La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
Los invisibles
SÓLO le falta Málaga para completar el mapa de los médicos andaluces represaliados, objeto de su tesis doctoral. María Victoria Fernández Luceño (Cartagena, 1945), hija de militar, dio en el Archivo Militar con la pista del horror.
-En la Sevilla de posguerra había obsesión por la limpieza...
-La pobreza generaba suciedad y cantidad de enfermedades infecciosas. En las casas no había agua caliente ni jabón. Cuando Franco tomas las riendas, a Sevilla regresan un montón de republicanos. Gente pobre, desclasados, descolocados. Con la autarquía y la economía cuartelera, la pobreza llega a la gente sevillana de siempre, familias que mandan a sus hijos al asilo de San Fernando para que comieran lo que fuera.
-¿Cómo se vivía en Sevilla?
-La guerra duró aquí muy poco, pero la posguerra fue tremendamente larga y dolorosa. Ha dejado unas secuelas que todavía vive gente que las recuerda. Con la Segunda Guerra Mundial, Franco va aligerando la presión sobre los vencidos. Empieza a sacar gente de la cárcel porque no había campesinos en los campos.
-¿Qué le sugiere ahora Ranilla?
-Esta cárcel se terminó de construir siendo directora general de Prisiones Victoria Kent. Era una prisión muy avanzada, con módulos para hombres y mujeres. Con una capacidad máxima para 600 presos, llegaría a tener 4.600 reclusos, incluidos muchos mendigos a los que se les aplicaba la ley de Vagos y Maleantes. Los presos tenían que dormir de perfil.
-¿Dónde empezó a investigar?
-No fui a ningún archivo militar ni de la represión. El horror lo empecé a ver en el Archivo Municipal y después seguí en el archivo del Tribunal Militar Territorial II de Eduardo Dato, donde están los expedientes de los consejos de guerra y los fusilamientos.
-¿Por qué decide estudiar el caso de los médicos?
-Soy hija de militar. Mi padre era maestro y se hizo alférez provisional para salvar el pellejo. Después de los maestros y los abogados, el gremio de los médicos fue el más perseguido, el más represaliado.
-Al doctor Vallina le han dado una calle en Sevilla...
-Vallina fue un afortunado, porque pudo exiliarse y murió en Veracruz. En Sevilla, en el verano de 1936 fusilaron a veinte médicos.
-¿Cuál ha sido su aprendizaje?
-Que lo que me enseñaban en la carrera era muy distinto de lo que iba descubriendo. En la Universidad no se llegaba nunca al siglo XX. Ni en Historia, ni en Arte, ni en nada. Había muchos profesores que habían sido represaliados. Juan de Mata Carriazo me dio clase en primero, tercero y cuarto de carrera. Fue el primer director del Instituto Escuela en 1933 en los terrenos de Villasís expropiados a los jesuitas. Explicaba el tesoro del Carambolo, pero de la historia de España pasaba por alto todo lo que pudiera complicarle la vida. Ya se la complicaron bastante a él en la comisión depuradora para universitarios de Zaragoza.
-¿La historia la inmuniza contra la novela histórica?
-Si está bien documentadas, como La catedral del Mar, me gusta. La ficción por la ficción no me interesa. He descubierto cosas más fuertes que la ficción, que parece imposible que hayan ocurrido.
-Ahora con la crisis vuelve a hablarse de ricos y pobres...
-Ahora es una fantasía de pobre. Puede haber zonas y barrios con más escasez, pero el concepto no se puede comparar. Entre no tener nada y tener menos que antes hay una gran diferencia. En esa época los padres cerraban las contraventanas de las casas para que los hijos no vieran que era de día, no tenían nada que darles para comer. Lo singular de esta crisis no son los pobres, sino los ricos. Están calladitos, remisos a sacar su poder adquisitivo y provocando la crisis porque no consumen.
-¿Qué significó la visita de Evita Perón a Sevilla?
-Viene en 1947 y 1946 fue el año de más miseria. Argentina desobedeció la orden de aislamiento de España decretada por la ONU en 1946. Fue propaganda, montaje, una tabla de salvación. Pronto llegaría la guerra fría y vendría Eisenhawer a España.
-¿Enfermó España sin médicos?
-Ramón y Cajal fue el primer presidente de la Junta de Ampliación de Estudios creada en 1907. Gobiernos de la Monarquía y de la República premiaban a los mejores expedientes becando a los estudiantes para formarse en Alemania, en Inglaterra. Un 48 por ciento de los becados se exilian en el extranjero. Sangría de científicos y de dinero. Países que los acogieron, como el México de Cárdenas, experimentan un descenso de la mortalidad de un veintitantos por mil a un ocho por mil por la mejora en la sanidad y los fármacos. En España ocurrió todo lo contrario, hubo que sacar muchos médicos de las cárceles para curar a los enfermos.
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