito de asesinato, que lleva aparejada una pena superior que el homicidio, de hasta 20 años de prisión, según confirmó el abogado Marcos Cañadas, que ejerce la acusación en representación del marido de Laura Cerna. Las acusaciones consideran que hubo alevosía y ensañamiento, de ahí que hayan agravado los cargos por encima de la petición del fiscal.

Antonio Gordillo ocultó su rostro con una chaqueta a su paso delante de los reporteros gráficos que se habían congregado en los juzgados sevillanos, donde también aguardaban los padres de Laura y su hermano Thomas. Sandra Cerna, madre de la víctima, no pudo contener la emoción del momento y gritó al paso del imputado "dénmelo a mi, dénmelo a mi", frases que se mezclaron con otras de "asesino".

La madre de Laura, que sufrió incluso un leve desfallecimiento, declaró más tarde a los periodistas que no ha venido a Sevilla por venganza. "Quiero justicia para mi hija y justicia contra el asesino", sentenció Sandra Cerna. Durante la vista, el presunto asesino estuvo callado, muy tranquilo y hasta "frío" a pesar de la gravedad de los hechos que se le atribuyen. Al término de la comparecencia, el acusado reiteró que es "inocente" y añadió que se tapó la cara porque no quiere que su madre sufra más.

Por su parte, la madre de Laura, que ejerció como abogada defensora en Estados Unidos, explicó que aunque conoce las diferencias entre las leyes americanas y españolas en cuanto a la contundencia de las penas, espera que en España se aplique la máxima permitida. "Fui abogada defensora pública, así que imagínese el conflicto que tengo como madre y abogada. Siento que tengo que respetar las leyes de España, pero creo y espero que el pueblo de Sevilla vea que esto se merece mucho más, que se imponga la pena máxima que permita la ley aquí", dijo Sandra, que no acepta el perdón que pidió el imputado en una declaración escrita.

El juez que investiga el crimen ha denegado la puesta en libertad de Antonio Gordillo, al entender que hay riesgo de fuga y por el dolor "insondable" causado a la familia al no poder enterrar a Laura hasta el pasado jueves. El instructor ha ordenado una prueba psicológica y otra de toxicología al imputado -para ver si había consumido drogas- y en las próximas semanas tomará declaración a varios testigos.