"Si mi marido viviera, después de las elecciones diría: me hago inglés"
Los invisibles · Amparo Bores Saiz
Fue dirigente vecinal del barrio de Santa Cruz entre 1982 y 1986, la época en la que se vivió el esplendor de la 'Menéndez' en una zona que reguló los veladores.
CULTA. Divertida. Cosmopolita. Amazona sin caballos. Mística del callejero. Cervecera consorte. Desde que enviudó, Pachi Bores (Sevilla, 1942) dice que no está en el mundo. Fue dirigente vecinal del barrio de Santa Cruz.
-¿Cuándo llega al barrio?
-En 1980. De Heliópolis. La mudanza fue el día de Santa Teresa.
-¿Era más de ir a los Gallos o a la casa de Morales Padrón?
-A La Albahaca cuando el restaurante era de María Luisa. A Los Gallos iba a llevar a extranjeros.
-Dicen que Santa Teresa las pasó 'Moradas' en Sevilla...
-La cancela del callejón de las Moradas la puso Morales Padrón. Antes la gente entraba y hacía lo que le venía en gana.
-¿Vivió el esplendor de la Menéndez Pelayo?
-El rector de la Universidad de verano, el Curri (Santiago Roldán), era amigo y compañero de carrera de mi marido. Como tenían muy pocos fondos, muchas de las recepciones las dábamos en casa. Aquí estuvieron Octavio Paz, Vargas Llosa, Borges, Alfredo Kraus, José Carreras. Tengo fotos con todos. A Vargas Llosa le dimos una copa al mediodía y, ahora que está de moda, su mujer me pareció un sargento, siempre pendiente de él.
-¿Quiénes le marcaron?
-El más interesante, Yehudi Menuhin, que se quedaba en casa de Cayetana. Acompañé a Francisco Ayala a recoger la medalla de Andalucía en Monsalves y me pidió dar un paseo por Sierpes. A Terenci Moix le gustaba siempre ir a comer a Río Grande.
-Se fue la UIMP y Susana Díaz ha metido a dos rectores en el Gobierno andaluz...
-Me parece muy bien, con lo que estamos viendo por ahí.
-La eligen presidenta de la asociación de Vecinos en 1982, el año que ganó Felipe...
-Vino hasta el párroco, don Juan, para convencerme. Como yo era burguesa ama de casa, se suponía que tenía tiempo.
-¿Cómo se llevó con el Ayuntamiento?
-Me tocó el relevo de Uruñuela a Manuel del Valle. Víctor Pérez Escolano era del PCE pero hicimos muchas cosas en común en la estética y los veladores. Hoy está mucho peor, se está convirtiendo en un zoco. Fernández Floranes era delegado de Festejos y se portó de maravilla con el barrio.
-En un barrio con tanto turismo, ¿qué le parece que la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, haya propuesto que no se hagan más hoteles?
-No me interesa nada de lo que opine esa señora. Hemos vivido en Londres y aparte de que la española sea una democracia joven estamos a años-luz en educación cívica. Si Eduardo viviera diría después de estas elecciones: me hago inglés.
-La nombran también el año de la visita de Juan Pablo II.
-Estuve divinamente instalada. Recuerdo ese altar tan fantástico que hizo Rafael Manzano, que ha sido muy injustamente tratado.
-¿Qué dinero generaría un canon por fotografiar la Giralda desde Mateos Gago?
-Una vez me llamó Ignacio Pablo-Romero y me dijo que en un quiosco había una postal con el patio de mi casa. Compré las veinte postales del puesto.
-¿Qué le pide al nuevo alcalde?
-Hay más veladores de la cuenta. Por Mateos Gago no se puede andar. ¿La calle no es de los peatones y de los transeúntes?
-Barrio de pintores: de Murillo a John Fulton y Pérez Villalta camino del dentista...
-Se nota que han pasado varias culturas y algo queda. Muchas casas se están haciendo hoteles y apartamentos, están acabando con el caserío sevillano.
-Un barrio de exiliados como Blanco White...
-Y Cernuda, que vivía en la calle Aire. Cuando vine al barrio había muchas casas vacías. Fuimos al registro con un arquitecto y la gente que compraba casas la mayoría eran extranjeros. La gente de Sevilla quería Los Remedios.
-¿Cómo ve el mundo?
-En este país la gente o no vota o no piensa.
-¿Ve como competencia el auge vital y turístico de la Alameda?
-Me parece muy bien que haya zonas de moda. En San Lorenzo viven mis hijos y es pueblo, como Santa Cruz. San Vicente era la mejor calle de Sevilla en tiempos de mi abuela, pero ya no lo es. Yo soy muy aficionada al Jueves, pero este año no he ido porque ese día doy clases de Jardinería.
-¿Cómo conoció a su marido?
-Eduardo estudiaba en Bilbao. Tuvimos un noviazgo de cartas y llamadas de teléfono los domingos. El 2 de octubre son nuestras bodas de oro. Nos fuimos de luna de miel en el Independence, un barco de Algeciras a Nueva York. Nos quedamos en el Carlyle, el hotel de los Kennedy. Dos años a Milwaukee, ciudad cervecera.
-¿Le gusta la cerveza?
-En verano muy fría y con tapa.
-¿La mujer era un florero?
-Yo no lo veo así. No fui a la Universidad, pero era lo normal. Estudié Sanidad Militar y por las tardes daba clases de Italiano. Fui tres meses a Italia, dos a Roma, uno a Urbino, mientras Eduardo hacía la mili.
-¿Qué queda de Osborne?
-Los veranos en Cambridge. El bisabuelo de Eduardo, el primer Osborne que viene de Inglaterra y funda la bodega en El Puerto. Alberti cuenta otra cosa en La arboleda perdida y se lo dije cuando me lo presentó Amparo Rubiales.
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