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El 'manque pierda' de Florentino

  • Vivencia. Una selección de la prensa de Sevilla viajó a Madrid el día de la Constitución de 1994 para jugar un partido contra un equipo que le buscó la mujer del presidente del Madrid

Florentino Pérez y 'Pitina', su esposa, con José María Asprón junto al Bernabéu el día del Madrid-Odense.

Florentino Pérez y 'Pitina', su esposa, con José María Asprón junto al Bernabéu el día del Madrid-Odense. / d.s.

Florentino ha iniciado su quinto mandato como presidente del Real Madrid. Sólo le faltan dos Copas de Europa para alcanzar las seis de Santiago Bernabéu (y de su presidente de honor, Paco Gento) en las vitrinas del estadio. José Ramón de la Morena repasó con el presidente madridista en El Transistor 17 años de relación desde que en 2000 le ganó las elecciones a Lorenzo Sanz.

Pero hay un Florentino Pérez anterior, una etapa del manque pierda en la que tuvo una insólita relación con la prensa deportiva sevillana. En el puente de la Constitución de 1994, el Asprón Villa, selección de fútbol de la prensa local, cogió un Ave en la estación de Santa Justa para medirse en la ciudad deportiva del Real Madrid a sus colegas de la prensa madrileña, tan alegre y tan risueña. Como testigo de aquella aventura deportiva, recuerdo que en el tren viajaba José Guirao, un almeriense de Pulpí que de conservador del conjunto de Itálica pasaría a dirigir el Museo Reina Sofía.

El equipo con el que ganaría cuatro Copas de Europa fue apeado ese día por el Odense

En pleno viaje, alguno de los pocos periodistas que llevaría móvil recibió el mensaje de la incomparecencia de la prensa de Madrid. Nos quedamos extraños en un tren, pasajeros de un viaje a ninguna parte, homenaje al gol narigudo que Fernando Fernán-Gómez mete en la película El fenómeno. El míster, José María Asprón, no se alteró. Comprobó que en la prensa deportiva que habían repartido las azafatas del Ave venía un teléfono de la oficina electoral de Florentino Pérez, que en la víspera de las Navidades de aquel 1994 había empezado su campaña para arrebatarle a Ramón Mendoza la presidencia del Madrid. Nuestro técnico marcó el número y al otro lado se puso María Ángeles Pitina Sandoval, la esposa de Florentino, un tipo muy brillante pero entonces nada mediático, un ingeniero de Caminos, Canales y Puertos que había sido concejal de la UCD en el Ayuntamiento de Madrid de 1979 con Tierno Galván de alcalde y Tamames de primer teniente de alcalde. Acabó su vida municipal en 1982, réquiem por la Unión de Centro Democrático, que suena a córner de Toni Kross.

Pitina, la esposa de Florentino, no sólo atendió la llamada de nuestro entrenador, sino que gentilmente nos buscó un sparring para que el viaje no fuera en balde. El partido lo disputamos frente a un equipo del colegio de los Agustinos donde habían estudiado los hijos del presidente situado a dos pasos del estadio Bernabéu, junto al Paseo de la Habana donde estuvieron los primeros estudios de Televisión Española, cuando el ministro del Tiempo era Mariano Medina.

Ese día de la Constitución era miércoles europeo y el Madrid pegó un bastinazo de campeonato. En la ida de los octavos de final había derrotado 2-3 al Odense en la ciudad danesa donde nació Hans Christian Andersen. La vuelta era pan comido para un equipo con Laudrup, Fernando Redondo, Martín Vázquez, Butragueño y... Luis Enrique en el once inicial. Con Santi Cañizares en la portería. Dos daneses llamados Pedersen y Bisgaard voltearon la eliminatoria y apearon de Europa al Madrid entrenado por Jorge Valdano, contratado in extremis para conjurar las dos Ligas consecutivas que el Madrid perdió en Tenerife. Desde entonces no pierde el Madrid una eliminatoria en su feudo después de ganar la ida en campo contrario.

En el Ave a Madrid viajaba Guirao, que de conservador de Itálica pasó al Reina Sofía

La ida y la vuelta la jugamos nosotros en el mismo día. En la imagen que acompaña esta crónica se ve a nuestro entrenador, José María Asprón, hablando con Florentino Pérez y con Pitina Sandoval, de quien enviudó en mayo de 2012 y a la que ha tenido ocasión de dedicarle nada menos que tres Copas de Europa.

Pepe Guzmán, Paco Gil Chaparro, Pedro Carballo y el que suscribe nos fuimos después del partido de los Agustinos a la Taberna de Antonio Sánchez, el manchego de Valdepeñas que probó fortuna como banderillero y cambió los toros por los caldos y los callos a la madrileña. Allí compré una joya tituladaHistoria de una taberna, donde Antonio Díaz-Cañabate cuenta los entresijos de ese santuario próximo al Rastro que frecuentaban Belmonte o Valle-Inclán. Perder es cuestión de método (Santiago Gamboa). Esa derrota contra el Odense, que cotiza menos que el Orense, me devolvió ese recuerdo en el quinto mandato de Florentino Pérez, que no tiene calle como Florentino Pérez Embid pero se compró un ático en el edificio más lujoso de Nueva York.

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