El 40% de las personas que acuden a las Urgencias hospitalarias no requieren realmente esta asistencia sanitaria. El mal uso que hace la población de este servicio en los tres hospitales públicos de la ciudad -Virgen del Rocío, Valme y Virgen Macarena- redunda en la masificación de esta área sanitaria, cuyas plantillas afrontan cada año un aumento de la demanda asistencial que gira en torno al 5%. Aunque una emergencia -el paciente presenta un riesgo vital- es atendida de manera inmediata por los facultativos de Urgencias, otro tipo de casos de carácter más leve -según los síntomas- pueden sufrir demoras, a veces, excesivas en las salas de espera que provocan un deterioro mayor en los enfermos. Se trata de una situación denunciada de manera reiterada por los sindicatos, que exigen desde hace años a la Consejería de Salud más personal para paliar los posibles colapsos en las Urgencias.

Al uso indebido de las Urgencias se suman otros problemas que inciden en la saturación de los hospitales como es el aumento de los enfermos crónicos que necesitan asistencia inmediata, el envejecimiento, el crecimiento de la población, el incremento de los sectores sin aseguramiento (inmigrantes, indigentes, etcétera) y la falta de desarrollo de los puntos de Urgencias extrahospitalarios, como por ejemplo, en los centros de salud.

"Las plantillas de los hospitales se crearon en el año 90 del siglo pasado y en Urgencias no se ha producido aumentos de personal, no han crecido las partidas presupuestarias para esta puerta de los hospitales, pese al continuo aumento de la demanda de pacientes", explica Miguel Ángel Montilla, delegado de Urgencias del Sindicato Médico de Sevilla. Son tres los puntos de Urgencias hospitalarios públicos en la ciudad -Valme, Virgen del Rocío y Macarena- desde hace dos décadas. Este servicio sanitario no sólo no ha crecido pese al aumento de la población, sino que incluso ha disminuido desde que cerró el punto asistencial que existía en el Prado de San Sebastián, el conocido como Equipo Quirúrgico.

Un informe del Sindicato Médico de Sevilla desvela que el 20% de las personas que acuden a esta puerta de los hospitales lo hacen sin padecer problemas urgentes. "Entre este tipo de pacientes se encuentran, por ejemplo, aquéllos que tienen una lesión en la piel de larga duración o un tapón de cerumen en el oído", explica Miguel Ángel Montilla. Otro 20% de los pacientes van a Urgencias por problemas urgentes pero que deben resolverse en los centros de salud, tales como un dolor de oídos o una urticaria.

La sobreutilización del servicio de Urgencias se debe, entre otros motivos, a la impaciencia de pacientes que tienen que recorrer largos itinerarios por el SAS cuando temen que tienen problemas graves de salud: primero, la cita en el ambulatorio -que puede suponer tres o cuatro días-; después, cita con el especialista, que puede tardar meses; y por último, citas para las pruebas de diagnósticos. Un sector importante de la población prefiere pasar en torno a seis horas en las salas de Urgencias para salir con un diagnóstico y un tratamiento para su problema. Miguel Ángel Montilla considera que "el sistema tiene que adaptarse al aumento de la demanda en Urgencias y a un paciente cada vez más exigente".

Para el Sindicato Médico, las soluciones contra la masificación de las Urgencias pasan, a corto plazo, por adecuar la oferta a la demanda mediante medidas tales como "mejoras arquitectónicas con la ampliación de los espacios y de los puntos de atención; la adecuación de las plantillas, así como la mejora de las condiciones laborales de los médicos; y la mejor dotación de los puntos de Urgencias extrahospitalarios", entre otras, asevera Montilla.

A largo plazo, esta central que representa a los médicos exige la creación de la Especialidad de Medicina de Urgencias, así como campañas de educación a la población para un uso responsable de los Servicios de Urgencias Hospitalarios.