Los másteres universitarios se han triplicado en cinco años

Hace un lustro cursar un máster era una posibilidad al alcance de unos pocos por cuestiones económicas y por la amplia oferta de empleo existente en profesiones que no requerían una gran especialización. La coyuntura ha dado tal vuelco en estos cinco años que un máster es actualmente una herramienta imprescindible para lograr un trabajo medianamente cualificado. A ello se ha unido el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia) que ha reglado la enseñanza de posgrado, por lo que quienes quieran doctorarse tendrán antes que cursar un máster.

Los dos factores han propiciado que sean cada vez más los universitarios que se matriculan en estos cursos después de acabar un grado (antes diplomatura o licenciatura). El aumento de dicha demanda ha provocado que tanto la Universidad de Sevilla como la Pablo de Olavide -ambas públicas- incrementen el número de estas titulaciones desde 2008. La oferta conjunta de las dos instituciones equivale a 118 másteres, cifra muy lejana a la de hace cinco años, cuando era de 35, por lo que se ha elevado un 237,14%, es decir, se ofertan más del triple de másteres.

Si se analizan por separado, la oferta de másteres en la Hispalense se ha disparado casi un 360% durante este periodo. En septiembre de 2008 eran 17 titulaciones de este tipo las que ponía a disposición de los alumnos. El próximo curso esta cifra será de 78, entre las que destacan las tres dobles titulaciones en Abogacía y Asesoría Jurídico-Mercantil, Fiscal y Laboral; en Abogacía y Derecho Público; y en Abogacía y Relaciones Jurídico-Privadas.

Muestra del interés que han despertado estos estudios entre los universitarios de la Hispalense es el crecimiento experimentado en las matriculaciones.Como se observa en el gráfico adjunto, el mayor despunte se produjo en el curso 2009/10, justo cuando la nueva normativa europea consolidó el máster como continuación del grado y enseñanza previa al doctorado. Hasta entonces estas titulaciones no eran oficiales, sino que cada universidad ofertaba las propias. Desde ese año existe una oferta establecida por el Estado. El Plan Bolonia, por tanto, generaliza el máster, que deja de ser un curso de posgrado sólo al alcance de unos pocos, se hace más asequible al bolsillo de los jóvenes (y sus familias) y se concibe como un estudio necesario para un mercado laboral que exige gran especialización.

El salto cuantitativo en un año fue muy destacable. Se pasó de los 1.139 a los 2.489 matriculados, más del doble. En este aumento hay que recordar que también aquel curso fue cuando se instauró el máster obligatorio para ser profesor de Secundaria, que sustituía al antiguo CAP (curso de adaptación pedagógica). La tendencia ha seguido al alza, aunque ya los porcentajes de incremento no han sido tan espectaculares. Desde 2008 a 2009 el alumnado de los másteres de la Hispalense ha aumentado un 48%, con escaso margen de variación los últimos años.

Entre estos universitarios destaca el incremento de estudiantes extranjeros. Así, entre 2008 y 2009 también se produce una destacable subida de sus matriculaciones para dichas titulaciones, al pasar de las 154 a las 254. El mayor aumento se registró hace dos cursos, cuando el número de extranjeros que cursaron un máster en la Universidad de Sevilla se elevó un 44%. El último curso han sido 564 alumnos procedentes de otros países los que han estudiado esta titulación de posgrado. De ellos, la mayoría proceden de Sudámerica (el 55%) y de Europa (31%).

Por su parte, en la Olavide el número de másteres se ha incrementado en cinco años un 122%, al pasar de los 18 que se ofertaban en 2008 a los 40 en los que podrán matricularse los graduados el próximo curso, más del doble. De estas titulaciones, tres son nuevas. El último año la cifra de alumnos en estas enseñanzas de posgrado ha sido de 814, un número bastante más alto que antes de que se estableciera el Plan Bolonia. De esta cantidad, 30 proceden del extranjero.

Todo apunta a que las matriculaciones (el plazo de inscripción se mantiene abierto hasta el 25 de agosto) se disparen para el próximo curso tras la bajada en los precios aplicada por la Junta. En concreto, la primera matrícula para los másteres que habilitan para el ejercicio de actividades profesionales cuesta 19,50 euros (un 34% menos) y para la de restos de títulos el precio es de 41,50 euros (un 40,5% más barato).