La IA se somete a examen clínico en la Academia de Medicina de Sevilla

La institución ha celebrado un foro para analizar el impacto, los riesgos éticos y el futuro de la inteligencia artificial en la práctica sanitaria

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Ponentes y participantes en el centro celebrado en la Academia de Medicina de Sevilla.
Ponentes y participantes en el centro celebrado en la Academia de Medicina de Sevilla. / M. G.

La Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla (RAMSE) ha celebrado un foro académico destinado a examinar el papel creciente de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito sanitario, así como los desafíos éticos y profesionales que plantea su incorporación a la medicina.

Bajo la presidencia del doctor Juan Sabaté Díaz, Académico de Número, y con la moderación del doctor José María Rubio Rubio, también Académico de Número, la sesión reunió a especialistas y académicos con el fin de debatir sobre el uso de estas tecnologías en la gestión del conocimiento, la formación médica y la actividad asistencial.

El doctor Francisco Campa Valera, Académico Correspondiente, abrió el análisis médico presentando los resultados de una encuesta interna sobre la percepción actual de la IA entre los miembros de la corporación. Según explicó, los académicos reconocen que estas herramientas ya desempeñan un papel significativo en áreas como el diagnóstico por imagen, la predicción del riesgo clínico, la planificación terapéutica, la docencia, la investigación y la gestión administrativa. No obstante, también señalaron riesgos potenciales como la pérdida de competencias profesionales, la posible modificación de la relación médico-paciente, la dependencia tecnológica, las dudas sobre la validez de los sistemas y la necesidad de claridad en las responsabilidades legales.

En el ámbito ético intervino el doctor José María Domínguez Roldán, Académico Correspondiente de la RAMSE y presidente del Comité Deontológico del Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla. El especialista subrayó el rápido avance de la IA en los últimos años, pero advirtió de que su uso implica desafíos que deben ser afrontados con rigor. Entre ellos, citó la reducción de la participación del paciente en la toma de decisiones, el llamado “paternalismo algorítmico” y la importancia de exigir transparencia en la información proporcionada por estos sistemas.

Asimismo, alertó sobre problemas como los sesgos derivados de datos no representativos, la insuficiente validación en entornos clínicos reales y la dependencia excesiva de procesos automatizados. En este sentido, recordó que la incorporación de estas tecnologías podría amplificar desigualdades ya existentes, dificultar el acceso equitativo a herramientas avanzadas y generar discriminaciones por sexo, edad o etnia.

Como conclusión, el doctor Domínguez Roldán defendió que “la inteligencia artificial debe asistir, y no sustituir, el juicio clínico”, subrayando que el médico ha de conservar su papel central en la atención al paciente como garante moral del acto médico. Recalcó también la importancia de fortalecer los códigos éticos, avanzar en marcos regulatorios específicos y promover comités de evaluación ética para los proyectos vinculados al uso de IA en salud.

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