La hora de la fachada Este de la Catedral de Sevilla
Patrimonio Histórico
El Cabildo está a la espera del visto bueno de la Junta para recuperar la dignidad de la fachada que mira hacia la calle cardenal Amigo Vallejo
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Sevilla/El Cabildo lleva casi 25 años cuidando de forma especial la conservación de las fachadas del templo, un objetivo más que ambicioso dadas las dimensiones de la gran montaña hueca. Portadas y muros han sido tratados especialmente de acuerdo a programas subvencionados por la vía pública o patrocinios privados, o directamente con cargo a los presupuestos del templo metropolitano. Incluso se logró la supresión del tráfico rodado por la Avenida de la Constitución, causa de un alarmante ennegrecimiento y arenización de la fábrica del edificio. La fachada que no ha recibido atención hasta ahora es la del Este, localizada en la calle Cardenal Amigo Vallejo, comprendida entre la Giralda y la esquina de Alemanes con Placentines.
El Ayuntamiento dispone del denominado proyecto básico y de ejecución para la reparación y limpieza de esta fachada, obra de Antonio Navarro. El objetivo fundamental es que tenga un “aspecto digno y coherente con el obtenido en la calle Alemanes”, cuando el arquitecto Alfonso Jiménez era maestro mayor del templo. De hecho, la citada fachada, que preside la Puerta del Perdón, es muy similar a la que ahora se pretende arreglar. El Cabildo sólo está a la espera del visto bueno de la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía, que tiene la tutela de la conservación del patrimonio histórico-artístico. El presupuesto de la intervención ronda los 100.000 euros.
El criterio general aplicado en el proyecto es el uso de las mismas pautas empleadas en el proyecto de la calle Alemanes. Esta fachada abarca parte de la Biblioteca Colombina, que tiene su entrada por Alemanes. Se encuentra en la actualidad en un razonable buen estado de conservación, si bien presenta un mal aspecto debido a su falta de limpieza y al mal estado de sus acabados. Puede ser quizás la única parte exterior del templo que parezca sucia o descuidada, cuando la Catedral es un modelo de cuidado y conservación a cargo del Cabildo.
La intervención planteada divide en siete tramos para organizar el trabajo, tal como se explica en el gráfico que ilustra esta información. En el tramo primero están las huellas de dos óculos que Alfonso Jiménez adscribe al tiempo histórico en que la Capilla Real ocupó provisionalmente esta zona. No se propone para este módulo más que la limpieza general y recuperación de las texturas que identifican sus huellas arqueológicas. Al igual que ocurría en otros módulos de la calle Alemanes, se propone la misma transformación del zócalo recuperando el que existió hasta los años cuarenta del siglo XX , mucho más alto y con un pronunciado talud que fue sustituido por el arquitecto Hernández Giménez por tres escalones, ubicados a menor altura. Se propone su restitución, pues sería una sensible mejora de su conservación, al impedir el acceso a partes altas y muy visibles del paramento en el que acaba, evitando de esta forma el vandalismo. Se repasará la carpintería de madera y la reja. Se prolongará la gárgola lo suficiente para evitar el chorreado del estribo en que se ubica, como se hará con todas las que existen en esta fachada.
En el tramo segundo se contempla la recuperación del faldón del alféizar del hueco, hoy casi desaparecido, hasta igualar con sus homólogos en los otros tramos. Se aplicará una “jabelga” para conformar texturas y se repasarán los llagueados en mal estado. Se dejarán testigos de los mechinales. Se propone la misma transformación del zócalo que en el tramo primero, recuperando el que existió hasta los años cuarenta del siglo XX , mucho más alto, y con un pronunciado talud, que fue sustituido por el arquitecto Hernández Giménez por tres escalones, ubicados a menor altura. Se propone su restitución, pues sería una sensible mejora de su conservación, al impedir el acceso a partes altas y muy visibles del paramento en el que acaba, evitando el vandalismo. Se repasará la carpintería de madera y reja. Se prolongará la gárgola lo suficiente para evitar el chorreado del estribo en que se ubica.
En el tramo tercero se localiza la más septentrional de las tres puertas occidentales que daban acceso al sahn de la mezquita. La delicada y mínima decoración de este hueco, según el estudio efectuado en su día por Alfonso Jiménez, es producto de alguna ornamentación almohade que revisó la austeridad original que se puede apreciar en el hueco del tramo quinto. Debió realizarse aplicando una capa de revestimiento que ocultó incluso el alfiz original del hueco, como atestigua la imagen de su estado actual. Se propone recuperar el aspecto original completo de este tramo, generalizando el revestimiento hasta igualar en grosor al que orla la puerta, dejando testigo del encuentro de ambos morteros. De este modo se ofrecerá una comprensión de la evolución de la apariencia de la fachada de la mezquita, al convivir en su proximidad el hueco del tramo quinto y el del tramo séptimo, en los que no han quedado restos de esta modificación almohade. Se prolongará la gárgola lo suficiente para evitar el chorreado del estribo en que se ubica
En el tramo cuarto, al igual que en el primero, el faldón del alféizar de la ventana aparece sensiblemente recortado, por lo que se recuperará su dimensión anterior. Se aplicará una jabelga de recuperación de texturas en todos los paramentos. Muestran las fotos antiguas que hasta los años cuarenta del siglo XX existía un zócalo general mucho más alto, y con un pronunciado talud, que fue sustituido por el arquitecto Hernández Giménez por tres escalones, ubicados a menor altura.
En el tramo quinto se halla el hueco central de los tres que en esta fachada daban al sahn de la mezquita. Este presenta su aspecto original con la pared desnuda de revestimiento alguno y con el alfiz que enmarca al arco. Se propone la limpieza y aplicación de una jabelga de recuperación de texturas, con repaso de llagueados.
En el tramo sexto se aplicará una jabelga de recuperación de texturas en todos los paramentos. Muestran las fotos antiguas que hasta los años cuarenta del siglo XX existía un zócalo general mucho más alto, y con un pronunciado talud, que fue sustituido por el arquitecto Hernández Giménez por tres escalones, ubicados a menor altura. Se propone su restitución, pues sería una sensible mejora de su conservación, al impedir el acceso a partes altas y muy visibles del paramento en el que acaba, evitando el vandalismo. Se prolongará la gárgola lo suficiente para evitar el chorreado del estribo en que se ubica.
En el tramo séptimo se halla el hueco mas meridional de los tres que en esta fachada daban al ya referido sahn de la mezquita y el que se ha mantenido en uso a lo largo de la historia, siendo comúnmente llamado Puerta del Lagarto. Ha sufrido diversas transformaciones de entre las que destaca la última intervención de Félix Hernández, que recuperó el arco de herradura original. Presenta su aspecto original con la pared desnuda de revestimiento alguno y con el alfiz que enmarca al arco. Se propone la limpieza y aplicación de una jabelga de recuperación de texturas, con repaso de llagueados. Se prolongará la gárgola para, de nuevo, evitar el chorreado del estribo en que se ubica. Se realizará una limpieza del forrado de bronce de las puertas de madera.
El estado actual de los revestimientos de la fachada es calificado de “inadecuado” en el proyecto. Además de otros problemas menores, especificados en el informe de cada paño, la existencia de filtraciones, escorrentías y humedad capilar mezclada con la capacidad de absorción de agua de las sales solubles existentes aportadas por el terreno y morteros de cemento, ha provocado importantes problemas de “descohesión, desplacación y pérdida de morteros y capas pictóricas”, hasta cotas considerables cercanas a los cinco metros. Es de importancia el impacto visual de estos efectos patológicos, que distorsionan en gran medida la adecuada contemplación del monumento. “Parece sensato entonces, proyectar un recubrimiento digno y agradable, que ofrezca garantías de perdurabilidad, teniendo en cuenta y asumiendo que una gran parte de los agentes de alteración que ahora se detectan, como la humedad capilar y la existencia de sales solubles, seguirán manteniéndose, aún coartadas en cierta medida, indefinidamente”.
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