La marihuana que se exporta desde Sevilla a Europa es cada vez más potente
Un informe de la UE constata que el cannabis que se consume en el continente provoca una mayor adicción
Casi el 8% de la población adulta consumió hierba en el último año
Casi toda la marihuana que se vende en Europa se produce en España, y buena parte en Sevilla
La marihuana que se consume en Europa cada vez es más potente. La resina de cannabis que se vende en el viejo continente tiene un contenido medio de THC (tetrahidrocannabinol, el principal ingrediente activo de la marihuana) de entre el 20% y el 28%, casi el doble que el que contiene la hierba de cannabis. Así lo confirma el Informe Europeo sobre Drogas de este año 2021, que refleja las tendencias y novedades en los hábitos de consumo de estupefacientes en todo el continente.
"Entre los productos de cannabis disponibles en Europa ahora se incluyen productos con un alto contenido de THC y nuevas formas de cannabis en el mercado ilegal, así como una amplia gama de productos que contienen extractos de cannabis, aunque con un bajo contenido de THC, que se venden comercialmente", recoge el informe, elaborado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías.
Estos cambios han provocado el aumento del número de consumidores de cannabis que inician tratamiento por primera vez. "Este ámbito debe ser objeto de estrecha vigilancia para detectar cambios en los problemas relacionados con el cannabis y para comprender la influencia que tienen en ellos los cambios en los mercados de la droga", apunta el estudio.
El cannabis es, de largo, la sustancia más demandada en Europa. Más de 22 millones de personas de entre 15 y 64 años la consumieron durante el último año. Es casi el 8% de la población de esta edad. El principal país productor de esta droga es España. Y, en concreto, Sevilla se ha convertido en los últimos años en una de las zonas de mayor producción. Fue, de hecho, la tercera provincia española con más incautaciones en 2019, último ejercicio con datos disponibles. En aquel año se incautaron más de 45.000 plantas de marihuana y casi tres toneladas de cogollos.
A juzgar por la evolución de este negocio ilícito, no sería descartable que las próximas estadísticas duplicaran o triplicaran esos registros. Rara es la semana que las Fuerzas de Seguridad no hacen alguna intervención relacionada con el cultivo de marihuana, que se ha extendido tanto que hay barrios que se han convertido en verdaderos centros de producción industrial de esta droga. El Polígono Sur, Palmete, Su Eminencia o Torreblanca son algunos de los lugares más afectados.
Buena parte de la hierba que crece en los pisos, casas, locales, garajes y naves industriales de estas zonas terminan vendiéndose en Europa, incrementando su precio conforme vaya pasando por más o menos distribuidores. Así, la marihuana que se cría en los barrios de Sevilla se vende por 6.500 euros el kilo en Alemania y por 9.000 en Suecia. En España, su precio es de entre 1.600 y 2.300 euros, según indicó recientemente a este periódico el jefe del Grupo VI de la Udyco (Unidad de Drogas y Crimen Organizado) de la Policía Nacional en Sevilla, que desde hace unos meses trabaja exclusivamente en la lucha contra el cultivo de marihuana.
El informe de la UE cita una encuesta realizada entre 2015 y 2020 por 26 países. En ella se estima que el consumo de cannabis del año pasado entre los habitantes de la UE de entre 15 y 34 años fue del 15,4%, oscilando entre el 3,4% de Hungría y el 21,8% de Francia. Si se consideran únicamente los jóvenes de 15 a 24 años, la prevalencia del consumo de cannabis es mayor, con un 19,2% (9,1 millones) que tomó la droga durante el último año y un 10,3% (4,9 millones) el último mes.
Los estudios de la población general indican que alrededor del 1,8 % de los adultos de 15 a 64 años en
la Unión Europea consume cannabis a diario o casi a diario, ha consumido la droga 20 o más días en el
último mes y la mayoría (61 %) son menores de 35 años.
En 2019, unas 111.000 personas iniciaron un tratamiento de drogodependencia especializado en Europa por problemas relacionados con el consumo de cannabis, lo que supuso el 35% de todas las demandas de tratamiento. De ellas, unas 62.000 personas iniciaron tratamiento por primera vez. En los veinticuatro países de los que se tienen datos, recalca el informe, el número total de consumidores que iniciaron tratamiento por primera vez por problemas con el cannabis creció un 45% entre 2009 y 2019. Quince países notificaron un aumento entre 2009 y 2019.
En total, el 51 % de los consumidores de cannabis que iniciaron tratamiento por primera vez en 2019
declararon que habían consumido la droga a diario en el último mes. El cannabis fue la sustancia notificada con más frecuencia por la red Euro-DEN Plus en 2019. Estuvo presente en el 26 % de las visitas a urgencias por toxicidad aguda relacionada con drogas, normalmente en combinación con otras sustancias.
Tras el cannabis, la cocaína ocupa el segundo puesto en cuanto a drogas más consumidas y demandadas en Europa. También es la más lucrativa para los narcotraficantes. "El hecho de que se haya incautado una cantidad récord de 213 toneladas de droga en 2019 indica que hay una expansión de la oferta en la Unión Europea. La pureza de la cocaína ha ido aumentando durante la última década y el número de personas que inician tratamiento por primera vez ha aumentado en los últimos 5 años. Tanto estos como otros indicadores señalan la posibilidad de que aumenten los problemas relacionados con la cocaína", constata el informe.
El tercer puesto es para las anfetaminas, que se producen principalmente en los Países Bajos, Bélgica y Polonia. "Además de los riesgos para la salud que conlleva el consumo de anfetamina de alto
riesgo, la existencia de peligrosos laboratorios caseros sigue siendo un desafío para los
cuerpos y fuerzas de seguridad". En Sevilla hubo hace años un caso de incendio con una víctima mortal en una laboratorio casero de este tipo, aunque no es frecuente que los haya aquí.
En cuanto a la metanfetamina, el informe europeo apunta a que históricamente el consumo se ha limitado a Chequia y a Eslovaquia. "La demanda de droga dentro de Europa sigue siendo baja, pero los cambios en la producción y el tráfico ponen de manifiesto el riesgo de un aumento del consumo. Si bien cada año se detectan pequeños centros de producción en Europa, también se localizan laboratorios a gran escala, y grandes cantidades de metanfetamina están siendo derivadas de la Unión Europea a otros mercados. Estos cambios están asociados con las colaboraciones entre organizaciones delictivas europeas y mexicanas".
El estudio añade que Europa sigue siendo una fuente de productos de MDMA o éxtasis que abastece al mercado mundial, si bien se aprecia una disminución en el consumo de estas drogas sintéticas. En 2019 se detectaron más de 400 sustancias psicoactivas nuevas en Europa, donde "han seguido apareciendo nuevos y potentes cannabinoides y opioides sintéticos que suponen una amenaza social y para la salud".
El informe habla también del LSD, el DMT, los hongos alucinógenos, la ketamina y el GHB, sustancias que califica de "poco vigiladas". "Hay signos de que el interés que despiertan algunas de estas sustancias podría estar aumentando y de que, en algunos casos, su disponibilidad podría estar creciendo en Europa". La UE muestra su preocupación por los daños crónicos que pueden causar y destaca los riesgos de las prácticas de chemsex o consumo sexualizado de drogas.
En cuanto a la heroína, el Observatorio hace referencia a grandes cantidades de esta droga incautadas en 2018 y 2019, que pueden apuntar a un aumento de la oferta. Sin embargo, los datos de tratamientos y otros indicadores sugieren que las personas adictas a la heroína "pertenecen a un grupo que está envejeciendo y disminuyendo". No obstante, la UE pide un aumento de la vigilancia para detectar cualquier tipo de cambio en el consumo de una sustancia "que sigue estando asociada a un gran porcentaje de la carga de enfermedad y muerte vinculada al consumo de droga en Europa".
El tráfico de drogas, "resiliente" ante la pandemia
El Informe Europeo sobre Drogas incluye un apartado sobre la pandemia del covid-19 y cómo ha afectado ésta al consumo y tráfico de estupefacientes. Aunque la mayoría de las encuestas para elaborar el estudio se hicieron antes de la pandemia, sí que hay algunos indicadores que permiten conocer cómo se ha comportado el mercado de la droga en los meses más duros de la pandemia.
"Una de las principales conclusiones es que el mercado de la droga ha sido extraordinariamente resiliente a las alteraciones causadas por la pandemia. Los traficantes de droga se han adaptado a las restricciones de
desplazamientos y los cierres de fronteras. A escala mayorista, esto se refleja en algunos cambios realizados en las rutas y los métodos, con una mayor dependencia del contrabando a través de contenedores intermodales y cadenas comerciales de suministro y una menor dependencia de la utilización de personas como correos", explica el estudio.
En cuanto a los mercados minoristas a pie de calle, sí que se vieron alterados durante el confinamiento inicial, cuando hubo "una escasez localizada". "Parece que los vendedores y compradores de droga se han adaptado, haciendo un mayor uso de servicios de mensajería cifrada, aplicaciones de redes sociales, fuentes en línea y servicios de entrega a domicilio", apunta el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías. "Esta situación hace temer que una de las posibles repercusiones a largo plazo de la pandemia pudiera
ser la digitalización de los mercados de la droga".
El estudio añade que la reducción del consumo de drogas observada durante el confinamiento "desapareció rápidamente en cuanto se relajaron las medidas". "En términos generales, parece que ha habido un menor interés de los consumidores por las drogas habitualmente asociadas a las actividades recreativas, como la MDMA, y un mayor interés por las drogas asociadas al consumo doméstico". A esta conclusión se llega, en parte, por el análisis de las aguas residuales de varias ciudades europeas.
En cuanto al cannabis, los informes indican que el cultivo del mismo se mantuvo durante 2020 en los niveles previos a la pandemia. "Se ha observado una diversificación de las rutas del tráfico de drogas y una mayor cantidad de cannabis y heroína se ha introducido de contrabando por mar para eludir el cierre de las fronteras terrestres, lo cual ha dado lugar a grandes incautaciones en los puertos europeos".
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