El Hospital Virgen del Rocío, centro de referencia en Andalucía, ha registrado 284 víctimas del Covid-19 en apenas cinco meses, desde que comenzó la segunda ola de la pandemia. Ayer, 30 de enero, una persona falleció a causa de esta infección; el pasado viernes, cuatro personas perdieron la vida por Covid-19 en el Hospital Virgen del Rocío. El pasado 28 de enero, otra persona falleció; y el 27 enero se lamentaron dos víctimas más en este hospital. Son pocas las jornadas en las que no hay que lamentar muertos. Golpe irreparable del patógeno en vidas humanas.

Los registros de la pandemia que comenzaron a realizarse en el Hospital Virgen del Rocío, a principios de septiembre de 2020, desvelan con claridad una evolución vertical en esta tercera ola.

El impacto de la propagación del patógeno es inmediato en las plantas Covid. Datos preocupantes, según el último informe hospitalario, con fecha del 30 de enero: 284 muertos; 222 hospitalizados; 34 personas críticas en las Unidades de Cuidados Intensivos y 188 ingresados en las plantas de hospitalización.

El ritmo de la propagación del coronavirus es muy acelerado: el pasado 1 de enero se contabilizaron 232 muertos. Desde principios de enero han muerto 52 personas por Covid en el Hospital Virgen del Rocío.

Las hospitalizaciones: el día 1 de enero 41 personas estaban ingresadas por Covid en este complejo de referencia, y a fecha de ayer, esta cifra se ha disparado hasta los 222 ingresados. Es decir en un mes la hospitalización ha crecido en 181 personas. Una aumento exponencial en la presión hospitalaria.

La saturación es patente en los hospitales, donde profesionales agotados miran hacia el Hospital Militar como posible “tabla de salvación” o, al menos como parte de la solución para aliviar los espacios hospitalarios y las cargas de trabajo.

Las bajas de los profesionales a causa de los contagios por Covid y las cuarentenas, a causa de los contactos estrechos, son asumidas por el resto de compañeros. Especialistas que nunca han tratado patología respiratoria, como traumatólogos o cirujanos, atienden también a enfermos Covid.

Las condiciones son duras marcadas por la constante pérdida en vidas humanas y unas medidas de seguridad en la asistencia que inciden en el agotamiento (pantallas, trajes de protección, mascarillas…) de los profesionales.