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Vilima: Un hotel de 72 habitaciones

  • El edificio de las antiguas galerías comerciales de la calle Lagar se encuentra en buen estado de conservación

  • El futuro hotel presentará una fachada racionalista con celosías

El hotel que abrirá en el edificio de los antiguos almacenes comerciales de Vilima tendrá un total de 72 habitaciones y una categoría de cuatro estrellas. Así consta en el anteproyecto que maneja la Gerencia de Urbanismo y que ya ha recibido el visto bueno de la Comisión de Patrimonio. El edificio está construido en 1970. Su estado de conservación es calificado de "aceptable". No se aprecian ni humedades ni problemas estructurales. Está cerrado desde hace diecisiete años. Cuenta con dos plantas en sótano; planta baja, primera, segunda, tercera y un amplio ático. Se trata en todos los casos de plantas diáfanas, comunicadas por escaleras -algunas de ellas mecánicas- y que cuentan con ascensor y montacargas. La estructura está compuesta por una serie de pórticos lineales metálicos, pilares y vigas. En los sótanos hay muros de hormigón armado y cimentación de losa armada.

Un hotel de 72 habitaciones Un hotel de 72 habitaciones

Un hotel de 72 habitaciones

La propuesta plantea la eliminación del patio interior, una extraña singularidad del edificio que se localiza en el extremo de la fachada que da hacia la calle Buiza y Mensaque, aunque no es apreciable desde el exterior. El objetivo es abrir un patio central que sirva de distribuidor de las habitaciones y que cuenta con sistemas de agua y sonido, así como vegetación. Este patio alcanzaría hasta la primera planta sótano para dotarlo de luces y ventilación. En la planta tercera se propone un retranqueo de la edificación con respecto a los planos de fachada. En la planta ático se eliminará la mayor parte de la edificación actual para que se pueda ubicar la maquinaria e instalaciones de climatización.

Pese a estar sin uso desde 2001, el edificio no tiene humedades ni patologías graves

El edificio en general y sus fachadas carecen de interés arquitectónico, por lo que no tienen catalogación urbanística. El hotel presentará una estética exterior completamente nueva, "con un lenguaje actual, racionalista, sin concesiones a elementos decorativos superfluos", según reza el anteproyecto. Sí se utilizará un elemento tradicional de la arquitectura andaluza y sevillana, como es la celosía, para dotar de intimidad a las estancias del hotel que tienen fachadas de otros edificios muy próximas. El tratamiento de las distintas fachadas variará en función de las circunstancias, de ahí que en algunos casos se planteen salientes o sistemas de protección contra el sol. Para el diseño interior del hotel se usará un lenguaje actual. No minimalista, pero sí exento de "elementos decorativos complejos", aunque con alguna concesión a la tradicional arquitectura sevillana, como puede ser la cerámica tradicional. Se contempla que el cuerpo que albergue los ascensores esté revestido de este tipo de cerámica.

La venta del edificio de Vilima se rubricó ante notario en abril de 2017. Hicieron falta años de negociaciones y estudios previos, y poner de acuerdo a casi treinta personas para sellar una operación valorada en más de seis millones de euros. En su día se especuló con que el inmueble acogería una tienda de chino, o un establecimiento de la cadena hotelera High Tech. Las galerías comerciales cerraron al público en 2001. El arquitecto responsable del proyecto presentó en marzo de 2017 ante el Ayuntamiento una serie de modificaciones al anteproyecto de reforma de la finca para hotel que hicieron posibles las bendiciones administrativas necesarias para que el edificio pueda reabrir como hotel de la cadena H-10.

El futuro del edificio Vilima se había convertido ya en uno de los asuntos varados de la ciudad, sobre todo por los efectos de la crisis económica que ha tenido lastrado el mercado inmobiliario durante varios años. El hotel tendrá una ubicación más que estratégica, muy próximo al eje histórico del Salvador y la Catedral, e igualmente próximo al eje comercial en auge conformado por la Plaza de la Encarnación y la calle Regina. El inmueble cumple a este respecto todos los requisitos que exigen hoy las cadenas hoteleras.

Se contemplan habitaciones dobles, dos suite junior y un gran patio interior

El edificio Vilima ha sido todo un emblema del comercio de tejidos durante varias décadas. Tiene 5.488 metros cuadrados con calificación de usos terciarios, por lo que, efectivamente, puede acoger el uso hotelero. Se llegó anunciar en 2012 su venta para un gran negocio de chino, pero se frustró la operación, como ocurrió anteriormente también cuando la cadena High Tech quiso abrir un hotel de cuatro estrellas en 2009. Los problemas de acceso de los servicios de emergencia pudieron dificultar un proyecto que se daba por hecho en aquel momento. En cualquier caso, las dificultades técnicas han sido salvadas, pues la operación ha prosperado tras años de complicaciones. La Comisión Local de Patrimonio informó favorablemente del uso como hotel aunque con salvedades sobre la obra de reforma propuesta que son las que ya fueron subsanadas.

El principal escollo para el futuro hotelero del edificio ha sido que, siendo una parcela de usos terciarios dentro del denominado Conjunto Histórico, la nueva normativa lo había dejado fuera de ordenación por varios motivos, entre otras causas por tener una altura de cuatro plantas más ático, cuando la máxima permitida es de tres plantas más ático.

En la actualidad, la cadena hotelera H-10 cuenta con 21 hoteles en España, Cuba, República Dominicana y México. En Sevilla H10 Hotels explota el hotel boutique Corregidor, de 76 habitaciones, en la calle Morgado, esquina con Amor de dios. El edificio acogió los famosos almacenes Vilima desde 1963 a 2001.

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