¿Qué pasa en el Grupo Giralda?

seguridad ciudadana Conflicto interno en la Policía Local

La unidad de la Policía Local especializada en la vigilancia del casco histórico atraviesa una profunda crisis provocada por las decisiones del oficial al mando

Fernando Pérez Ávila

28 de noviembre 2011 - 05:03

Una de las unidades de mayor prestigio de la Policía Local parece estar en horas bajas en los últimos meses. El Grupo Giralda, la unidad de paisano encargada de la vigilancia del casco histórico, está atravesando un periodo de crisis con una profunda división interna y un malestar entre muchos de sus componentes por la actitud del oficial al mando. El Sindicato Profesional de Policías Municipales de España (Sppme) en Sevilla, mayoritario entre la plantilla, se ha hecho eco de este asunto en la edición del mes de noviembre de su revista, en la que se publica un artículo que denuncia que "el desánimo y la apatía reinan dentro de la unidad".

La unidad ha perdido algunos agentes y ya difícilmente se cubren todos los turnos del servicio, que solía estar organizado en tres sesiones: desde primera hora de la mañana hasta las dos de la madrugada. De esta forma se garantizaba una mayor presencia policial durante todo el horario comercial y también durante parte de la noche. Ahora, el servicio se sigue prestando durante el horario comercial pero hay fines de semana que no se cubren los turnos de tarde y noche.

El Sppme responsabiliza del problema al jefe del Grupo Giralda. "No entendemos cómo un oficial, que no olvidemos que pertenece a la escala básica, hace y deshace a su antojo y tiene privilegios como si perteneciera a la escala técnica. La única explicación que encontramos es que esté amparado por alguien de superior categoría".

Según el sindicato, este mando policial se ha apropiado de un coche oficial sin autorización de nadie y ha ordenado a sus subordinados que nadie haga uso de este vehículo sin su permiso. Esto se ha traducido en que el coche se ha quedado estacionado en las dependencias del grupo y los agentes han tenido en ocasiones que solicitar coches prestados a otras unidades de la Policía Local. "Mientras, el coche del oficial se deterioraba sin uso y hubo que darle biberones para que arrancara", apunta el Sppme en su revista.

Además, el oficial de la unidad no aparece en los estadillos y se cambia su semana de descanso a su antojo. Tampoco hace él los estadillos ni las estadísticas, tarea que desempeñan dos subordinados. Habitualmente no rota y nunca trabaja en el turno de seis de la tarde a dos de la madrugada. "El oficial de la unidad ni denuncia ni hace atestados. Sólo hay que ver las estadísticas para comprobar la producción de este oficial que nada tiene que ver con el trabajo que realizan otros oficiales en otras unidades", añade el sindicato mayoritario, que asegura que este mando sólo sale a trabajar "para que nadie lo controle".

El Sppme también denuncia una serie de presiones y amenazas de este cargo a los componentes del Grupo Giralda, que "advierte que ya ha echado a cuatro policías de la unidad y que va a echar a más". Incluso revelan que el oficial anunció que se iría si los agentes en cuestión no eran expulsados del grupo antes de sus vacaciones, algo que luego no cumplió.

Detrás de estas amenazas se esconde una profunda división en el grupo, en el que hay algunos agentes partidarios de este mando y otros que se han enfrentado a él. La apertura de unos expedientes a unos policías por un incidente ocurrido tras intervenirle un acordeón a un músico callejero generó una crisis profunda en esta unidad, al abrírsele expediente sólo a algunos de los agentes actuantes y no a todos, según explicaron a este periódico fuentes policiales.

El Sppme pide explicaciones a la Jefatura, que no ha tomado todavía ninguna determinación. "No entendemos cómo la Jefatura ha permitido que se llegue a este extremo. Desde hace mucho tiempo se ha estado informando que algo o alguien no funciona, que la unidad se ha convertido en un cortijo en el que los afines viven muy bien y en el que a los discordantes hay que quitarlos de en medio". El sindicato se pregunta por qué "nadie en la Jefatura toma cartas en el asunto" y si "hay que esperar a que se cargue la unidad", para terminar el artículo revelando que "por menos un intendente de esta policía cambió a un oficial de unidad". El Ayuntamiento, preguntado por este periódico, tampoco ha ofrecido ninguna valoración al respecto.

Los policías locales consultados temen que este malestar se traduzca en una bajada de los resultados de una unidad que había funcionado a la perfección desde su creación tras el asesinato de una turista en el barrio de Santa Cruz en el año 1998 a manos de Manuel Saborido Portales, elBombita, condenado a 20 años de prisión por estos hechos.

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