La médica que convirtió la comunidad en su consulta
Con ADN sevillano: María Victoria Rodríguez Romero
Tras más de 45 años de ejercicio, la doctora Rodríguez Romero se jubila obligada por normativa, dejando una huella profunda en la Atención Primaria, la medicina comunitaria y la docencia
Su proyecto 'Jóvenes Agentes de Salud' ya forma parte del ADN de Los Palacios
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A sus 69 años, la doctora María Victoria Rodríguez Romero se ve obligada a jubilarse por normativa, pero su huella en la sanidad pública andaluza está lejos de apagarse. Con más de 45 años de ejercicio, Mariví para quienes la conocen, ha sido mucho más que una médica.
Docente, promotora incansable de salud comunitaria y pionera de un modelo de Atención Primaria que coloca al paciente, la familia y la comunidad en el centro, su implicación en proyectos innovadores como Jóvenes Agentes de Salud en Los Palacios y Villafranca, municipio al que se ha entregado en cuerpo y alma, y del que destaca la excepcionalidad de sus vecinos, ha demostrado que otra manera de cuidar es posible y replicable.
Y es que, en una época donde se habla más de los déficits del sistema sanitario que de sus motores silenciosos, hay proyectos que logran dejar huella por su impacto social y su capacidad transformadora. Es el caso de los Jóvenes Agentes de Salud, una iniciativa nacida hace una década en la localidad de la mano de la doctora Rodríguez Romero,
"El proyecto surgió a raíz de una investigación local que detectó que la edad de inicio en el consumo de alcohol en adolescentes del municipio era de apenas 13,6 años, frente a la media nacional de 16", cuenta Mariví. "Aquello fue un toque de atención. Si queríamos promover salud entre los jóvenes, no podíamos hacerlo sin ellos", explica la doctora. La clave fue convertir a adolescentes con liderazgo natural en promotores de salud dentro de sus propios entornos educativos. Hoy, los resultados hablan por sí solos: disminución del consumo de alcohol, cohesión comunitaria y un cambio en la percepción de la salud entre los más jóvenes.
El proyecto, respaldado por el Ayuntamiento, centros educativos, fuerzas de seguridad y las propias familias, ha sido presentado en congresos nacionales y forma parte del Plan Local de Salud. Y lo más importante: continúa vigente, con una red de jóvenes que hoy, incluso ya en la universidad, siguen vinculados como referentes sociales. "La salud se promueve desde dentro, con referentes cercanos. Ellos son los mejores embajadores", sentencia la doctora.
Pero el sello de Mariví en la Atención Primaria de la provincia, comenzó mucho antes. Para ser exactos, en los años 70, una época en la que estudiar Medicina seguía siendo, en muchos casos, una herencia familiar o una excepción entre mujeres. Sin embargo, en su familia no había ni médicos ni enfermeros. "Siempre quise ser médica. Nunca tuve dudas, aunque no tuviera ningún referente cercano", recuerda.
Estudió Medicina y Cirugía en la Universidad de Sevilla, y lejos de conformarse con una única especialidad, optó por una doble formación: Medicina Interna y Atención Familiar y Comunitaria. "Ambas comparten la visión integral del paciente, pero yo siempre supe que mi lugar estaba en la atención primaria, cerca de las personas", explica.
Su primera experiencia profesional fue en Urgencias en la provincia de Huelva, pero su vida profesional quedó unida definitivamente a Los Palacios, donde ha trabajado los últimos 35 años. Allí ha sido médica de familia, directora de centro y referente ineludible para generaciones de profesionales y vecinos.
Si algo ha definido el ejercicio profesional de Rodríguez Romero ha sido su apuesta por una medicina que trasciende el diagnóstico y la receta. "Yo no estoy solo para recetar. Estoy para construir salud en comunidad", afirma. Bajo esa premisa, ha promovido múltiples actividades de salud comunitaria: talleres escolares, charlas a asociaciones, jornadas de puertas abiertas, campañas de prevención y participación activa en el Plan RELAS del municipio.
Su impulso también ha sido clave en proyectos piloto en colaboración con el Hospital de Valme, como el programa de salud cardiovascular en la mujer —con perspectiva de género— o la teleconsulta cardiológica para mejorar la comunicación entre niveles asistenciales.
"Una persona sola, por brillante que sea, no cambia nada. Todo se hace en equipo", insiste. Y en ese equipo, ella ha sabido unir atención primaria, hospitalaria, instituciones y ciudadanía con un objetivo común: promover una salud más humana, más cercana y más eficaz.
No es casualidad que en 2021 recibiera el premio a la Mejor Tutora MIR de Medicina Familiar y Comunitaria de la provincia de Sevilla. Su "pasión" por enseñar ha sido otra constante a lo largo de su carrera. Durante más de una década ha sido tutora de residentes, coordinadora de docencia del Área Sanitaria Sur de Sevilla y vocal en la Comisión de Docencia de la unidad multiprofesional.
Para ella, la docencia no se limita a transmitir conocimientos. "Formar residentes es despertar en ellos la motivación, la creatividad, el compromiso con una medicina más humana y cercana", sostiene. Ha orientado su labor docente hacia la excelencia, no solo en lo clínico, sino también en lo ético y lo comunitario.
"No puedes enseñar lo que no vives. Yo creo en una medicina transformadora, y eso es lo que intento sembrar en quienes vienen detrás", afirma con la convicción de quien ha formado no solo médicos, sino referentes.
Rodríguez Romero defiende una visión holística de la medicina que se aleja del modelo tecnocrático y fragmentado. Frente a la frialdad hospitalaria de otras épocas —“cuando llegaba el médico y nadie se atrevía ni a preguntar”— ella reivindica la cercanía, el respeto mutuo y la toma compartida de decisiones con el paciente.
“No creo en la consulta paternalista. Yo informo, oriento, pero la responsabilidad de la salud también es del paciente. La medicina es un trabajo en equipo: profesional, paciente, familia y comunidad”, señala.
Su consulta siempre ha estado marcada por el enfoque bio-psico-social, reconociendo que los determinantes de la salud van mucho más allá de la clínica. Desde su visión, el sistema debe reforzar el papel de la Atención Primaria no solo como puerta de entrada al sistema, sino como eje vertebrador de la promoción de la salud.
A las puertas de su jubilación, y con un largo legado a sus espaldas, le cuesta hablar de despedidas. Lo suyo ha sido una forma de vida: de entrega, de escucha y de compromiso. Y aunque deja la consulta, no se desvincula del todo. Su cabeza sigue llena de ideas y su corazón sigue latiendo al ritmo de su comunidad. "Mis neuronas no se van a apagar de golpe", sentencia.
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