La entrada en vigor de la ordenanza municipal contra la prostitución el pasado mes de octubre no ha supuesto, por ahora, la erradicación de los últimos focos de la Alameda de Hércules. En concreto, la prostitución callejera se sigue ejerciendo sin cortapisas en el bastión de la Plaza de la Mata y otros lugares cercanos en los que, diariamente, se dan cita unas siete meretrices entre las nueve de la mañana y las nueve de la noche. Los fines de semana el número de profesionales del sexo puede llegar a la docena.

El funcionario de la Junta de Andalucía y licenciado en Derecho Luis Arranz Hernán lleva más de 20 años (desde que se mudó a este barrio de Sevilla en 1989) reclamando una solución a la degradación de la zona. Durante años ha visto cómo sus numerosas denuncias ante el Ayuntamiento, las policías Nacional y Local y el Defensor del Pueblo eran contestadas amablemente (en algunos casos ni eso) pero sin ningún efecto práctico. Por eso, cuando se aprobó la ordenanza contra la prostitución estimó que había una oportunidad para resolver, definitivamente, el problema. Por ahora se ha equivocado, ya que la actuación municipal ha sido nula pese a que existe un informe firmado por el entonces jefe de la Policía Local de Sevilla, José Aulet, en el que reconoce el ejercicio de la prostitución en locales de la Plaza de la Mata y las calles Joaquín Costa, Juan Pérez Montalbán y Vulcano, "siendo en este último lugar una prostitución de carácter homosexual masculino", asegura el informe policial.

En un escrito con sello de entrada en el Registro General del Ayuntamiento del pasado 4 de noviembre, Luis Arranz, quien tiene dos hijos de 10 y 11 años, denuncia que a sólo 100 metros de los locales donde se ejerce la prostitución hay instalados dos parques infantiles (los de la Alameda) con gran afluencia de niños. La ordenanza contra la prostitución establece como agravante el ejercicio de la misma a menos de 200 metros de una zona infantil.

"La Plaza de la Mata es una zona de continuo paso para niños" (como se observa en la imagen de arriba), denuncia Luis Arranz, quien también aclara que la habitación de sus hijos "está colindante con dichos locales y se ven en la necesidad de ver y oír los continuos requerimientos y solicitudes de servicios sexuales por parte de las prostitutas en la acera, a un metro de escasa distancia". En su denuncia, llega a señalar con nombres y apellidos a dos responsables: el dueño del inmueble en el que las prostitutas realizan su trabajo y a la "responsable de la actividad", es decir, la madama.

Luis Arranz invoca los artículos 1 y 21 de la ordenanza para que se tomen "las medidas necesarias para la erradicación de la prostitución en la zona", y el 14.3 para que se sancione a los responsables y propietarios de los locales.