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La hora del alcalde de Sevilla

  • El resultado del congreso regional, su encargo inmediato, medirá la capacidad de quien es ya un referente que, no obstante, también deberá revalidar su éxito para ser sucesor.

Los focos apuntan al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, como sucesor de Javier Arenas desde la última noche electoral. El 25 de marzo, en el balcón de la sede regional del PP, en la calle San Fernando, hubo una mención especial para un primer edil que hacía meses que lucía como gran referente del municipalismo. Su mejor aval es la histórica mayoría absoluta conseguida en la capital hispalense, con 20 concejales. Sus colaboradores destacan que Zoido no sólo "ha ganado en el sitio más difícil, sino que ha roto techos y ha demostrado que hay una nueva forma de hacer política". Quizás, por todo ello, ésta es su hora.

Y no le ha cogido por sorpresa. Zoido ya dio un paso adelante hace dos meses. Tras los comicios autonómicos, cuando aún no se habían agotado los análisis poselectorales, el alcalde se paseó durante tres días por la ciudad del brazo de María Dolores de Cospedal. En plena Semana Santa, sin posibilidad de pasar inadvertidos. No era ésa la intención. La secretaria general del PP se alojó en pleno barrio del Arenal y, amén de disfrutar de las cofradías, tenía como objetivo preparar los cambios y presentar ya a Zoido como el hombre de la dirección nacional en Andalucía.

De hecho, la exhibición de Zoido junto a De Cospedal en el balcón de la basílica de la Macarena en la Madrugada sirvió para escenificar su salto hacia adelante. Y el paso atrás de un Arenas derrotado y esquinado ante la mirada de miles de personas que seguían, en directo y por las pantallas de la televisión, la salida de los armaos.

Este lunes, como ya hizo antes de ser nombrado presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, Zoido recordó que su compromiso y su norte es Sevilla. El popular no dejará de ser alcalde, sería un error; de hecho, la mayor parte de su proyección nacional se la da el ser alcalde de dicha gran ciudad.

Es más, se podría decir que no puede dejar de serlo, pues hay quienes apuntan que el éxito o el fracaso en su gestión y, por tanto, la revalidación de su abrumadora mayoría absoluta serán claves para que se consolide como el verdadero sucesor y se embarque en la aventura de la Junta de Andalucía. Algo parecido a lo que hizo Alberto Ruiz-Gallardón en Madrid.

De momento, todo parece indicar que será el delfín de Arenas, quien, de entrada, le ha entregado las riendas del PP andaluz hasta la celebración del congreso regional que a mediados de julio renovará el partido. El alcalde fue este lunes el primero en recordar que llegó a la política de la mano de su "amigo y admirado" Arenas y garantizó que difícilmente se podrá encontrar un político andaluz de su talla. Elogios que ratificó el PP de Sevilla.

Curiosamente, el 11 de junio volvió a ser una jornada histórica para el PP de Sevilla. Justo un año después de que Zoido cogiese la vara de mando, este lunes agarró otro bastón. Ya que Arenas decidió no comparecer y dar sus explicaciones en varios formatos -una carta en pdf para la prensa escrita, vídeo para las televisiones y cortes de audio para las radios-, la expectación se centró en conseguir las primeras palabras, en vivo, de Zoido, que continuó con su agenda de alcalde: "Mi sitio es Sevilla", garantizó asumiendo el encargo de pilotar bien el barco hasta julio.

El desarrollo del congreso será un nuevo barómetro para medir la capacidad del alcalde, que parte con una buena calificación dentro de su partido. Sus colaboradores destacan el hecho de que se haya convertido en un referente dentro del PP, que sea el máximo exponente del municipalismo y que se haya sabido ganar el respeto -tal vez más fuera que dentro de Andalucía- de presidentes de otras comunidades y cargos del partido. Se podría decir que la figura de Zoido reúne el suficiente consenso como para delegar el poder en él sin grandes temores. "Es la hora de los valientes", apuntaban ayer en su círculo más cercano que asistían al cierre de una larga etapa. Paso imprescindible para abrir otra.

Arenas ha apuntado hacia una persona de su confianza, con una edad (55 años) que le da margen para desarrollar su carrera política y que conoce tanto el partido, pues fue secretario general del PP andaluz, como el Parlamento autonómico, cámara desde la que se hará oposición al Gobierno de la Junta. Pero no parece que ésta última vaya a ser una función destinada a él, que tendrá que salir de las Cinco Llagas si no prospera el recurso a la ley de incompatibilidad de cargos. Además, el alcalde acapara ya grandes responsabilidades y en su propio partido hay algunos que lo ven más como un presidente para ejercer la representación, que la oposición.

Si esta hipótesis se cumpliera, la dirección habría devaluado de cierta forma la figura del presidente, que tendría que nombrar como secretario general a una persona de su más estrecha confianza y con un perfil muy bien definido. Pero éste será otro capítulo.

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