La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
Pilar Paneque Salgado
Las universidades que forman el proyecto de Campus Excelencia Internacional en Medio Ambiente, Biodiversidad y Cambio Global, CamBio, (Pablo de Olavide, Cádiz, Huelva, Almería, Córdoba y UNIA) tienen una última oportunidad en la convocatoria de 2011 para lograr la denominación. Conscientes de lo que se juegan, han decidido crear una oficina que coordine el esfuerzo, al frente de la cual estará Pilar Paneque, una joven profesora de Geografía de la Olavide con experiencia en universidades como Utrech, Pennsylvania, Oxford o Harvard.
-Joven y con mundo. Nadie puede negar que tiene currículum para el cargo.
-Es muy propio de mi generación. Tengo 36 años y pertenezco a unas promociones donde la movilidad y las experiencias internacionales son imprescindibles. Además, mi formación como geógrafa me permite tener una visión multidisciplinar, en la frontera entre la ciencia experimental y la social. Esto, probablemente, es muy adecuado para proyectos que necesitan tener una mirada muy amplia del medio ambiente, de la biodiversidad, del cambio global... que no se quede sólo en la línea más relacionada con la biología, sino que atienda también a otras necesidades vinculada con la gestión de los recursos, con la sostenibilidad económica, social y ambiental. También he estado muy implicada en la preparación del proyecto en la convocatoria anterior, por lo que tengo ya mucho aprendido.
-Tercera y última convocatoria para lograr el sello de Campus de Excelencia Internacional, ¿no le produce un poco de estrés?
-Es un esfuerzo colectivo, no personal. El proyecto pertenece a seis universidades más el CSIC. Sería un error plantearlo como un asunto exclusivo de la Pablo de Olavide. Hay que conseguir que se produzcan las sinergias necesarias para que el proyecto mejore en lo posible y lleguemos al momento de la presentación en 2011 muy reforzados. Eso sí lo vivo como un reto importante, porque la colaboración interuniversitaria no siempre es sencilla, precisamente por la autonomía que caracteriza a cada una de las instituciones. Pero, precisamente, lo mejor que tiene la convocatoria es que prima mucho el trabajo en equipo.
-¿Cuenta con el beneplácito de los otros rectores?
-Sí, ellos quieren que se siga trabajando en el proyecto. Entienden que en la convocatoria de 2010 quizás todo se hizo de una manera un tanto precipitada, ya que se llevó exclusivamente desde el vicerrectorado de Investigación, lo que supuso una carga excesiva.
-¿Cómo y por qué se monta esta oficina?
-La oficina se monta con una pequeña parte de los fondos conseguidos de los ministerios de Educación e Innovación en la última convocatoria, un millón y medio de euros. Decidimos crearla para hacer un mayor esfuerzo de coordinación y de concentración de esfuerzos, así como para desligarlo de la gestión diaria universitaria, que ya de por sí es una locura. No es una oficina de la Olavide, aunque esté ubicada físicamente aquí, sino el punto de encuentro del trabajo de todas las universidades.
-¿Se ha hecho autocrítica de la pasada convocatoria?
-Nos faltó tiempo, era un proyecto nuevo. Nos queda la alegría de haber pasado la primera fase con muy buena calificación. Eso es lo que nos anima a continuar. Hay una cuestión fundamental que ahora vamos a trabajar más: hacer aterrizar el proyecto en necesidades concretas y reales. Por ejemplo, la cuestión de la empleabilidad la vamos a desarrollar más, que no se entienda el proyecto sólo desde el punto de vista científico o docente, sino que consigamos que tenga una repercusión positiva para Andalucía, sobre todo en el contexto de crisis en el que nos encontramos. Pretendemos que el proyecto cumpla objetivos más allá de los que marca la misma convocatoria. Esa visión más práctica se perdió un poco de vista.
-El proyecto consiguió una buena agregación de empresas...
-Sí, contamos con empresas fundamentales en Andalucía como Abengoa y otras muchas. Pero todavía necesitamos llegar a más pactos y alianzas; saber hasta qué punto las empresas pueden implicarse en el proyecto; ¿qué esperan de la universidad? Esa relación con el tejido socioeconómico se puede mejorar mucho, y es algo en lo que vamos a trabajar en esta convocatoria.
-¿Cuáles van a ser las prioridades?
-Hay dos líneas fundamentales. La primera es la ya apuntada de buscar la implicación de las empresas, intentando que participen con sus ideas y recursos. La otra es la internacional. Hemos conseguido avales de algunos organismos institucionales de mucho peso, pero podemos conseguir más y, sobre todo, aprovechar el potencial internacional de nuestras universidades. Por ejemplo, los contactos de la Universidad Internacional de Andalucía, la experiencia del Aula del Estrecho de la Universidad de Cádiz, la relación con Latinoamérica de la Universidad de Huelva, las redes del CSIC...
-¿Qué recursos va a tener?
-Totalmente básicos. Va a depender más del trabajo y de la ilusión que de los recursos. Contamos con un técnico de gerencia y con un apoyo administrativo. Nadie más. Lo que pretendemos es darle un nombre al proyecto, para que pueda visualizarse, pero prácticamente seguimos los que estábamos, aunque esperemos que con mejor coordinación. En cada universidad habrá una persona delegada que será un vicerrector, el que determine cada rector. Próximamente tendremos una primera reunión, probablemente a principios de diciembre, de todos los rectores para poner en marcha el proyecto y presentar las líneas básicas que vamos a desarrollar desde la oficina.
-¿Se está trabajando en nuevas agregaciones universitarias?
-Ya en la convocatoria pasada hubo alguna universidad, como Granada, que se interesó por el proyecto, pero era demasiado tarde para incorporarla, además estaba muy centrada en su candidatura sanitaria. Este año todo esto se replanteará; me gustaría contar con el apoyo de la Universidad de Sevilla.
-¿Sólo universidades andaluzas?
-En principio, preferimos que sean andaluzas. Pero, dentro de esa línea internacional que antes apuntábamos, queremos incorporar a universidades portuguesas y del norte de África, aunque no podrán cobrar de la convocatoria, que es exclusiva para universidades españolas. Ya hemos conseguido fondos para poner en marcha el Campus Transfonterizo del Estrecho de Gibraltar.
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